viernes, 11 de diciembre de 2015

La Edificación del Cuerpo de Cristo (Parte IV)

¿Cuáles deben ser nuestras acciones para edificar la Iglesia de Jesucristo?

Antes de analizar o evaluar el tipo de acciones que podemos emprender para edificar la Iglesia de Jesucristo, debemos saber el significado de “discernir”, según las palabras griegas, discernir es la habilidad de distinguir o separar con el fin de investigar y examinar exhaustivamente. El discernimiento es considerado un rasgo de espiritualidad y madurez (1 Corintios 2:14,15). El escritor de Hebreos explica que las personas son maduras “por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:4).
Debemos discernir, en su definición más simple, el discernimiento es la habilidad de poder decidir entre la verdad y el error, lo bueno y lo malo. El discernimiento es el proceso de hacer distinciones cuidadosas en nuestra mente sobre la verdad. En otras palabras, la habilidad de pensar con discernimiento es sinónimo a la habilidad de pensar bíblicamente. Para poder tener buenos resultados en los procesos de discernimiento que nos vemos implicados, nuestra base debe estar fundamentada en la Palabra de Dios.
Por lo consiguiente, debemos entrar en un proceso de discernimiento con respecto a nuestras acciones donde está involucrada la edificación de la Iglesia de Jesucristo. ¿Qué es prioritario la edificación de templos o la iglesia de Jesucristo? La iglesia del Señor Jesucristo se edifica en vidas transformadas por su obra redentora, en logro de la madurez espiritual de sus miembros, en la capacidad que estos asuman con responsabilidad sus deberes como servidores de Cristo, tengan la eficacia de expandir el reino de los cielos de acuerdo a la voluntad de Dios.
Sin embargo la realidad en las diversas comunidades cristianas, se puede contactar que un gran porcentaje de sus miembros son meros espectadores, sin responsabilidad espiritual, sin identidad de siervos de Jesucristo, sin capacidad de asumir tareas espirituales debido a que sus cimientos no son sólidos, duermen en la indiferencia religiosa, legalista, dogmáticas; sus líderes están más abocados en buscar títulos lisonjeros (Job 32:21 SRV) que realizar acciones donde debe comprometerse un genuino siervo de Dios. (Romanos 12:1-2; 2 Corintios 3:5; Filipenses 2:3-4;  1 Pedro 5:5-6).
La palabra de Dios nos da las directrices por donde procesar nuestras acciones en la edificación de la Iglesia de Jesucristo:  
1.    Edificar sobre el fundamento apostólico (Efesios 2:19-21), el fundamento de Dios está firme. (2 Timoteo 2:19),  la base de todo ya está construida y nadie puede construir otra porque esa base es Jesucristo. (1 Corintios 3:11).
2.    Discipular a los recién convertidos (Mateo 28:19), el verdadero discípulo de Jesús es aquel que permanece en su Palabra. (Juan 8:31) y es  idóneos para enseñar también a otros (2 Timoteo 2.2), en cumplimiento al mandato dado por nuestro Maestro Jesús (Mateo 28:20).
3.    Perfeccionar a los Santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo (Efesios 4:12, 13), el N.T. enseña que el creyente es perfecto y que se halla en el proceso de ser perfeccionado (Filipenses 1:6; 3:12, 15; Hebreos 10:1; 11:40; 12:23; Santiago 1:4), a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo. (Colosenses 1:28).
4.    Fomentar una relación fraternal entre los santos (Romanos 15:2), para la ayuda mutua (Efesios 4:16, 29; Romanos 12:13), negándose a sí mismo. (1 Corintios 10:24). El salmista en 133:1 escribió “Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.”, una de las características del amor fraternal es la armonía.
5.    Instar a buscar dones espirituales (1 Corintios 14:12), porque cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común (1Corintios 12:7), deseando ardientemente los mejores dones. (1 Corintios 12:31; 14:12).  La iglesia fue edificada sobre la base del poder de Dios (1 Corintios 2:1-5) manifestándose dentro de su pueblo; lo que demostró que Jesús vivía y estaba presente (Juan 15:5; 14:20).
6.    Ejercitar los dones espirituales (1 Corintios 14: 4, 5, 26), no descuidando el don espiritual. (1 Ti 4:14), avivando el don de Dios. (2 Timoteo 1:6).
7.    Evitar el legalismo religioso (1 Timoteo 1:4), no cargar a la gente con reglas más difíciles de lo que ellos pueden cumplir (Mateo 23:2-4; Lucas 11:46), evitando las discusiones profanas e inútiles, y los argumentos de la falsa ciencia. (1 Timoteo 6:20).
8.    Promover el amor que edifica a la iglesia (1 Corintios 8:1), es mandado por Jesús, y es el distintivo de los verdaderos discípulos. (Juan 13:33-34), si los hermanos se aman unos a otros, se hacen el bien entre ellos, la iglesia se edifica (1 Pedro 1:22).
9.    Cultivar la Koinonia en la iglesia (Hechos 2:42; 4:32), animando actitudes individuales que contribuyan a la unidad y edificación (Efesios 4:1-3), impulsando los valores de respeto, consideración y fraternidad (Filipenses  2:1-4), fomentando la comunión, el compañerismo, (Hechos 2:44-46; 4:32). no haciendo acepción de personas (Colosenses 3:1), hablando positivamente de la iglesia y de sus miembros (Filipenses 2:14).
10. Servir a nuestros hermanos en la fe  con los talentos que el Señor nos ha dado (1 Pedro 4:11), con orden. (1 Corintios 14:26, 40), promoviendo todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación. (Romanos 14:19).
11. Reconocer a quienes trabajan y dirigen en esta forma, edifica a la iglesia, y es señal de edificación. (madurez, crecimiento) (1 Tesalonicenses 5:12-13), ponerse a disposición de aquellos que se han dedicado a servir a los creyentes (1 Corintios 16:15-16), expresar reconocimiento (1 Corintios 16:17-18).
12. Hacer realidad las prácticas que son fundamentales en el Reino de Dios (Mateo 25:42-45), la actitud debe ser como la de Cristo Jesús. (Filipenses 2:5), lo más importante es ser siervo de los demás (Mateo 23:11), demostrando así que somos ejemplo viviente de la enseñanza de Jesús.
13. Los santos en Cristo necesitan crecer en Cristo (Hebreos 5:12),  para presentar defensa de la fe. (1 Pedro 3:15), hasta que estemos todos unidos en lo que creemos. (Efesios 4:13), creciendo en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. (2 Pedro 3:18). 
Estas y otras acciones debemos tener en cuenta al edificar la iglesia de Jesucristo, tener cuidado de que tanto el fundamento, como la calidad de los discípulos sean aprobados delante de la presencia de Dios. Que nuestras acciones sean los que Dios estipula para así recibir la aprobación divina. Todas nuestras acciones deben estar orientadas a desarrollar el crecimiento espiritual en forma integrada. Promover el crecimiento espiritual de la iglesia a través de la edificación mutua. Así lograremos una edificación saludable de la Iglesia de Jesucristo
La iglesia crece, cuando todos sus componentes cumplen con lo estipulado por Dios a través de las Escritura, lo hacen con responsabilidad y dedicación en el lugar para lo cual fue llamado.
Algunas consideraciones para que prospere la obra de una iglesia:
1) Deben despertar los dormidos.
2) Cada uno debe ocupar su lugar de acción de acuerdo a su capacitación dada por el Espíritu Santo.
3) Actuar como un siervo de Dios.
4) Tener un espíritu de servicio, para engrandecer la obra de Cristo.

Juan Salgado Rioseco

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