sábado, 24 de agosto de 2013

Liderazgo Cristiano



Los verdaderos líderes son escasos. La gente y los grupos los buscan constantemente. A lo largo de la Biblia puede verse que Dios también busca líderes. "...Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo,... (1 Samuel 13:14)

La historia sacra nos enseña que en todo tiempo y circunstancias Dios se ha valido de hombres de diferentes naturalezas y condiciones sociales, para llevar adelante su plan de redención, en lo personal, familiar y colectivo. Hombres como Abraham, José, Moisés, Josué, los Jueces, Samuel, David, los Profetas, Daniel, Nehemías. En la época neotestamentaria nos encontramos con Juan el Bautista, Pedro, Pablo, Santiago el Justo, Juan, Timoteo, Tito, entre otros. Mujeres como: Debora, Ruth, Ester, Febe, Prisca, Lidia, entre otras. Todas estas personas tenían algo en común: capacitados con un poder especial para cumplir su misión.

Líder (Dirigente - Anciano "en una comunidad cristiana"), es una persona capaz de dirigir, dictar pautas, conducir grupos de personas tras ideales comunes. Un Líder es alguien que arrastra personas tras de sí, es respetado, escuchado y obedecido, posee cierto carisma lo que permite que las personas le escuchen, le obedezcan y le sigan.

Una persona que ejerce un liderazgo debe reunir ciertos requisitos:

a.     Entregada a una causa, aun objetivo primordial.
b.     Tener visión, objetivos específicos, saber a dónde va y como llegar.
c.     Ser capaz de motivar a otros, a unírsele, a proseguir tras los objetivos programados, a pesar de las dificultades u obstáculos.

Los líderes pueden edificar o destruir una obra. Una comunidad con líderes de calidad siempre tendrá el potencial para emprender tareas con la seguridad en alcanzar las metas propuestas (Pr. 11:14; 15:22). Tendrá el vigor y la eficacia de seguir proyectándose en el futuro, utilizando estrategias y operaciones dinámicas con visión. Los líderes se forman, se capacitan, se preparan y no se improvisan o nacen. En cambio una comunidad con un liderazgo deficiente, no preparado, ni aprobado por Dios, su futuro será incierto, menos con éxito.

Entre los diferente tipos de liderazgo, el más exigente, a la vez el que exige más, es el Líder espiritual, debido a su forma, y los objetivos plasmado en su accionar. El líder espiritual tiene que poseer ciertas características que lo distinguen del resto del pueblo, que son los factores que le permiten desarrollar principios para presidir la Iglesia de Jesucristo y conducirla al cumplimiento del propósito de Dios.

Las iglesias crecen en todas las áreas cuando son guiadas por líderes fuertes y espirituales, con el toque radiante de lo sobrenatural en su servicio. Sin dicho liderazgo la iglesia se hunde en la confusión y desazón natural. Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sufrir por amor a objetivos que sean suficientemente grandes como para exigir una sincera obediencia. ( Sanders, J. Oswald. Liderazgo Espiritual.)

"...el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos"..
Marcos 10:43-44
La diferencia entre el liderazgo natural y el espiritual:
        
Líder Natural                                          Líder Espiritual
a.  Es autogobernado.                                  a. Consagrado a Dios.
b.  Confía en sí mismo.                                b. Confía en Dios.
c.  Conoce a los hombres                             c. Trata de conocer a Dios
d.  Hace sus propias decisiones                   d. Toma decisiones según la voluntad de  
                                                                         Dios.
e.  Es ambicioso                                          e. Es modesto.
f.   Es egocentrista                                       f. Es Cristocentrico.
g.  Origina métodos propios                         g. Busca los métodos de Dios y los sigue.
h.  Se dirige por propias convicciones          h. Se deja dirigir por la Palabra de Dios.
i.    Le agrada dar órdenes                            i. Se deleita en obedecer a Dios.
j.    Está motivado por consideraciones           j. Está motivado por el amor a Dios y al      
personales                                                hombre
k.  Es independiente.                                   K. Depende de Dios.

La cantidad de trabajo que conlleva el desarrollo de un liderazgo espiritual de calidad nunca tiene fin. Es un ciclo continuo de buscar líderes, prepararlos, cultivar su crecimiento espiritual, y entregarles el apoyo para que ejerzan su labor, motivarlos a continuar, a crecer con todas sus potencialidades y darles los espacios necesarios para que emprendan nuevos ministerios.

