domingo, 16 de agosto de 2015

Decadencia espiritual (Parte II)


La decadencia espiritual, es el proceso de deslizamiento que una persona realiza de una posición o camino correcto hacia una posición espiritual que le ocasionara peligro espiritual, en la cual tiene dos posibles salidas: la restauración o la apostasía.

B.         Es responsabilidad de cada uno, de mantenernos firmes, aferrado a la roca de la Fe, con diligencia aprobado delante de Dios. La Biblia nos manda:
  1. Examinarnos a nosotros mismos. (2 Co. 13:5). Para conocer el estado en que se encuentra nuestra alma delante de Dios.
  2. Con diligencia presentarnos de Dios aprobado. (2 Ti. 2:15). Para no avergonzarnos.
  3. Que atendamos a las cosas de Dios  (He. 2:1). Para no deslizarse del camino de Jesucristo
  4. No dejarse mover fácilmente (2 Tes. 2:2). Un distanciamiento lento, casi imperceptible al principio, del lugar espiritual de absoluta seguridad
  5. Limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu. (2 Co. 7:1). Para  perfeccionar la santidad en el temor de Dios”
  6. Procurar la salvación, con temor y respeto hacia Dios. (Filp. 2:12). Para no perder el deseo de hacer lo que a él le agrada (v.13).
  7. Guardar el corazón. (Prov. 4:23; Mt. 12:35; 15:19). Para impedir la corrupción.
  8. Hacer la voluntad de Dios. (Sal. 143:10). Para que el Espíritu nos guié.
  9. Hacer morir lo terrenal. (Ro. 8:13; Col. 3:5-6).  Porque vivir conforme a la carne, es morir.
  10. Confiar en el Señor. (Prov. 3:5-8; Sal. 37:3; 62:8; He. 6:18). Para continuar en la esperanza que Dios nos da.
  11.  Andar en el Espíritu (Gá. 5:16). Para no satisfacer los deseos de la carne.
  12. Andar como digno en el Señor. (Col.1:10). Para llevar fruto en toda buena obra, y crecer en el conocimiento de Dios.


C.         Si nos empezamos deslizar del camino trazado por Jesucristo, estamos descuidando la salvación comprada a precio de sangre en la cruz, produciendo el decaimiento espiritual y exponiéndolos a peligros eternos de:

1.      El peligro de ser desaprobado por el Creador que nos ha dado vida y propósito. (2 Co. 10:18; 2 Ti. 2:15)
2.      El peligro de no ser tenido por digno de la resurrección de los justos. (Lc. 20:34-36)
3.      El peligro de ser condenado en el juicio final. (2 Co.5:10)
4.      El peligro de ser blanco de la ira divina. (Ro. 2:4-11; 1 Tes. 1:10; Ap. 11:18)
5.      El peligro de castigo eterno en el infierno. (Mt.13:40-43)
6.      El peligro de encarcelamiento eterno en prisiones de oscuridad, de ser consignado eternamente a las tinieblas de afuera. (Mt. 25:30)
7.      El peligro de ser separado para siempre de la presencia de Dios. (2 Tes. 1:6-10)
8.      El peligro de cargar con culpa y vergüenza por toda la eternidad. (1 Jn. 2:28; Lc. 16:19-31)
9.      El peligro de la “segunda muerte”, de la cual no habrá nunca resurrección alguna de ninguna clase. (Ap. 20:12-15)
10.  El peligro de “extraviarse del camino”, los cuales serán castigados en el día del juicio. (2 Pe. 2:15, 9).
11.  El peligro de “apartarse  de la justicia y hacer lo malo”, morirá por causa de su infidelidad y de sus pecados. (Ez. 18:24).
12.  El peligro de ser tentado por nuestras propias concupiscencia”, da a luz el pecado y la muerte. (Santiago 1:13-15).

CONCLUSIÓN
Es necesario congregarnos para escuchar la palabra de Dios. Es indispensable cultivar el habito diario de una lectura Bíblica, alimentar nuestro espíritu para que no desfallezca por falta de alimento. "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4.4). Está comprobado que los creyentes que en grupo o en forma individual, beben continuamente de las fuentes vivas de las Escrituras, suelen ser más perseverantes y firmes en su fe, y raramente se enfrían o decaen de su fervor para adorar y servir a Dios. “No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para lo cual fui también alcanzado de Cristo Jesús. (Filipenses 3:12)

Juan Salgado Rioseco

No hay comentarios:

Dios Santo y el Pecado (Parte VII)

El Servidor de Dios no debe quebrantar la Ley del Eterno y Santo para ser victorioso en la lucha contra el pecado. “ Ahora bien, ¿debe...