martes, 13 de diciembre de 2016

El nombre Jesucristo.


“Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.” (Mateo 1: 20-25)
Etimología: Este nombre llegó al español desde su equivalente en arameo, Yeshúa (ישוע), a través del griego Iesoús (Iesoús) y del latín Iesus. Sin embargo, se podría traducir también como Josué, ya que otra evolución del mismo nombre Yehoshua fue a Yoshua y, de aquí, a Josué (y en inglés Joshua). (Jesús (nombre) - Wikipedia, la enciclopedia libre).
¿Porque el Redentor fue llamado “Jesucristo”?
Jesús es el nombre personal del Señor, que se le asigna en forma especial en el periodo de su humillación, indica además su obra como Salvador: es su nombre personal. Se le fue dicho a José, (Mt. 1:21); “Cristo” es un título que traduce el término “Mesías” del Antiguo Testamento, (Ef. 2:12; He. 11:26).
El nombre “Jesús” está vinculado con la época de la humillación del Señor. Lo encontramos como nombre de otras personas; tal es el caso de Josué hijo de Nun, sucesor de Moisés, (He.4:8); Josué el gran sacerdote, (Zac. 3:1); Jesús el Justo, (Col. 4:11); el mago arábigo-judío Barjesús, “hijo de Jesús”, (Hch. 13:6).
Es natural que los evangelistas usualmente empleen el nombre Jesús, mientras que en las epístolas el nombre de Cristo pasa al primer plano. En el nombre de Jesús predomina el pensamiento de la salvación; (2 Co. 4: 10; 1 Ts. 4:14); en el nombre de Cristo se exalta su Gloria, (Hch. 2:36).
El nombre de Jesús de Nazaret, es especial, es el medio por el cual todos sus seguideros pueden invocar a Dios para suplir o cubrir sus necesidades. En las palabras del apóstol Pedro frente al sanedrín podemos graficar la importancia del nombre de Jesús: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo este cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos”.
El nombre de Jesús de Nazaret es:
1.      para rendir culto a Dios: en la oración (Jn. 14:13), en la adoración (Fil. 2:9, 10), en la invocación (Ro. 10:13), en la predicación (Lc. 24:47), en la santidad (1 Co. 1:2).
2.      para servir al creyente: en el perdón de sus pecados (Hch. 2.38), para justificarlo (1 Co. 6:11), bautizándole (Hch. 2:38), sanándole (Hch. 3:6; 4:30), para tener comunión (Mt. 18:20; 1 Co. 1:10), para servir (Col. 3:17).
3.      para ser exaltado: nombre de poder (Hch. 16.18; 1 Co. 5.4; Fil. 2:10), nombre de autoridad (Hch. 4:10), nombre de salvación (Hch. 4:12; 2:21; Ro. 10:13), nombre de exaltación (Fil. 2.9-11), en este siglo, en los siglos venideros (Ef. 1:21).
Los hombres han expuesto su vida por el nombre de Jesús (Hch. 15:26; 21:13), desde que el hombre o la mujer nace a la nueva vida y engendra el verdadero amor por Jesús en su corazón está dispuesto a rendir los máximos sacrificios por Él, así se ha escrito la historia de los miles de mártires que han muerto por la causa de Jesucristo.
El nombre de Jesús es por sobre todo nombre. Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Jesús es el más grande. Jesús es todo
Su nombre como Salvador. El origen del nombre “Jesús” está en la palabra misma, que en su forma completa “YEHOSHUA” significa “el Señor es salvación.”  José había de darle el nombre de “Jesús”: “Porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. 
Encontraremos tres importantes elementos al analizar las Escrituras:
1.                  El solo puede salvar, se denota en el énfasis sobre el pronombre en el griego: “El salvara a su pueblo...” (Hch. 4:12).
2.                  Se señalan los límites de su salvación, porque salvará a su pueblo, o sea, a aquellos que acudan a Él para ser salvos de todas las naciones (1 Pe.2:9; Tito 2:14; Hch. 15:14).
3.                  La profundidad y la exaltación de su salvación, pues no sólo redime de las consecuencias del pecado, la condenación y el juicio, sino también del dominio, señorío y poder de los pecados que reducen al hombre a la esclavitud moral (1 Co. 1:30).
El nombre “Jesús” por sí solo declara el propósito por el cual el Redentor vino al mundo. Este nombre ha de ser tema de la alabanza de los redimidos por toda la eternidad, y que, al pronunciarse, toda rodilla se doblara de cuantos seres habiten el cielo, la tierra y las regiones inferiores (Filipenses 2:10).

Juan Salgado Rioseco

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