Desarrollar líderes es la mejor labor que una iglesia puede ejecutar, así la comunidad, se proyecta con gran potencial, se desarrolla saludable, crece dinámica y sé retroalimenta con nuevas perspectivas, a la vez asegura su existencia en el tiempo.


Juan Salgado Rioseco

sábado, 17 de agosto de 2013

Estado Intermedio.

a. Origen.

 La expresión "estado intermedio", no se encuentra en la Biblia, pero tradicionalmente se refiere a la condición de la humanidad entre la muerte y la resurrección. Y surge de las interrogantes que suele hacerse el hombre con respecto:  ¿que hay después de la muerte?, ¿a dónde van los espíritus de los difuntos?, ¿todos estaremos en mismo lugar?, ¿existe diferencias entre los creyentes y los incrédulos?, etc.
Hay ambigüedad en la Escritura y en la tradición cristiana sobre la relación entre el destino de un cristiano al morir y en el juicio final y la resurrección. Algunos sostienen que entre la muerte y la resurrección un creyente está en el cielo con Cristo en una forma incorpórea (tal vez éste es el significado de 2 Co. 5:1-8). Aquí (como en otros lugares) la Escritura parece describir lo que está más allá de nuestra experiencia en términos de las limitaciones de nuestra experiencia de distinciones temporales. (Ap. 6:10). Sin embargo, al morir una persona pasa fuera de las limitaciones del tiempo. Desde sus perspectivas (y la de Dios) puede no haber conciencia de una "intermedio"; puede pasar por la muerte a la resurrección en la presencia de Dios con todo su pueblo.
Aunque la Biblia no da muchos detalles, enseña que hay un período intermedio, para los incrédulos, es un estado de angustia y tormento en el Hades (Luc.16:23-25, 28; 2 Pe. 2:9), mientras esperan la resurrección y el juicio final (Jn. 5:28, 29). Para el creyente, es un período durante el cual su alma incorpórea, en comunión consciente con Cristo, espera recibir su cuerpo resucitado.

b. Postulados.

 Los términos "Seol" (Hebreo) y "Hades" (griego) se refieren a la morada de los muertos, tanto malos como buenos en el período intermedio (Dt. 32:22; Is. 14:9). Es un lugar de sombra (Job. 10:21,22). Hay conciencia y sus habitantes reciben a los nuevos muertos que entran en el lugar (Is. 14:9). Parece que los espíritus de los justos descansan (1 Sa. 28:15).

1.      Para los incrédulos, es un estado de angustia y tormento en el Hades (Luc.16:23-25, 28; 2 Pe. 2:9) mientras esperan la resurrección y el juicio final (Jn. 5:28, 29). Puesto que el juicio divino se basa sobre una evaluación solamente de la vida de uno en la tierra (Ro. 2:6; 2 Co. 5:10; 1 Pe. 1:17), el estado intermedio no ofrece una segunda oportunidad para arrepentirse y aceptar el evangelio.

2.      Para el creyente, es un período durante el cual su alma incorpórea, en comunión consciente con Cristo, espera recibir su cuerpo resucitado. Alternativamente, si los creyentes reciben sus cuerpos espirituales al morir, no hay laguna de incorporeidad entre la muerte y el segundo advenimiento, y el estado intermedio denota en forma más general el intervalo entre la muerte y la consumación de todas las cosas.

En cualquier caso, el estado es tan provisional como imperfecto (Ap. 6:9-11). El enfoque del NT no está sobre el estado penúltimo, provisional, del creyente, sino sobre su destino final, es decir, el estado resucitado de inmortalidad.
Aunque los creyente que han fallecido ya no están activos, ni conscientes del mundo terrenal contemporáneo de tiempo y espacio (Is. 63:16), están plenamente conscientes de su nuevo ambiente, porque no solamente están "descansando de sus labores en un estado de satisfacción gozosa (He. 4:10; Ap. 14:13) y seguros en las manos de Dios (Lc. 23:46; Hch. 7:59), sino que están (literalmente) "en la presencia de Cristo (ver Fil. 1:23; 2 Co. 5:8), "viven para la gloria de Dios" (ver Lc. 20:38) y viven "en espíritu según Dios" (1 Pe. 4:6).

c. Desarrollo.


