II.
El recurso: La Interpretación Bíblica.
Una de
las máximas en la Interpretación de la Palabra de Dios es: “La Biblia se
interpreta con la Biblia.” Esto quiere decir, que no hay ningún otro libro al
mismo nivel o por sobre la Biblia, aunque el autor tenga un testimonio
renombrado o una erudición sobresaliente, estos escritos son solamente libros
de consulta.
Cada día
aparecen nuevos movimientos o se
fundan nuevas iglesias, cada una de las cuales afirma poseer la interpretación
correcta de la Biblia, trayendo consigo nuevos iluminantes, con una serie de
extravagancias interpretativas.
La Biblia
es la Palabra de Dios y la base de las creencias cristianas, por consiguiente,
el intérprete debe ser riguroso y disciplinado al aplicar las enseñanzas
bíblicas a tiempo de hoy, estas deben ajustarse al sentido primario, o sea, lo
que Dios inspiro a través de su Espíritu Santo a los autores de los libros de
la Biblia. Es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su
cultura, los "géneros literarios" usados en aquella época, las
maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo, de los usos y
costumbres; de los aspectos culturales, sociales, políticos y religiosos.
El
apóstol Pedro escribió: “Pablo escribe sobre estos temas en todas sus cartas,
pero a veces hay en ellas cosas difíciles de entender. Los ignorantes y los
débiles en la fe cambian el significado de las enseñanzas de Pablo y de las
otras Escrituras, causando así su propia destrucción.” (2 Pe 3:16 PDT).
Un
ejemplo se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:21 donde el apóstol Pablo escribe: “Examinadlo todo, retened lo bueno”,
esto no implica que debemos oír a todos, aun aquellos que están interpretando
erróneamente o desviando las Escrituras, tratando de obtener algo bueno de
dicha enseñanza o predicación. La advertencia Paulina dice que debemos tener
discernimiento conforme a la Palabra de Dios, identificar los espurios intérpretes o enseñadores y desecharlos; escuchando y reteniendo solo aquellos que se apegan estrictamente a
la Palabra del Todopoderoso y Santo; recordando que Jesucristo enseño “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero
el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el
árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y
echado en el fuego.” (Mt. 7:17-19 RVR 1960). La óptima forma de dar
cumplimiento a este pasaje bíblico es tener conocimiento acabado de la Palabra
de Dios para poder tener discernimiento y así tener la convicción de lo que
está recibiendo y atesorando en nuestros corazones se ajusta a la Palabra de Dios
revelada.
Es vital
que interpretemos la Biblia de manera correcta, para interpretarla bien, hay
que conocer y respetar una serie de principios. ¿Cuáles son esos principios?
- La
interpretación de la Biblia es una tarea espiritual.
- Prestar
una gran atención "al contenido y a la unidad de toda la
Escritura".
- Hay
que empezar buscando el sentido más natural.
- Cada
parte de la Biblia debe ser interpretada a la luz de las Analogías de las
Escrituras.
- Hay
que interpretar cada texto dentro de su contexto histórico.
- Hay
que interpretar cada texto dentro de su contexto literario.
- Hay
que tener en cuenta el tipo de lenguaje de cada texto.
- Hay
que tener en cuenta las palabras de conexión.
- Hay
que interpretar los textos menos claros a la luz de otros más claros.
- Hay que
tener en cuenta la versión original de cada texto.
- Hay
que tener en cuenta la dimensión cristológica.
Estos
principios nos ayudarán a “[usar] bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).
Condiciones
de un Intérprete de la Palabra de Dios:
- Ser
un convertido. (Haber nacido de nuevo).
- Acepta
que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios.
- Que
la Palabra de Dios es inerrante y autoritativa.
- Depender
del Espíritu Santo.
- Aprender
a obedecer la Palabra de Dios.
- Tener
un constante proceso de Enseñanza. (El que deja de aprender, deja de
enseñar).
- Objetividad. (dejar que el texto hable).
- Espíritu
científico. (aplicar las reglas de la interpretación bíblica).
- Paciente
en el estudio. (Saber usar los métodos de la interpretación).
- Comportarse
como Hombre de Dios (de oración, Humildad, Amante a la verdad de Dios).
“Una
sana interpretación de la Palabra de Dios, traerá consigo que muchos de los
males que aquejan hoy a las iglesias sean subsanados, evitando los yerros que
provocan los seudos predicadores. Los Predicadores de Cristo tienen que
demostrar integridad al transmitir el mensaje de nuestro Señor Jesucristo,
conforme con los propósitos y el corazón de Dios”.
Juan Salgado Rioseco
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