Lectura Bíblica Marcos 1:40-45
I.
La Lepra:
En tiempos de Jesús, la palabra lepra, diagnosticaba
una variedad de enfermedades de la piel, y no solamente para lo que hoy día
conocemos como dicha enfermedad. Los escribas contaban más o menos setenta y
dos diferentes condiciones de la piel que se definían como lepra, incluyendo
enfermedades como “fuegos” (furúnculos) y tiña (Lv. 14:54-57). Algunas de estas
enfermedades no tenían cura conocida, y por eso se les temía mucho. Algunas
eran altamente contagiosas, así que se requería que los leprosos vivieran en
lugares aislados.
La condición y tratamiento de la enfermedad del punto
de vista bíblico en los tiempos de Jesús
1.
La Ley de Moisés,
era muy explícita al respecto. Ref. Lv.
13:45-46. (cap. 13-14)
2.
El Antiguo
Testamento tiene varios pasajes donde Dios aflige al pueblo castigandolos con
lepra. Ref. Nm. 12:9-10; 2 Re. 5:27;
15:5; 2 Cr. 26:19-21, la gente frecuentemente interpretaba la lepra como un
castigo de Dios por su pecado.
3.
La lepra tenía
diversas implicancias: física, religiosa, social y económica. La persona
afectada (físicamente) era considerada como ritualmente impura (espiritual).
Ref. Lv. 13:15
4.
A los leprosos se
les requería que vivieran aislados y mantuvieran una distancia de cincuenta
pasos lejos de una persona sana (social). Ref. Lv. 13:45-46; Lc. 17:12, los que
lo aislaba de la comunidad.
5.
La persona afligida
por la lepra no podía trabajar, y por lo tanto se le reducía a pedir limosna
(económica). Lo que traía consecuencias también a la familia.
6.
Si la persona con
lepra tocaba a otra o era tocada por alguien, se consideraba que esa persona
estaba ritual y físicamente impura hasta que se le examinara y fuera
pronunciada limpia por el sacerdote. Ref. Lv.14:2-3, 54-57.
7.
Los capítulos 13
y 14 de Levítico prescriben en forma muy detallada cómo se diagnosticaba la
lepra, y hacía al sacerdote responsable de examinar a la gente con problemas en
la piel para determinar si tenían lepra. El sacerdote también era responsable
de evaluar si la persona con lepra era sanada de la enfermedad. De acuerdo al
ritual Levítico. Ref. Mr. 1:44
Las consecuencias espirituales, sociales y financieras
de la lepra, impureza, aislamiento, y pobreza, eran más terribles que las
consecuencias físicas de esas formas más benignas de la enfermedad.
La lepra era considerada como un castigo de Dios, que
la persona que adquiría dicha enfermedad era inmunda no solo física, sino del
alma.
II.
La actitud del Leproso
Las personas que tenían lepra, eran seres que vivían
en una condición de miseria física, espiritual, social, y económica. Eran
desarraigados de su ambiente natural, extrañados a llevar una vida solitaria,
vivir de la mendicidad y el oprobio de las otras personas.
1. La
actitud del leproso.
(a) Su condición física, “lleno de lepra”. Ref. Lc. 5:12
(b) Se acercó a Jesús, “suplicante”, estaba consciente de su gran
necesidad. “rogándole”. Ref. Mr. 1:40.
(c) Llenó de humildad. Ref. Lc.
5:12, “postrándose sobre el rostro…”
(d) Reconoce la autoridad y soberanía de Jesús. Ref. Mt. 8:2 “Señor, si quieres, …”
(e) Está seguro del poder de Jesús.
Ref. Mr. 1:40, “puedes…”
(f) Reconocía su condición de impureza, su petición era precisa y
personal. Ref. 1:40. “limpiarme”. Este hombre no pide ser sanado (físicamente),
sino ser limpiado (espiritual y socialmente), su petición va más allá de un
acto físico de sanidad, sino, él pide una limpieza integral para su vida. Él
sabe lo que está suplicando.
(g) Para alcanzar su objetivo, rompe con todas las normas ritualista,
sociales, en busca de solución para su problema. Ref. Lv. 13:46, compárese con la actitud de
los diez leprosos. Ref. Lc. 17:12.
(h) Fue breve y conciso; la súplica del leproso en el idioma original
cuenta con cinco palabras.
(i) Y lo declara públicamente la obra realizada en él por Jesús. Ref. Mr. 1:45
Había una gran necesidad en su vida, ningún ser humano
podía darle solución, todo lo contrario. Lo habían declarado inmundo y
expulsado de la comunidad. Viene a Jesús con la confianza de que él será el
único que le pueda dar una solución integral a su vida y lo consigue, Jesús
hace el milagro y lo restaura, dignifica en todos los aspectos.
