jueves, 25 de enero de 2018

Manifiesto para reformar el pentecostalismo del siglo XXI (Parte V)

Qué se debe hacer para reformar el pentecostalismo del siglo XXI?

Las comunidades pentecostales deben:
1.       Buscar la unidad como la verdad, porque esta proviene de la unidad de Dios.
2.       Desplegar amor, solidaridad, acoger la diversidad cultura, sin acepción de personas, crecimiento consolidado, y madurez espiritual.
3.       Refuncionalizar el mensaje de salvación conforme a la voluntad de Dios para asegurar la vida eterna, es la búsqueda de lo cualitativo para alcanzar la perfección exigida para ser ciudadanos del Reino de los cielos. Es imprescindible que la Iglesia de Cristo Jesús se vuelva a los caminos de Dios (Zac. 1:3), para ser fortalecida por la obra y acción del Espíritu Santo, y puede decir con propiedad, “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro. 8:31).
4.       Revitalizar el conocimiento de la Palabra de Dios para alcanzar la madurez espiritual que le ayude a avanzar en la perfección (He. 6:1), hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado del hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo: para que ya no seamos niños, fluctuando de acá para allá, y llevados en derredor por todo viento de enseñanza, por medio de las tretas de los hombres, y su astucia en las artes sutiles del error; (Ef. 4:13-14).
5.       Construir una comunión donde todos converjan, tengan cabida en la casa del Padre y que conduzca nuevamente a la senda establecida por Dios: al conocimiento de la Palabra de Dios, a la autoridad de Jesús como cabeza de la iglesia, a la dirección del poder del Espíritu Santo, a la vivencia testimonial del salvado, al liderazgo aprobado por Dios. Hay que recordar siempre que el Cuerpo de Cristo está formado por todos y con todos.
6.       Formar los ministerios pastorales, que los requisitos exigibles sean de acuerdo con lo establecido en las Sagradas Escrituras; su formación debe estar basados en el fundamento apostólico y a los principios esenciales de la Fe en Cristo.
7.       Capacitar, los componentes de los diferentes ministerios deben ser capacitados para la tarea encomendada, solidarios, que ayuden a crecer y a desarrollar los carismas que el Espíritu ha querido derramar entre sus miembros.
8.       Aplicar, las enseñanzas de Jesucristo, las acciones pastorales deben ser realizadas bajo el prisma de la humildad, que sepan negarse a sí mismo y tengan siempre presente que el Maestro dijo “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt. 11:29).
9.       Buscar la idoneidad de transmitir la enseñanza de Jesús con fidelidad.
10.   Obedecer fielmente la Comisión Pastoral dada por nuestro Señor Jesucristo.
11.   Hacer discípulos, no es opcional, el objetivo del discipulado es dar a conocer a Jesucristo, Él dijo “Y ésta es la vida eterna: que Te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn. 17:3). Y el resultado siempre ha sido el mismo “Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos” (Hch. 2:47b).
12.   Cambiar de actitud para enfrentar los desafíos planteados por una sociedad agnósticas que le quiere imponer antivalores que remecen profundamente los cimientos de la fe y el servicio a Dios; entre los desafíos es tener la capacidad de mitigar y llegar a revertir los daños externos y los internos causados por los continuos avatares de aquellos que han instrumentalizado sus congregaciones en pro de propuesta humanista, al personalismo y el usufructo indebido de la hacienda que le corresponde a la iglesia como cuerpo.
13.   Abrir espacios de encuentros para que todos los miembros se desarrollen y crezcan en el servicio de la iglesia.
14.   Erradicar el divisionismo, la fragmentación, el desconcierto, la turbación, la frustración de no poder hacer algo por no tener la capacidad de hacerlo.
15.   No aceptar la manipulación interpretativa de la Palabra de Dios ni menos el empleos de formas o medios de sugestión espiritual para beneficio personal.
16.   Trabajar en conjunto para llevar el evangelio a toda criatura como esta mandatado.

Anteriormente se escribió que reforma suele ser una iniciativa o un proyecto que busca implantar una innovación o lograr una mejora en algún sistema o una estructura.

Este articulo tiene por objetivo poner en manifiesto, que las distorsiones que se evidencian en las comunidades pentecostales y sus derivados en el siglo XXI sean percibidas a la vez efectuar innovaciones o mejorar la gestión tanto en el área administrativa como espiritual.

Se indico la importancia de ser transparentes, de restaurar, poder rehabilitar, no hacer acepciones de personas, lograr la integración de todos los involucrados en el servicio de la Iglesia, realizar una refuncionalización eficaz y cultivar la unidad, estos deberían ser los lineamientos por los cuales las reformas deben ser orientadas con la finalidad de llevar acabo la voluntad Dios y alcanzar el propósito que tiene para su iglesia.

Se enumeran dieciséis áreas acciones que se consideran vitales para que las comunidades pentecostales se vuelvan proactiva tanto en el área espiritual, como en gestión organizacional administrativa; es preocupación de todos que trabajemos en unidad para que la Iglesia de Dios en Jesús

El momento actuales la sociedad necesita que sus colabores y representantes terrenales tengan la unción del Eterno debido a que muchos hombres han desplazado a Dios de su vida y con sus acciones han desplazado a la iglesia.

La voz de la Iglesia debe ser oída en esta sociedad que le da importancia al hedonismo y al consumo; una sociedad que desea tener la plena libertad a través del relativismo moral; una sociedad pluralista con una forma existencial de negación a Dios. Para enfrentar estos desafíos las comunidades pentecostales deben ser reformadas, vivir la fe en Cristo, que sea compartida en comunidad en forma vivencial. Para eso los que deben estar en liderazgo deben ser idóneos y aprobados delante de Dios, que no tengan de que avergonzarse.


La Iglesia de Cristo debe permanecer sin mancha, esa labor es de los que la sirven en espíritu y verdad.
Juan Salgado Rioseco

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