Recordemos que la doctrina bíblica sobre la creación
no debe ser confundida con ninguna teoría científica.
La doctrina bíblica apunta a la ética y religiosidad.
En todas las Escrituras, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo
Testamento, hay referencias a la doctrina bíblica, y no se circunscriben a los
primeros capítulos de Génesis.
Un buen punto de partida para cualquier consideración
de esta doctrina es Hechos 11:3 “por
la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios”.
Esto significa que la creación esta basada en la revelación divina y debe
entenderse únicamente desde el punto de vista de la fe; es esto lo que
distingue, claramente y sin lugar a dudas, el enfoque bíblico del científico. La
obra de la creación, esta escondida a los hombres, y solo puede ser percibida
mediante la fe.
Definición de Teología: Ciencia que trata sobre Dios y
sobre el conocimiento que el hombre tiene de El mediante la fe y la razón.
La obra de la creación se atribuye en distintos
pasajes a las tres personas de la
Trinidad :
- al Padre (ejemplos Gn 1:1; Is 44:24; Sal 33:6)
- al Hijo (ejemplos Jn 1:3; Col 1:16)
- al espíritu Santo (ejemplos Gn 1:2; Job 26:13)
pero esto no quiere decir que distintas partes de la
creación deben atribuirse a diferentes personas de la Trinidad , sino más bien
que la obra en su conjunto es obra del trino Dios.
Las palabras “en el principio creó Dios los cielos y la
tierra”, indica que los mundos no fueron hechos con algún material
preexistente, sino de la nada por la Palabra
Divina , en el sentido de que con anterioridad al Divino
Creador no había ninguna otra clase de existencia.
Esto, además tiene importantes consecuencias
teológicas, ya que entre otras cosas elimina la idea de que la materia sea
eterna (Gn 1:1 indica que hubo un
principio), o que pueda haber alguna suerte de dualismo en el universo en
el cual, otra clase de poder o existencia se opone a Dios y permanece fuera de
su control. Igualmente, indica que Dios es distinto de su creación.
Al mismo tiempo, sin embargo, es evidente que la idea de la creación primaria no agota la enseñanza bíblica sobre el tema. El Hombre fue creado del polvo de la tierra (Gn 2:7), y las bestias del campo y las aves de los cielos fueron formados de la tierra (Gn 2:19). Esto es lo que se llama creación secundaria, actividad creadora mediante la utilización de materiales ya creados, y se registra juntamente con la creación primaria como parte integrante del testimonio bíblico.
En Ef 4:6
encontramos “Un Dios… sobre todos, y por todos, y en todos”, indican que
Dios existe en una relación tanto de trascendencia como de infancia respecto
del orden creado. En ese estar “sobre todos” y “sobre todas las cosas” (Ro
9:5), es el Dios trascendente, e independiente de su creación, auto existente
y autosuficiente. Por lo tanto, la creación debe entenderse como un acto libre
de Dios, determinado exclusivamente por su voluntad soberana, y de ninguna
manera como un acto necesario.
Dios no tenía ninguna necesidad de crear el universo.
Eligió hacerlo.
Es necesario hacer esta distinción, porque solo así
puede considerárselo como Dios el Señor, el ser incondicional y trascendente.
Las palabras “por tu voluntad existen y fueron creados” (Ap 4:11), “creado
por medio de el y para el” (Col 1:16), indican el propósito y el fin de
la creación. Dios creo el mundo “para la manifestación de la gloria de su
eterno poder, sabiduría y bondad”. La creación, en otras palabras, es teocéntrica, destinada a desplegar, la gloria de Dios.
Juan Salgado Rioseco
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