A.     A través de la historia de la iglesia algunos cristianos han sostenido que entre la muerte y la resurrección el espíritu incorpóreo del cristiano, o su "hombre interior", queda en un estado de sueño en la presencia de Cristo (psicopaniquismo, la doctrina del "sueño del alma"). Existen varias objeciones a este concepto:

1.      El verbo koimasthai, usado por Pablo nueve veces y siempre refiriéndose a la muerte de los cristianos, generalmente significa "dormirse". Sólo cuando se refiere al sueño físico el verbo tiene que significar "estar dormido". Los cristianos que mueren "se duermen", en que dejan de tener una relación activa con el mundo actual. Si este eufemismo común para el acto de morir tiene más implicaciones, significa que hay seguridad de un "despertar" en la resurrección, no que el estado intermedio sea de inconsciencia o de inimación suspendida.

2.      Inmediatamente después de la muerte el cristiano está "con" el Señor (meta, Luc. 23:43; pros, 2 Co. 5:8; syn, Fil. 1:23), que se refiere a comunión interpersonal activa, no una yuxtaposición espacial impasible.

3.      Pablo prefiere (2 Co. 5:8) o desea (Fil. 1:23) partir y estar en la presencia de Cristo. Difícilmente hubiera considerado un descanso inconsciente como "mucho mejor" que la comunión consciente con Cristo en la tierra.

4.      Lucas 16:19-31 sugiere que en el estado intermedio hay (cuando menos) una conciencia de circunstancia (vv.23, 24), el recuerdo del pasado (vv.27, 28) y un pensamiento racional (v.30; Ap. 6:9-11).

B.     La doctrina del purgatorio, defendida por las iglesias Católica Romana y Ortodoxa Griega, afirma que durante el período entre la muerte y la resurrección las almas de los creyentes que murieron en un estado de gracia eclesiástica, pero sin perfección cristiana, experimentan sufrimiento penal y purificador de grado y duración variable para expiar los pecados veniales y prepararlos para el cielo. Como lo definieron los concilios de Florencia y de Trento, el purgatorio no es solamente un lugar de purificación (la clase de estado intermedio entre la muerte y la resurrección que aun algunos teólogos protestantes han concebido) sino un lugar de castigo temporario, no eterno. Esta creencia está basada en las Escrituras canónicas, pretendiendo basarse en pasajes neotestamentarios tales como Lucas 12:59; 1 Co. 3:15; 5:5 y Judas 23, este concepto pasa por alto la transición inminente del creyente al morir de su residencia en el cuerpo a su residencia con el Señor ( Luc. 23:43; 2 Co. 5:6-8; Fil. 1:23) y la bienaventuranza del estado del creyente muerto (Ap. 14:13), minimizando la suficiencia del sacrificio único de Cristo para expiar todos los pecados totalmente y para siempre (He. 1:3; 9:26; 10:12).
Es difícil encontrar apoyo para ella en los primeros siglos de la historia eclesiástica. Nunca ha sido aceptada por la Iglesia Oriental y en la Reforma fue también rechazada por las iglesias reformadas del Occidente.
La idea del purgatorio puede apelar fácilmente a una mentalidad legalista, que supone que la salvación es por obras, que Dios determina su juicio sobre nosotros al poner en equilibrio nuestras buenas obras en contra de las malas, y que se necesita alguna provisión especial para aquellos en cuyo caso el balance es más o menos equilibrado. Frecuentemente los rabinos judíos pensaban en estos términos. Sin embargo, la doctrina definida del purgatorio es más sutil. Reconoce que la salvación es por gracia, pero afirma que el pecador tiene que pagar una pena temporal, aun cuando la pena eterna de sus pecados ha sido remitida por el perdón. Si, mediante actos de penitencia ha pagado esa pena completamente en la vida presente, al morir va, con los santos directamente al cielo; si es impenitente, va derecho al infierno; pero si ha pagado la pena en parte, paga el resto en el purgatorio.
Se puede ayudar a las almas en el purgatorio y acortar el tiempo que pasan allí (según se cree) por los actos de los que están vivos. Se pueden hacer oraciones y dar limosnas por ellos, se puede ofrecer sacrificio propiciatorio de la misa por ellos (como una misa de réquiem), y se pueden obtener indulgencias a favor de ellos. En la práctica católica romana, la costumbre antigua de orar por los fieles difuntos se ha transferido totalmente a la de orar por las almas en el purgatorio. Las indulgencias se basan en la creencia de que la iglesia tiene derecho de dispensar beneficios del "tesoro de méritos" acumulados por Cristo y los santos. La venta de indulgencias por perdonadores autorizados fue una de las causas que precipitaron la Reforma.

d. Conclusión de Estado Intermedio.

