jueves, 1 de agosto de 2013

¡Auméntanos la Fe!


“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.” (Lc. 17:5).
  
Esta es una petición imperativa de los discípulos de Jesús de Nazaret, Lucas la muestra inserta en medio de una serie de parábolas e instrucciones. La respuesta del Maestro es condicional, hay que tener "fe"; los discípulos la tenían y lo habían demostrado varias veces, pero la fe de ellos estaba mal orientada, había que tener una fe correcta; ellos no tenían la fe vigorosa y viviente que era necesaria para una vida como seguidores de Jesucristo.

Han pasado más de dos milenios, de esa enseñanza, la iglesia de Dios en Cristo Jesús, se da diseminado por todos los continentes; en algunos lugares la fe solicitada esta vigorosa, victoriosa, cada dìa agrega a sus filas los que van hacer salvos; en otros, se ha ido ensombreciendo por los negocios anexos que han asumido los creyentes, actuando con una parsimonia o frialdad en su compromiso con la iglesia de Cristo que han bloqueado el radicalismo evangelista de sus comunidades; en otros lugares, la luz ya se va extinguiendo, ha sido avasallada por las tinieblas, han sido absorbidos por la socialización humanista de sus hábitats. 

¿Cómo explicar la situación actual del cristianismo? Son tantas las bifurcaciones que han tomado los "miembros" de la iglesia de Cristo, que es difícil de encontrar una explicación acertada a la situación general; sin duda, uno de los múltiples factores es la "desviación de la fe".

En el occidente, dominado por la influencia de la rama heredera del sacro imperio romano, basta de leer las declaraciones de su líder máximo, para darse cuenta las profundas desviaciones que han incurrido. Desde que fue electo en marzo (2013), Francisco (el Obispo de Roma Jorge Mario Bergolio Sìvori), ha hecho comentarios agudos y espontáneos acerca de toda clase de temas: la homosexualidad, el ateísmo, de los evangélicos, de la pobreza, de la comodidad religiosa, de la corrupción dentro de los muros de la curia, ha solicitado a la jerarquía eclesiástica "actuar decisivamente" contra el abuso sexual a los menores y realizar "los debidos procedimientos contra los culpables" de pedofilia, etc., “Estar con Jesús exige salir de nosotros mismos, de un modo de vivir cansino y rutinario", escribió en su cuenta oficial de Twitter casi a la par de una de sus primeras audiencias públicas. Un ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), escribió al líder máximo de su tiempo que existe "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana, la réplica del aludido fue “Se han vertido sobre mi acusaciones. Una red de cuervos y víboras…” Es tal, la deformación del imperio religioso que nombró a un grupo de ocho cardenales de diversos países del mundo para estudiar las posibles reformas que se puedan hacer a la Iglesia católica apostólica romana, para volverla al camino del nazareno. Difícil tarea.

En la esfera evangélica la situación es similar: los extravíos doctrinales son abrumadores; el poder se sustenta en la arbitrariedad; los neófitos gobiernan las comunidades con sus errores, experimentos administrativos y organizacionales; los usos y costumbres se han transformados en farandulas religiosas; los negociados que manipulan la fe de las personas incautas, son el tormento económico de los más desposeídos; los falsos líderes han liberalizado los principios de la fe y los preceptos bíblicos los han amalgamados en un sincretismo mundanal; los indoctos trazan los procesos de enseñanza de los fieles, llevándolas a una ignorancia escritural sin precedente, la paradoja está en que en estos tiempos la tecnología pone al alcance todos los medios posibles para sacar los que viven de los rudimentos primitivos de la fe a la luz admirable del conocimiento de la Palabra de Dios, sin embargo, la realidad es todo lo contrario, estamos viviendo la parte más oscura de la ignorancia escritural, debido a la comodidad tener u obtener lo ligth, todo está hecho en las redes sociales, sin el mayor esfuerzo, son simples caja de resonancias de otros, simples címbalos que resuenan.

