lunes, 12 de agosto de 2019

La Invasión y usurpación en los Púlpitos “CRISTIANOS”. (II) El recurso: La Interprecion Biblica


II.                   El recurso: La Interpretación Bíblica.
Una de las máximas en la Interpretación de la Palabra de Dios es: “La Biblia se interpreta con la Biblia.” Esto quiere decir, que no hay ningún otro libro al mismo nivel o por sobre la Biblia, aunque el autor tenga un testimonio renombrado o una erudición sobresaliente, estos escritos son solamente libros de consulta.
Cada día aparecen nuevos movimientos o se fundan nuevas iglesias, cada una de las cuales afirma poseer la interpretación correcta de la Biblia, trayendo consigo nuevos iluminantes, con una serie de extravagancias interpretativas.
La Biblia es la Palabra de Dios y la base de las creencias cristianas, por consiguiente, el intérprete debe ser riguroso y disciplinado al aplicar las enseñanzas bíblicas a tiempo de hoy, estas deben ajustarse al sentido primario, o sea, lo que Dios inspiro a través de su Espíritu Santo a los autores de los libros de la Biblia. Es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su cultura, los "géneros literarios" usados en aquella época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo, de los usos y costumbres; de los aspectos culturales, sociales, políticos y religiosos.
El apóstol Pedro escribió: “Pablo escribe sobre estos temas en todas sus cartas, pero a veces hay en ellas cosas difíciles de entender. Los ignorantes y los débiles en la fe cambian el significado de las enseñanzas de Pablo y de las otras Escrituras, causando así su propia destrucción.” (2 Pe 3:16 PDT).
Un ejemplo se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:21 donde el apóstol Pablo escribe: “Examinadlo todo, retened lo bueno”, esto no implica que debemos oír a todos, aun aquellos que están interpretando erróneamente o desviando las Escrituras, tratando de obtener algo bueno de dicha enseñanza o predicación. La advertencia Paulina dice que debemos tener discernimiento conforme a la Palabra de Dios, identificar los espurios intérpretes o enseñadores y desecharlos; escuchando y reteniendo solo aquellos que se apegan estrictamente a la Palabra del Todopoderoso y Santo; recordando que Jesucristo enseño “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” (Mt. 7:17-19 RVR 1960). La óptima forma de dar cumplimiento a este pasaje bíblico es tener conocimiento acabado de la Palabra de Dios para poder tener discernimiento y así tener la convicción de lo que está recibiendo y atesorando en nuestros corazones se ajusta a la Palabra de Dios revelada. 
Es vital que interpretemos la Biblia de manera correcta, para interpretarla bien, hay que conocer y respetar una serie de principios. ¿Cuáles son esos principios?
  1. La interpretación de la Biblia es una tarea espiritual.
  2. Prestar una gran atención "al contenido y a la unidad de toda la Escritura".
  3. Hay que empezar buscando el sentido más natural.
  4. Cada parte de la Biblia debe ser interpretada a la luz de las Analogías de las Escrituras.
  5. Hay que interpretar cada texto dentro de su contexto histórico.
  6. Hay que interpretar cada texto dentro de su contexto literario.
  7. Hay que tener en cuenta el tipo de lenguaje de cada texto.
  8. Hay que tener en cuenta las palabras de conexión.
  9. Hay que interpretar los textos menos claros a la luz de otros más claros.
  10. Hay que tener en cuenta la versión original de cada texto.
  11. Hay que tener en cuenta la dimensión cristológica.
Estos principios nos ayudarán a “[usar] bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).
Condiciones de un Intérprete de la Palabra de Dios:
  1. Ser un convertido. (Haber nacido de nuevo).
  2. Acepta que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios.
  3. Que la Palabra de Dios es inerrante y autoritativa.
  4. Depender del Espíritu Santo.
  5. Aprender a obedecer la Palabra de Dios.
  6. Tener un constante proceso de Enseñanza. (El que deja de aprender, deja de enseñar).
  7. Objetividad.  (dejar que el texto hable).
  8. Espíritu científico. (aplicar las reglas de la interpretación bíblica).
  9. Paciente en el estudio. (Saber usar los métodos de la interpretación).
  10. Comportarse como Hombre de Dios (de oración, Humildad, Amante a la verdad de Dios).

“Una sana interpretación de la Palabra de Dios, traerá consigo que muchos de los males que aquejan hoy a las iglesias sean subsanados, evitando los yerros que provocan los seudos predicadores. Los Predicadores de Cristo tienen que demostrar integridad al transmitir el mensaje de nuestro Señor Jesucristo, conforme con los propósitos y el corazón de Dios”.
Juan Salgado Rioseco

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