Aunque los escritores inspirados del Nuevo Testamento no dedican mucho espacio a este tema sino más bien al destino glorioso del creyente, es decir la resurrección, nos indican que el estado intermedio del justo es "muchísimo mejor" que la vida actual. Ya no va al Seol o Hades.

1.      Al morir, el creyente entra en la presencia del Señor: "Quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al “(pros)"Señor" )2 Co. 5:8). "Duermen" en Cristo" (1 Co. 15:17; 1 Tes. 4:13) en el sentido de que no son conscientes de lo que ocurre en este mundo de tiempo y espacio. Sin embargo, 23:43: "Te digo que hoy estarás conmigo" (met emon)" en el paraíso". Las palabras griegas pros (2 Co. 5:8) y meta (Lc. 23:43) indican comunión activa.

2.      Están en el estado de satisfecho y gozoso descanso: "Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen" (Ap. 14:13).


3.      Están en un estado de espera de la resurrección: "Se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo..." (Ap. 6:11).

Juan Salgado Rioseco

sábado, 3 de agosto de 2013

Doctrina de la prosperidad y su influencia en grupos marginados

         Las denominaciones pentecostales de raíces nacionales de Chile, carecen de los medios financieros adecuados para sostener sus diferentes proyectos y ministerios, desde sus inicios el movimiento se identifico con las clases más desposeídas del país, lo que implico que sus líderes se sustrajeran de la necesidad de enseñar el principio de dar entre sus miembros. Esta inadecuada preparación de los creyentes, ha influenciado de aceptar fácilmente el pregón de dar y sus retribuciones de los movimientos llamados de la prosperidad, con el propósito de una solución fácil y demagógica utilizando las bendiciones de Dios.

En la década de los setenta en los E.E.U.U., tomó auge un movimiento conocido como Movimiento de la Prosperidad, uniendo otros movimientos a nivel internacional similares. Fomentando que Dios puede suplir todas las necesidades del hombre, utilizando la consigna “si tu das al movimiento, Dios te lo devolverá triplicado, quintuplicado o más”, el motivo de dar es para recibir mucho más de lo que se da, alimentando la avaricia y el deseo de enriquecerse en el servicio de Dios.
         Considerando esta postura, nos preguntamos si los dogmas doctrinales del Movimiento de la Prosperidad, tienen fundamento Bíblico o son simplemente un movimiento que distorsiona las Escrituras, para su provecho en pos de recibir jugosas ofrendas.    El objeto de este estudio, es analizar algunos pasajes bíblicos y confrontarlos con los dogmas del Movimiento de la Prosperidad, para que las denominaciones pentecostales que se encuentran influenciadas o tienen simpatías, encuentre un fundamento para oponerse a dicho movimiento y afirmen su conocimiento bíblico sobre la base de una interpretación aceptada y correcta de la sagradas Escrituras.
Los proponentes de la prosperidad aseveran que Dios es rico y desea que todos sus hijos sean ricos, de buena salud y felices. Estiman que la pobreza es una maldición que proviene de la desobediencia a Dios (citan frecuentemente a Gá. 3:13-14, 29). Los dogmas doctrinales que tienen en común los integrantes del Movimiento de la Prosperidad son básicamente cuatro:
a.     Que Dios promete prosperidad en lo material, riquezas y éxito a todo aquel que se una a su forma particular de interpretar el cristianismo.
b.     Que la forma de adquirir esta prosperidad es por medio de la fe.
c.      O por el uso de métodos como confesar audiblemente ciertos versículos, visualizar en la mente cosas materiales que se deseen y orar pidiéndolas a Dios. O también atar y reprender espíritus que se supone impiden que vengan las riquezas.
d.     Un muy particular y redituable principio es la enseñanza de que ofrendando grandes cantidades de dinero a cualquiera de estos grupos, se promete que Dios lo devolverá, en forma sobrenatural, multiplicado.