Si bien hay un “boom” de sectas y nuevas religiones en los países occidentales, el fenómeno religioso más extendido es el de quien cree sin pertenecer o practicar una religión específica, revela el sociólogo Massimo Introvigne, director del Centros de Estudios sobre las Nuevas Religiones de Turín (CESNUR), los evangélicos sin iglesias, ni estructuras; los católicos creen en su iglesia sin curas. Por otro lado, hay cientos de miles de personas sinceras que buscan la verdad en medio de su ingenuidad religiosa, deciden recurrir a la fe para resolver sus asuntos, caen y son arrastrados por falsas doctrinas, pseudomaestros del esoterismo o fraudulentos líderes religiosos, impregnados de una espiritualidad falsa, cimentada en la arena neo animista; religiones de consumo o de sectas ocultistas y abiertamente anticristianas.

El ateísmo está creciendo en todo el mundo, especialmente en los países "desarrollados" o del primer mundo. La religión podría desaparecer para el 2041 debido al ateísmo según un estudio Nigel Barber, el material y su análisis ha sido publicado en su nuevo libro: “¿Por qué el ateísmo reemplazará la religión?” (Why Atheism Will Replace Religion). Somos testigos del “celo entusiasta” con la que los ateos, agnósticos y otros grupos están haciendo campaña en contra del cristianismo y su fe. Esto ocurre ante la impávida vida de los seudos discípulos de Cristo, la indolencia de los que se sientan en los altos sillones de su comunidad, la indiferencia generalizada hacia el evangelio saludable que proclama la salvación y  la “negación” de la Escritura. “El ateísmo y su derivación agnóstica está a punto de convertirse en la nueva religión”. Ante tal situación, los cristianos debemos predicar el Evangelio de Jesucristo sin temor, porque él es el camino, la verdad y la vida. Sólo él nos puede sacar del estado actual de impiedad y somnolencia que ha caído las comunidades que proclamamos de servir a la Iglesia de Cristo.

El Consejo de la Ciudad de San Antonio, Texas, (USA) está considerando una propuesta que podría crear un precedente político peligroso en “el mayor país cristiano en el mundo.” Este Consejo, está estudiando un proyecto de ley que puede discriminar y castigar a los que creen en la Biblia. Bajo el título de estar en “contra del prejuicio”, el tema principal es el castigo en contra de todos aquellos que expongan públicamente cualquier tipo de prejuicio en contra de los homosexuales, lo que sería un problema para los defensores de la Biblia, por el solo hecho de declarar que “la homosexualidad es un pecado condenado por Dios”.

Sergio Villalobos R., Premio Nacional de Historia de Chile en el año 1992, escribió “desde que el hombre comenzó a razonar sobre su destino político y social, aparecieron doctrinas que aspiraron a guiar sus pasos. Han sido simples elucubraciones, planteamientos abstractos y también cuerpos ideológicos manejados por organizaciones partidista, valiéndose de la persuasión y a veces de los medios violentos.”  Solo puedo decir, que estas palabras son el reflejo del acontecer del espectro religioso social activista con que se desenvuelve el estrato dirigencial en diversas comunidades cristianas del Chile de hoy.

Un gran grupo de comunidades han caído en el liberalismo religioso, ofreciendo un camino descaminado, ya no hacen camino al andar, sino que han retrocedido hasta convivir con la apostasía anunciada en la Palabra de Dios y otros han vuelto al paganismo por la mezquina prebenda económica;  nos hemos extraviado de la ortodoxia primaria de la fe en Cristo; hemos caído en las fabulas, mitos, en falsas doctrinas, desoyendo u omitiendo impunemente la voz del apóstol Pablo “Desecha las fábulas profanas… Ejercítate para la piedad.”  (1 Timoteo 4:7), la palabra “desecha” es sinónimo de “rechazar”, el consejo de Pablo a Timoteo era evitar los cuentos inútiles que son como los que las ancianas les cuentan a los niños. Es fácil perderse siguiendo bifurcaciones y enredarse con cosas que no pasan de ser adornos religiosos llenos de un falso espiritualismo emocional.

Las consecuencias o daños colaterales son inimaginables, teniendo en cuenta las situaciones adversas que enfrenta el cristianismo del tercer milenio, no se prevén medidas paliativas que nos conduzca a una defensa mancomunada adecuada a los peligros que está expuesta la iglesia; menos se avizoran las medidas o acciones que surtan efectos de compañerismo, de comunión, menos de la unidad que nos exige Jesús de Nazaret en oración de intercesión con la finalidad que el mundo crea.

