lunes, 13 de mayo de 2019

Dios es el santo, sus servidores deben ser santos.



 “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.”
Isaías 57:15
Dios es santo por esencia, alejado de todo pecado y de toda imperfección, plenitud de vida y perfección. Como origen de la santidad Dios exige a sus seguidores a que vivan en santidad para que puedan verlo en su manifestación eterna.

Dios es santo, tal como esta escrito en la declaración de Levítico 20:3, 22:2, 32. La Santidad es algo exclusivo de Dios, es la fuente primigenia de donde se deriva a las santidades de personas o cosas.


Fuente primigenia de la Santidad.

ü  Cántico de Moisés, Éxodo 15:11:
“¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?”

ü  Cántico de Ana,(madre del profeta Samuel), 1 Samuel 2:2:
“No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro.”

ü  Cántico de los Serafines, Isaías 6:3:
“Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.”

Significado de la palabra Santidad: Puro, Separado. 
·         Hebreo (AT)= KADOSH= separado, puesto aparte, pureza física, moral y espiritual. 
·         Griego (NT)=HAGIOS=Separado, Consagrado, puesto aparte. 
·         Otras palabras griegas, hosios, y hagnos, significan ser libre de mancha o de maldad. (1 Ti. 5:22 “Consérvate puro,” y 1 Jn. 3:3 “...se purifica a sí mismo”).

El término bíblico hebreo para santidad es “kodesh”.
Aunque el nombre designa acciones, cualidades o estados y que no tienen existencia física propia, sólo existen en la concepción de la mente, es probable que la percepción de la santidad no era completamente abstracta. De hecho, kodesh tenía varios significados, incluyendo “lugar sagrado, santuario, ofrenda sagrada.”
En la concepción bíblica de santidad no es tanto una idea, sino una cualidad, identificando ambas con lo que es real y perceptible en la tierra y con Yahweh.
De hecho, el único contexto en el que se expresa una noción algo abstracta de “santidad” se relaciona con la santidad de Elohim. Se dice que Elohim jura por Su santidad, tal como Él jura por Su vida, Su fidelidad y Su poder. Cuando se habla de Elohim, se reconoce que la santidad es inseparable de su ser; es un constante atributo divino.
En la Biblia la palabra y el significado de Santidad o Santo es: 
  • ·         Una cualidad fundamental de Dios y de Su Espíritu. 
  • ·         Una virtud indispensable de todo verdadero creyente. 
  • ·         Un atributo de ciertos lugares, objetos, fechas o días. 

Por lo tanto, la Santidad es el atributo o cualidad divina de ser puro, limpio, apartado de lo malo, pecaminoso o contaminación.
“No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro.” 1 Samuel 2:2.
Las cosas santas en la Biblia:
1.        Adoradores santos. “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios.” (Levítico 20:7)
2.        Separación se emplea en un sentido ritual.  
a.      Un objeto es separado (santificado) para un determinado oficio.
b.      Siendo santo, una persona u objeto es separado de una cosa (el uso normal, o el pecado),
c.       y separado a Dios y un uso especial y sagrado. 2 Ti. 2:21).
Siguiendo la idea de separación, el cristiano debe separarse continuamente de tres enemigos:
a.      El diablo (1 Pe. 5:8; Ap. 20:2) El “dragón” es asesino; la “serpiente antigua” es engañador; el “diablo” significa “acusador” en griego, y “Satanás” significa “adversario” en hebreo.
b.      El mundo (1 Jn. 2:17) Estamos en el mundo, pero no del mundo (Jn. 17:14-19) Nuestra fe vence al mundo (1 Jn. 5:4).
c.       La carne (Ro. 13:14; Gá. 5:16-17; Ro. 8:13) Se nota la obra del Espíritu Santo en todo esto.

La voluntad de Dios con respecto a la santidad:
ü  “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;” (1 Ts. 4:3).
ü  “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”  (He. 10:10).
ü  “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,” (Ef. 1:4-5).
ü  “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.” (Ro. 6:22).
Resumen de las ideas fundamentales y relacionadas con la “Santidad”:
·           Ser santo, como Dios es santo; Dios insiste al respecto “Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.” (Lv. 19:2; 20:26).
·           Ser perfecto como el Padre celestial es perfecto; Jesús nos dice “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que esta en los cielos es perfecto” (Mt. 5:48).
·           Somos llamados a ser santos todos los que invocamos el nombre de nuestro Señor Jesucristo; Pablo escribe “a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:” (1 Co. 1:2).

La triada de la santidad en el verdadero adorador es:
1.        Limpieza de toda inmundicia: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Co. 7:1)
2.        Separación del pecado: “Por lo cual salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor y no toquéis lo inmundo y yo os recibiré” (2 Co. 6:17); “Pues la Voluntad de Dios es vuestra santificación, que os apartéis de fornicación” (1 Tes. 4:3).
3.        Dedicación para Dios: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (1 Pe.1:15-16)

Responsabilidad y deber del Creyente:
·           Presentar su cuerpo santo. “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Ro. 12:1-2)
·           Seguir la santidad. “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” (He. 12:14)
·           Limpiar toda inmundicia. “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.” (1 Ti. 4:7)
·           Ser irreprensibles en santidad. “para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (1 Ts. 3:13)
·           Conservarse puro. “ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.” (1 Ti. 5:22)

“¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación” (Salmo 24:3-5).
La santidad es un camino de vida que no se alcanza de una vez por todas; pues requiere un fuerte deseo renovado cada día, en cada instante, dejándonos santificar y modelar por la acción del alfarero divino.
La santidad es un proceso que nos va perfeccionando y uniendo cada vez más a Cristo, y en Cristo quedamos transformados en la perfecta vasija que Dios ha soñado para su pueblo y para cada uno de sus hijos.

La santidad de Dios significa que nunca se muestra neutral ante la desobediencia de sus hijos. El llamamiento a ser santo como Dios es santo perdura para los llamados en el nuevo Pacto (1 Pe. 1:15-16).

El cristiano debe caminar por la senda de la santidad, para alcanzar las moradas celestiales.
Juan Salgado Rioseco

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