Estos son los principios esenciales de los grupos que componen el Movimiento de la Prosperidad, algunos difieren en otras enseñanzas. Cualquier conocedor serio de las Sagradas Escrituras se da cuenta que la esencia del cristianismo ha sido suplantada por un sistema de materialismo y egoísmo; por una forma de ofrendar y retribuir contrario al principio de dar y recibir que no enseñó Jesucristo. A Dios se le presenta como una fuente para obtener riquezas y éxito, fomentando y manipulando la avaricia de los miembros, con el propósito de entregar más dinero al movimiento y a sus líderes.
Los propagadores de esta enseñanza son profesionales en utilizar pasajes como: Jn. 10:10; Stgo. 1:17; Fil. 4:19. Expertos en indicar bien la relación entre sembrar y el cosechar (Lc. 6:38; 2 Co. 9:6-8; Mal. 3:10). Realmente las Sagradas Escrituras nos enseña a dar y recibir, Dios ama al dador alegre y suple nuestras necesidades, ¿dónde se encuentra la diferencia?, en exagerar los beneficios materiales de dar, convirtiendo la fe en una fuente de negocios, Pablo describe a este tipo de hombre como “corruptos de entendimiento y privados de la verdad” (1 Ti. 6:5).
Con esta manera de actuar e interpretar la Biblia, el movimiento de la Prosperidad se asemeja más a una secta. Sus enseñanzas que se debe ofrendar por interés, tiene una contradicción con el principio de dar en forma desinteresada como lo interpreta Pablo en 1 Co. 13:2, confundiendo lo espiritual con lo material, omitiendo deliberadamente los escritos de la carta de Gálatas, o el capitulo cuatro de Romanos donde se nos enseña que somos herederos de la promesa a través de la justificación por la fe.
En sus enseñanzas esta la ausencia de los pasajes bíblicos contrarios a su postura como la prosperidad es el resultado del duro trabajo (Prov. 6:9-11; 2 Tes. 3:10-12), del ahorro (Prov. 6:6-8), de la mesura (1 Tes. 4:11-12), y de la compasión con el pobre (Ef. 4:28), haciendo caso omiso de las advertencias del propio Señor Jesús “No hagáis tesoros en la tierra... porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt. 6:19-21). O la comparación que hace en la parábola del sembrador (Mt.13:22).
         Parece que este tipo de personajes desconocen el texto de Pablo en 1 Ti. 6:3-10, nos debería llevar al consenso de que el creyente embaucado por este tipo de doctrina, sigue una doctrina errada referentes a los principios fundamentales de la piedad y de las enseñanzas de Jesucristo. Por consecuencia, en vez de hacer prosperar a la iglesia la perjudica, dañando la imagen y su transparencia. Tales creyentes debieran tomar el consejo de Pablo: “Renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios (2 Co. 4:2)
         Pablo nos escribe de la gracia de dar (2 Co.8:7), conforme a lo que tengamos, porque primero está la voluntad dispuesta, será aceptado según lo que uno tiene (8:11-12), como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al, dador alegre. (2 Co. 9:7), o sea., lo que damos al Señor debe ser voluntariamente, según su deseo libre, sin ser manipulado o impuesto tras objetivos de avaricia, ganancias deshonestas.
Analizando las enseñanzas oficiosas del movimiento de la Prosperidad, podemos concluir que:
En la naturaleza de este comportamiento, la lectura de los textos bíblicos afines a sus proposiciones los hace en sus propios términos, manipulando la Biblia y algunos conceptos del cristianismo, lo que conlleva a conducir a sus adherentes a una fe materialista y virtual aprovechamiento de mentes ingenuas sin el conocimiento mínimo de la Palabra de Dios.
En la conducta de los creyentes, se dejan arrastrar por la debilidad de sus caracteres, tratando de suplir sus necesidades en forma fácil, debido a sus falencias o falta de oportunidades.
En el conocimiento bíblico, la falta de un fundamento sólido, que pueda sustentar su fe bajo los principios correctos, que lo establezcan en forma perenne en el camino de la voluntad genuina del Dios, a través de la enseñanza de Jesús el Señor.
Tomando las mismas palabras del apóstol Pablo “Por que lo que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe...” (1 Timoteo 6:9-10).
O las palabras de Jim, Bakker, el gran evangelista del evangelio de la prosperidad, en su libro “No tuve Razón”: “Yo había buscado textos sólo para comprobar mis creencias ... La iglesia está en apuros ahora porque hemos sacado versículos de sus contexto y edificado nuestra propia doctrina ... otro evangelio, otro Jesús y otro espíritu.”
Nuevamente Pablo nos escribe: “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”. (2 Co.4:2)
La advertencia del apóstol Pablo cobra actualidad: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.” (Gálatas 1:8-9).
Algunas traducciones del siguiente texto de 2 Corintios 2:17:
 “Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.” (RV 1960)
 “Porque no somos como muchos que negocian por lucro con la Palabra de Dios, sino como con sinceridad, más bien como de parte de Dios, en presencia de Dios hablamos en Cristo.” (Biblia textual)
“Ya ven, no somos como tantos charlatanes que predican para provecho personal. Nosotros predicamos la palabra de Dios con sinceridad y con la autoridad de Cristo, sabiendo que Dios nos observa.” (NTV)
“A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos.” (NVI)
Saque usted sus propias conclusiones: Servir a Dios con integridad, o buscando intereses mezquinos.