Otro de los factores influyentes es el humanismo “Cristiano” es justo la “cristianización” del humanismo secular; la premisa básica es la misma premisa del humanismo secular, la que arremete en forma frontal contra la soberanía de Dios, corroyendo los cimientos en su nivel más esencial de la transmisión de la fe: la familia.

Las iglesias evangélicas están aumentando las personas nominales o las que se hacen pasar por cristianos, llenos de superficialidad o de demasiada rigidez, omiten que un verdadero cristiano es el hombre o mujer que se apoya en la fe de Cristo. ¿Qué debemos hacer?

Los discípulos de Jesús, le dijeron “auméntanos la Fe”, mostrando su incapacidad de comprender; la falta de entendimiento de las enseñanzas que se le estaba impartiendo; tenían una fe simple, casi superficial, basada en sus tradiciones; no comprendían que a su lado estaba la fuente de la fe. Aun nosotros no comprendemos que Jesús está nuestro lado hasta la consumación de los siglos.

Una de la medidas urgentes a tomar, es retornar a la casa del Padre celestial como el hijo prodigo, debemos dejar de comer las algarrobas del mundo, la migajas que caen de la mesa del Rey y sentarnos como hijo amados en la mesa de nuestro Padre, para alimentar la mente y nutrir la fe con alimento solido que nos da a través de la Palabra de Dios. Es posible que en forma individual se haga, pero es, en un porcentaje cada vez menor de los que dicen servir a Dios en espíritu y en verdad. Los cristianos hemos perdido o extraviado la voz de la fe bien direccionada, debemos clamar como los discípulos de Jesús de su tiempo: Señor “auméntanos la fe.”  

Esta situación ocurría en el génesis del cristianismo; se estaba saliendo de los “tiempos de esta ignorancia” (Hechos 17:30) y era necesario establecer la verdad, presentarla a judíos o paganos quienes, al convertirse en cristianos, pasaban de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás y de los ídolos a Dios. Era preciso apartarlos de las fábulas y conducirlos a la enseñanza de Cristo. Pareciera que aún estamos bregando en el mismo campo de batalla que antaño, con la diferencia que estamos atrincherado en el interior de nuestros templos o casa de adoración.

Una de nuestras kerigmas pentecostales es “Cristo viene”, “Cristo está a las puertas de su segunda venida”, sin embargo estamos asistiendo desgraciadamente, al movimiento inverso, es como el virus VIH pero en un sentido espiritual: aquellos que llevan el nombre de cristianos se apartan de la doctrina de Cristo para volverse a las fábulas (2 Timoteo 4:3-4).

Hoy haciéndonos eco de esas palabras, deberíamos solicitar al Rey de reyes, y Señor de señores: Señor “auméntanos la Fe”, este ruego debería hacerse con un corazón contrito y humillado delante de la presencia de Yahveh (en hebreo יהוה «YHVH») nuestro Padre, eterno, sabio y único Dios.

Jesucristo le había enseñado que debían evitar el hacer tropezar a otros, y por otra parte, el estar siempre dispuestos a perdonar, esto requería fortaleza de lo alto y creer que tal fortaleza les sería dada en respuesta a oraciones. Los apóstoles le ruegan en forma imperativa, en un contexto absoluto, que les aumente la fe. Esta fe no es la "teológica," sino la "confianza" en el poder y bondad de Dios para realizar algo, para mantenerse dentro de la voluntad de Dios.

He aquí la respuesta del Señor, para las dificultades, extravíos o desviaciones de hoy, la solución se encuentra dada hace dos mil años, “debemos tener fe como un grano de mostaza”. El poder de esta fe se lo expresa al comparar su potencia si aquélla fuese equivalente a un "grano de mostaza." Comparación rabínica usual para indicar lo más pequeño. En otras palabras, ningún desvíos, dificultad, problema o complicación aunque sea enorme, nos puede separar del amor y del camino, debemos poner en acción nuestra fe, tan solo como un grano de mostaza, una fe direccionada vigorosa y victoriosa, la fe de los Hijos amados de Dios.


Juan Salgado Rioseco

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