sábado, 7 de septiembre de 2019

La Invasión y usurpación en los Púlpitos “CRISTIANOS”. (V) El camino o por las sendas en la Interpretación Bíblica.



I.                  V.   El camino o por las sendas en la Interpretación Bíblica.

“LOS ARBOLES NO DEJAN VER EL BOSQUE”, esta frase proverbial se utiliza cuando alguien no puede ver un asunto o una situación en su conjunto porque está prestando atención a los detalles; cuando nos vemos rodeados de muchos detalles, es fácil perderse en puntos pequeños, al grado que nos confundimos con las cuestiones más grandes e importantes. Así que, en situaciones confusas, debemos detenernos y dar un paso atrás para mirar el panorama completo.
La mayoría de los que tratan de interpretar las Sagradas Escrituras, les dan importancia a los detalles secundarios y pierden el camino primario de la interpretación bíblica, originándose confusiones, adulteraciones, inexactitudes en relación con el verdadero significado del Texto que se trata de interpretar.
Lo anterior nos advierte que nunca debemos perder el panorama completo de la Sagradas Escritura, para eso necesitamos conocer y tener siempre presente las perspectivas que unifican desde el Génesis hasta el Apocalipsis; esa unicidad nos advertirá de las confusiones que podemos originar con interpretaciones incompletas o que se han desviados de la verdad primigenia.
Una sana interpretación bíblica nos obliga a aprender mucho más de lo que podemos pensar, nos presiona a cumplir determinados procesos sin dejarnos posibilidad de elegir caminos racionales humanos. Téngase presente que “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” (Pr. 14:12), “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Is. 55:8-9).
Los pensamientos o conclusiones del hombre son muy diferentes a los de Dios, pues nuestra mente es limitada, nuestros conocimientos finitos, a la vez, la mayoría de estos conocimientos pertenecen a este mundo con sus influencias e intereses, lo que provoca inexactitudes en la aplicación de la interpretación bíblica.
Para prevenir esta situación: debemos investigar formas para extraer el significado interpretativo de los textos bíblicos escogidos acorde a lo que Dios quiso dar a conocer; a tener una autodisciplina para mejorar nuestra capacidad de entendimiento de la Biblia; conocer en primer lugar la terminología más importante utilizada que nos lleven a un correcto procedimiento y no provocar confusiones; efectuar un exhaustivo estudio exegético a los textos seleccionados; que las aplicaciones sean conforme a la verdad primigenia del autor del libro seleccionado.
El proceso interpretativo tiene tres fases: preparación – investigación – aplicación; la preparación personal es vital, tanto en el área espiritual, como cognitiva (en especial la ciencia bíblica); realizar una investigación exegética gramática – histórica al texto bíblico, los que nos llevara a una compresión acabada de las situaciones que inciden directamente en la correcta explicación o aclaramiento del significado, especialmente un texto que está poco claro; la aplicación equivale a conectar correctamente el significado original con audiencias contemporáneas, en otras palabras, en la aplicación, reflexionamos sobre las formas en las que las Escrituras deben aplicarse a nosotros como pueblo de Dios.
El intérprete de las Sagradas Escrituras debe impedir que los árboles los obstaculicen la visión completa del bosque, es decir, que los detalles secundarios no deben desviarlos del plan de Dios para el hombre.
Juan Salgado Rioseco

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