Juan Salgado Rioseco.

jueves, 1 de agosto de 2013

¡Auméntanos la Fe!


“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.” (Lc. 17:5).
  
Esta es una petición imperativa de los discípulos de Jesús de Nazaret, Lucas la muestra inserta en medio de una serie de parábolas e instrucciones. La respuesta del Maestro es condicional, hay que tener "fe"; los discípulos la tenían y lo habían demostrado varias veces, pero la fe de ellos estaba mal orientada, había que tener una fe correcta; ellos no tenían la fe vigorosa y viviente que era necesaria para una vida como seguidores de Jesucristo.

Han pasado más de dos milenios, de esa enseñanza, la iglesia de Dios en Cristo Jesús, se da diseminado por todos los continentes; en algunos lugares la fe solicitada esta vigorosa, victoriosa, cada dìa agrega a sus filas los que van hacer salvos; en otros, se ha ido ensombreciendo por los negocios anexos que han asumido los creyentes, actuando con una parsimonia o frialdad en su compromiso con la iglesia de Cristo que han bloqueado el radicalismo evangelista de sus comunidades; en otros lugares, la luz ya se va extinguiendo, ha sido avasallada por las tinieblas, han sido absorbidos por la socialización humanista de sus hábitats. 

¿Cómo explicar la situación actual del cristianismo? Son tantas las bifurcaciones que han tomado los "miembros" de la iglesia de Cristo, que es difícil de encontrar una explicación acertada a la situación general; sin duda, uno de los múltiples factores es la "desviación de la fe".

En el occidente, dominado por la influencia de la rama heredera del sacro imperio romano, basta de leer las declaraciones de su líder máximo, para darse cuenta las profundas desviaciones que han incurrido. Desde que fue electo en marzo (2013), Francisco (el Obispo de Roma Jorge Mario Bergolio Sìvori), ha hecho comentarios agudos y espontáneos acerca de toda clase de temas: la homosexualidad, el ateísmo, de los evangélicos, de la pobreza, de la comodidad religiosa, de la corrupción dentro de los muros de la curia, ha solicitado a la jerarquía eclesiástica "actuar decisivamente" contra el abuso sexual a los menores y realizar "los debidos procedimientos contra los culpables" de pedofilia, etc., “Estar con Jesús exige salir de nosotros mismos, de un modo de vivir cansino y rutinario", escribió en su cuenta oficial de Twitter casi a la par de una de sus primeras audiencias públicas. Un ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), escribió al líder máximo de su tiempo que existe "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana, la réplica del aludido fue “Se han vertido sobre mi acusaciones. Una red de cuervos y víboras…” Es tal, la deformación del imperio religioso que nombró a un grupo de ocho cardenales de diversos países del mundo para estudiar las posibles reformas que se puedan hacer a la Iglesia católica apostólica romana, para volverla al camino del nazareno. Difícil tarea.

En la esfera evangélica la situación es similar: los extravíos doctrinales son abrumadores; el poder se sustenta en la arbitrariedad; los neófitos gobiernan las comunidades con sus errores, experimentos administrativos y organizacionales; los usos y costumbres se han transformados en farandulas religiosas; los negociados que manipulan la fe de las personas incautas, son el tormento económico de los más desposeídos; los falsos líderes han liberalizado los principios de la fe y los preceptos bíblicos los han amalgamados en un sincretismo mundanal; los indoctos trazan los procesos de enseñanza de los fieles, llevándolas a una ignorancia escritural sin precedente, la paradoja está en que en estos tiempos la tecnología pone al alcance todos los medios posibles para sacar los que viven de los rudimentos primitivos de la fe a la luz admirable del conocimiento de la Palabra de Dios, sin embargo, la realidad es todo lo contrario, estamos viviendo la parte más oscura de la ignorancia escritural, debido a la comodidad tener u obtener lo ligth, todo está hecho en las redes sociales, sin el mayor esfuerzo, son simples caja de resonancias de otros, simples címbalos que resuenan.

