sábado, 18 de febrero de 2017

Integración versus Desintegración en el cristianismo. (Parte II)

Desde el inicio de la formalización del cristianismo sufrió la acomodación de sus normas a las situaciones imperantes y posteriormente la adaptación de sus preceptos a las circunstancias institucionales influenciados por el creciente poder y privilegios que fue adquiriendo en ciertos lugares geográficos, debido a su asociación con el poder temporal, lo que trajo como consecuencia el paulatino abandono de la senda antigua del cristianismo. En este proceso, desde la integración inicial dio paso a la segregación de las minorías y a la paulatina desintegración fruto de la ambición de poder de una elite y la inculturación de la mayoría de los creyentes; este proceso germina por el insuficiente conocimiento de la Palabra de Dios y de liderazgos no idóneos, alejados de la voluntad de Dios, en busca de intereses ajenos a la iglesia.

El Concepto y definición de Desintegración, es separación de las partes o de los elementos que forman un todo, de manera que deja de existir como tal. La Desintegración que nos aflige está afectando de forma terrible a las diferentes comunidades cristiana. La ruptura de la estructura grupal debido a la falta de normas comunes, liderazgo y consenso.

Cabe mencionar, las segregaciones provocadas por las controversias teológicas, el cisma de oriente y occidente; movimientos que desafiaban el poder absolutista de la iglesia y sufrían una gran represión por sus esfuerzos como: los albigenses de Francia (los "puritanos") se oponían a doctrinas romanas (purgatorio, veneración de imágenes, etc.) y sufrieron una matanza a causa de la cruzada en su contra convocada y autorizada por Inocencio III (1208); los valdenses, organizados en 1170 por Pedro Valdo de Francia, predicaban y promovían las Sagradas Escrituras como la suprema autoridad de Dios. Sufrieron una gran persecución de la iglesia, y tuvieron que refugiarse en el norte de Italia; John Wycliffe, de Inglaterra, fomentó una protesta contra el poder absoluto de la Iglesia romana. También tradujo el Nuevo Testamento al inglés (1384). Roma no lo pudo tocar, pero sus sucesores fueron perseguidos hasta su exterminio por los reyes Enrique IV y Enrique V de Inglaterra; Juan Huss (martirizado en 1415), buscó liberarse de la autoridad papal de Roma; Jerónimo Savonarola (siglo XV), monje dominico de la ciudad de Florencia, fue excomulgado, luego condenado y martirizado (ahorcado y quemado 1498) por oponerse a los males sociales y eclesiásticos. (http://www.lavozeterna.org/estudios/brevehistoria.htm)

El siglo XVI trae la reforma protestante, el surgimiento de las diversas y variadas denominaciones religiosas del protestantismo, como la reforma radical, los movimientos de santidad. En los últimos siglos, nuevos movimientos religiosos, marcados por una fuerte heterodoxia en contraposición a la ortodoxia marcada por las religiones originarias, signada la más de las veces por alguna disconformidad respecto de la doctrina fundacional, formando un enjambre de nuevas denominaciones, en desmedro de la mantención dela unidad e integración de la iglesia. Son comunidades “llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error.” (Efesios 4:13 RVR 19060), haciendo caso omiso de las advertencias del apóstol Pablo “y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos…” (Hechos 20:30,31), “Esto lo digo para que nadie os engañe con razonamientos persuasivos…” (Colosenses 2:4-8), “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;” (2 Timoteo 4:3); sus rogativas “Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis de ellos. …” (Romanos 16:17,18); sus aprehensiones “Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo…” (2 Corintios 11:3,4).

 Así, puede entenderse la heterodoxia como una "deformación" de la doctrina original o de las normas de una determinada comunidad religiosa. “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;” (2 Timoteo 4:3); la advertencia de Pedro sigue tan vigente en estos tiempos como para los receptores de su carta  “Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina.…” (2 Pedro 2:1-39).

Está probado que a la decadencia de los pueblos siempre le anteceden fenómenos de moralidad. Científicos de diferentes culturas y épocas lo dicen. Por ejemplo, el historiador británico Arnold Joseph Toynbee, especialista en filosofía de la historia, estableció una teoría cíclica sobre el desarrollo de las civilizaciones y en ella descubrió que, de las 21 civilizaciones más notables de la historia, 19 perecieron no por haber sido conquistadas, sino por la decadencia interior.

Estamos siendo desintegrados desde el interior por las falsas doctrinas implantadas por los indoctos de la fe; muchos de nuestros hermanos de fe han abandonado el Evangelio de Cristo a causa de las desviaciones doctrinales de los lideres neófitos que engañan con sus falsas espiritualidades, como esta escrito en las Escrituras  que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, les harán caso a espíritus que mienten y seguirán enseñanzas de demonios. Esas enseñanzas llegan a través de mentirosos quienes con sus palabras falsas engañan a la gente. Ellos no saben la diferencia entre el bien y el mal. Es como si su entendimiento hubiera sido quemado con hierro candente.( 1 Timoteo 4:1-2). Debemos defender la Iglesia de Cristo, no debemos apoyar, aun con nuestro silencio, la ordenación de nadie que no sea hallado fiel a las Escrituras, ni conceder altos puestos a personas que no tienen claros los principios fundamentales de nuestra, no basta de un sueño y una predicción, sino que los lideres deben ser doctos en la Palabra de Dios, teniendo siempre en cuanta el consejo de Pablo a Timoteo "ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren." (1 Timoteo 4:16 PDT). sino velamos por la integridad de la Iglesia y de nuestra denominación, le abriremos la puerta a la apostasía.

Si nos queda alguna salida a la situación que el cristianismo padece; si tenemos todavía algún sentido del deber y de la responsabilidad, no nos queda sino ser fieles a nosotros mismos, e instaurar como podamos los valores eternos que nunca debimos perder. En otras palabras, escuchar la voz de Dios “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.” (Jeremías 6:16 RVR1960).

Volviendo a utilizar las palabras de Jean Paul Sartre “El hombre nace libre, responsable y sin excusas”, el hombre al creer en Jesucristo, nace libre del pecado, “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” (Romanos 6:14); es responsable ante Dios de su Fe, la responsabilidad involucra el “unos a otros” de las Escrituras. Estamos llamados a exhortarnos unos a otros (Hebreos 10:24-25), orar unos por otros (Santiago 5:16), amarnos unos a otros (Gálatas 5:13; Efesios 4:2; 1 Pedro 1:22), enseñarnos unos a otros (Colosenses 3:16), edificarnos unos a otros (Romanos 15:14; Colosenses 3:16); y no tiene excusas delante del Todopoderoso, “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan Solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” (Santiago 1:22 RVR1960).

Juan Salgado Rioseco

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