III.
La reacción del Jesús.
La compasión de Jesús, su ternura hacia los seres
humanos, las expresiones de su corazón en palabras y hechos de su bondad, se
mencionan en varias oportunidades en los evangelios. Constantemente estaba
tomando la condición de los afligidos como una preocupación personal y
utilizaba todo el poder investido por Dios en beneficio de las almas
angustiadas y necesitadas, sin importar su condición física, social, espiritual
o económica.
1.
Fue conmovido por
la actitud y condición del leproso. Ref.
Mr. 1:41, la traducción literal es: “se le enternecieron sus extrañas...”.
2.
Jesús muestra su
sensibilidad y compasión antes la aflicción y las necesidades de los
hombres. Ref. Is. 53:4; Mt. 8:17; Mr.
7:37.
3.
Sin mirar las
consecuencias, Jesús rompe con las normas ritualistas: “extiende su mano y le
tocó...”. Ref. Mr. 1:41, Jesús se
identifica con las miserias de la humanidad, eliminando las consecuencias del
pecado sin quedar contaminado por ellas. (Lv. 5:3)
4.
El toque de Jesús
tiene un poder sanador, porque Él se compadece de nuestras debilidades. Ref. He. 4:15,16; Mr. 7:33; Lc. 22:51.
5.
El poder de Jesús
se manifiesta en sus palabras. Ref. Mr.
1:41, 42, “Quiero, sé limpio.”, Lucas (medico) indica “la lepra lo dejó”. Ref. Lc.5:13 y Mateo agrega que fue limpiado.
Ref. Mt. 8:3. Jesús sana completa, instantánea e integral.
6.
Ese poder sanador
de Jesús, aún está vigente:
1) fue
transmitida a sus discípulos Ref. Lc. 9:1; Mt. 10:8.
2) a
los setenta. Ref. Lc. 10:9, 17-19.
3) y
a todos los que creen. Ref. Mr. 16:17-18.
4) Lo
comprobó Pablo en su ministerio. Ref. 2
Co. 10:12.
¿Qué pasa
con los creyentes que han sido capacitados con el don de sanidad?
El hombre con sus actos de desobediencia, entorpece los planes de Dios y crea situaciones inexcusables e insospechadas en su obra, no permitiendo que esta se desarrolle conforme a la voluntad y el mandato del Señor.
IV.
Condiciones impuestas por Jesús.
1.
Le advirtió
severamente que no dijese nada sobre lo sucedido. Ref. Mr. 1:43, 44.
2.
Le ordena ir
donde un sacerdote, para que fuese declarado limpio. Ref. Lv. 14:2.
3.
Cumpliera la Ley
de Moisés, con respecto al holocausto de la purificación. Ref. Lv. 14:19-20. (Lv. 14)
4.
Y fuera de
testimonio para los sacerdotes del poder de Jesús. Ref. Mr. 1:44.
1) Al oír los
sacerdotes, que Jesús era el que había curado al leproso en forma tan completa
e instantánea, habrían recibido un testimonio irrefutable del poder y amor de
Jesús; ellos solo pueden verificar la limpieza de acuerdo a un ritual de
limpieza; Jesús puede limpiarlos.
2) Se habrían
dado cuenta que, aunque condenaba las tradiciones humanas que anulaban la ley
de Dios, Jesús no era desobediente al sentido de la Ley. Mt. 5:17.
V.
Consecuencias de la sanidad del
leproso.
1.
El
hombre comenzó a pregonarlo y divulgar el hecho, desobedeciendo el mandato dado
por Jesús. Ref. Mr.1:45.
2.
Esta
acción de desobediencia privó a Jesús de seguir su recorrido evangelístico,
privando a otras ciudades la bendición de escuchar el evangelio. Ref. Mr. 1:38-39, 45b, tuvo que volverse a su
casa en Capernaum. (2:1).
3.
El
leproso fue restaurado a la sociedad, podía ir tranquilamente a cualquier
lugar, en contraste con Jesús, tenía que andar encubierto en la ciudad. Ref.
Mr. 1:45.
4.
Está
situación obligó a Jesús a buscar lugares solitarios, restringiendo sus
movimientos evangelizadores. Ref. Mr.
1:45.
5.
Antes
de este hecho, Jesús iba a las personas llevando su mensaje, a contar de este momento
venían a él de todas partes, porque su fama de sanador se había difundido. Ref. Mr. 1:45, 28.
El hombre
con sus actos de desobediencia, entorpece los planes de Dios y crea situaciones
inexcusables e insospechadas en su obra, no permitiendo que esta se desarrolle
conforme a la voluntad y el mandato del Señor.
Juan Salgado Rioseco
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