Si bien hay un “boom” de sectas y nuevas religiones en los países occidentales, el fenómeno religioso más extendido es el de quien cree sin pertenecer o practicar una religión específica, revela el sociólogo Massimo Introvigne, director del Centros de Estudios sobre las Nuevas Religiones de Turín (CESNUR), los evangélicos sin iglesias, ni estructuras; los católicos creen en su iglesia sin curas. Por otro lado, hay cientos de miles de personas sinceras que buscan la verdad en medio de su ingenuidad religiosa, deciden recurrir a la fe para resolver sus asuntos, caen y son arrastrados por falsas doctrinas, pseudomaestros del esoterismo o fraudulentos líderes religiosos, impregnados de una espiritualidad falsa, cimentada en la arena neo animista; religiones de consumo o de sectas ocultistas y abiertamente anticristianas.

El ateísmo está creciendo en todo el mundo, especialmente en los países "desarrollados" o del primer mundo. La religión podría desaparecer para el 2041 debido al ateísmo según un estudio Nigel Barber, el material y su análisis ha sido publicado en su nuevo libro: “¿Por qué el ateísmo reemplazará la religión?” (Why Atheism Will Replace Religion). Somos testigos del “celo entusiasta” con la que los ateos, agnósticos y otros grupos están haciendo campaña en contra del cristianismo y su fe. Esto ocurre ante la impávida vida de los seudos discípulos de Cristo, la indolencia de los que se sientan en los altos sillones de su comunidad, la indiferencia generalizada hacia el evangelio saludable que proclama la salvación y  la “negación” de la Escritura. “El ateísmo y su derivación agnóstica está a punto de convertirse en la nueva religión”. Ante tal situación, los cristianos debemos predicar el Evangelio de Jesucristo sin temor, porque él es el camino, la verdad y la vida. Sólo él nos puede sacar del estado actual de impiedad y somnolencia que ha caído las comunidades que proclamamos de servir a la Iglesia de Cristo.

El Consejo de la Ciudad de San Antonio, Texas, (USA) está considerando una propuesta que podría crear un precedente político peligroso en “el mayor país cristiano en el mundo.” Este Consejo, está estudiando un proyecto de ley que puede discriminar y castigar a los que creen en la Biblia. Bajo el título de estar en “contra del prejuicio”, el tema principal es el castigo en contra de todos aquellos que expongan públicamente cualquier tipo de prejuicio en contra de los homosexuales, lo que sería un problema para los defensores de la Biblia, por el solo hecho de declarar que “la homosexualidad es un pecado condenado por Dios”.

Sergio Villalobos R., Premio Nacional de Historia de Chile en el año 1992, escribió “desde que el hombre comenzó a razonar sobre su destino político y social, aparecieron doctrinas que aspiraron a guiar sus pasos. Han sido simples elucubraciones, planteamientos abstractos y también cuerpos ideológicos manejados por organizaciones partidista, valiéndose de la persuasión y a veces de los medios violentos.”  Solo puedo decir, que estas palabras son el reflejo del acontecer del espectro religioso social activista con que se desenvuelve el estrato dirigencial en diversas comunidades cristianas del Chile de hoy.

Un gran grupo de comunidades han caído en el liberalismo religioso, ofreciendo un camino descaminado, ya no hacen camino al andar, sino que han retrocedido hasta convivir con la apostasía anunciada en la Palabra de Dios y otros han vuelto al paganismo por la mezquina prebenda económica;  nos hemos extraviado de la ortodoxia primaria de la fe en Cristo; hemos caído en las fabulas, mitos, en falsas doctrinas, desoyendo u omitiendo impunemente la voz del apóstol Pablo “Desecha las fábulas profanas… Ejercítate para la piedad.”  (1 Timoteo 4:7), la palabra “desecha” es sinónimo de “rechazar”, el consejo de Pablo a Timoteo era evitar los cuentos inútiles que son como los que las ancianas les cuentan a los niños. Es fácil perderse siguiendo bifurcaciones y enredarse con cosas que no pasan de ser adornos religiosos llenos de un falso espiritualismo emocional.

Las consecuencias o daños colaterales son inimaginables, teniendo en cuenta las situaciones adversas que enfrenta el cristianismo del tercer milenio, no se prevén medidas paliativas que nos conduzca a una defensa mancomunada adecuada a los peligros que está expuesta la iglesia; menos se avizoran las medidas o acciones que surtan efectos de compañerismo, de comunión, menos de la unidad que nos exige Jesús de Nazaret en oración de intercesión con la finalidad que el mundo crea.

Otro de los factores influyentes es el humanismo “Cristiano” es justo la “cristianización” del humanismo secular; la premisa básica es la misma premisa del humanismo secular, la que arremete en forma frontal contra la soberanía de Dios, corroyendo los cimientos en su nivel más esencial de la transmisión de la fe: la familia.

Las iglesias evangélicas están aumentando las personas nominales o las que se hacen pasar por cristianos, llenos de superficialidad o de demasiada rigidez, omiten que un verdadero cristiano es el hombre o mujer que se apoya en la fe de Cristo. ¿Qué debemos hacer?

Los discípulos de Jesús, le dijeron “auméntanos la Fe”, mostrando su incapacidad de comprender; la falta de entendimiento de las enseñanzas que se le estaba impartiendo; tenían una fe simple, casi superficial, basada en sus tradiciones; no comprendían que a su lado estaba la fuente de la fe. Aun nosotros no comprendemos que Jesús está nuestro lado hasta la consumación de los siglos.

Una de la medidas urgentes a tomar, es retornar a la casa del Padre celestial como el hijo prodigo, debemos dejar de comer las algarrobas del mundo, la migajas que caen de la mesa del Rey y sentarnos como hijo amados en la mesa de nuestro Padre, para alimentar la mente y nutrir la fe con alimento solido que nos da a través de la Palabra de Dios. Es posible que en forma individual se haga, pero es, en un porcentaje cada vez menor de los que dicen servir a Dios en espíritu y en verdad. Los cristianos hemos perdido o extraviado la voz de la fe bien direccionada, debemos clamar como los discípulos de Jesús de su tiempo: Señor “auméntanos la fe.”  

Esta situación ocurría en el génesis del cristianismo; se estaba saliendo de los “tiempos de esta ignorancia” (Hechos 17:30) y era necesario establecer la verdad, presentarla a judíos o paganos quienes, al convertirse en cristianos, pasaban de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás y de los ídolos a Dios. Era preciso apartarlos de las fábulas y conducirlos a la enseñanza de Cristo. Pareciera que aún estamos bregando en el mismo campo de batalla que antaño, con la diferencia que estamos atrincherado en el interior de nuestros templos o casa de adoración.

Una de nuestras kerigmas pentecostales es “Cristo viene”, “Cristo está a las puertas de su segunda venida”, sin embargo estamos asistiendo desgraciadamente, al movimiento inverso, es como el virus VIH pero en un sentido espiritual: aquellos que llevan el nombre de cristianos se apartan de la doctrina de Cristo para volverse a las fábulas (2 Timoteo 4:3-4).

Hoy haciéndonos eco de esas palabras, deberíamos solicitar al Rey de reyes, y Señor de señores: Señor “auméntanos la Fe”, este ruego debería hacerse con un corazón contrito y humillado delante de la presencia de Yahveh (en hebreo יהוה «YHVH») nuestro Padre, eterno, sabio y único Dios.

Jesucristo le había enseñado que debían evitar el hacer tropezar a otros, y por otra parte, el estar siempre dispuestos a perdonar, esto requería fortaleza de lo alto y creer que tal fortaleza les sería dada en respuesta a oraciones. Los apóstoles le ruegan en forma imperativa, en un contexto absoluto, que les aumente la fe. Esta fe no es la "teológica," sino la "confianza" en el poder y bondad de Dios para realizar algo, para mantenerse dentro de la voluntad de Dios.

He aquí la respuesta del Señor, para las dificultades, extravíos o desviaciones de hoy, la solución se encuentra dada hace dos mil años, “debemos tener fe como un grano de mostaza”. El poder de esta fe se lo expresa al comparar su potencia si aquélla fuese equivalente a un "grano de mostaza." Comparación rabínica usual para indicar lo más pequeño. En otras palabras, ningún desvíos, dificultad, problema o complicación aunque sea enorme, nos puede separar del amor y del camino, debemos poner en acción nuestra fe, tan solo como un grano de mostaza, una fe direccionada vigorosa y victoriosa, la fe de los Hijos amados de Dios.


Juan Salgado Rioseco

Dios Santo y el Pecado (Parte VII)

El Servidor de Dios no debe quebrantar la Ley del Eterno y Santo para ser victorioso en la lucha contra el pecado. “ Ahora bien, ¿debe...