lunes, 28 de noviembre de 2016

Jesús y el Leproso


Lectura Bíblica Marcos   1:40-45

I.                   La Lepra:
En tiempos de Jesús, la palabra lepra, diagnosticaba una variedad de enfermedades de la piel, y no solamente para lo que hoy día conocemos como dicha enfermedad. Los escribas contaban más o menos setenta y dos diferentes condiciones de la piel que se definían como lepra, incluyendo enfermedades como “fuegos” (furúnculos) y tiña (Lv. 14:54-57). Algunas de estas enfermedades no tenían cura conocida, y por eso se les temía mucho. Algunas eran altamente contagiosas, así que se requería que los leprosos vivieran en lugares aislados.
La condición y tratamiento de la enfermedad del punto de vista bíblico en los tiempos de Jesús
1.             La Ley de Moisés, era muy explícita al respecto.  Ref. Lv. 13:45-46. (cap. 13-14)
2.             El Antiguo Testamento tiene varios pasajes donde Dios aflige al pueblo castigandolos con lepra.  Ref. Nm. 12:9-10; 2 Re. 5:27; 15:5; 2 Cr. 26:19-21, la gente frecuentemente interpretaba la lepra como un castigo de Dios por su pecado. 
3.             La lepra tenía diversas implicancias: física, religiosa, social y económica. La persona afectada (físicamente) era considerada como ritualmente impura (espiritual). Ref. Lv. 13:15
4.             A los leprosos se les requería que vivieran aislados y mantuvieran una distancia de cincuenta pasos lejos de una persona sana (social). Ref. Lv. 13:45-46; Lc. 17:12, los que lo aislaba de la comunidad.
5.             La persona afligida por la lepra no podía trabajar, y por lo tanto se le reducía a pedir limosna (económica). Lo que traía consecuencias también a la familia. 
6.             Si la persona con lepra tocaba a otra o era tocada por alguien, se consideraba que esa persona estaba ritual y físicamente impura hasta que se le examinara y fuera pronunciada limpia por el sacerdote. Ref. Lv.14:2-3, 54-57.
7.             Los capítulos 13 y 14 de Levítico prescriben en forma muy detallada cómo se diagnosticaba la lepra, y hacía al sacerdote responsable de examinar a la gente con problemas en la piel para determinar si tenían lepra. El sacerdote también era responsable de evaluar si la persona con lepra era sanada de la enfermedad. De acuerdo al ritual Levítico. Ref. Mr. 1:44
Las consecuencias espirituales, sociales y financieras de la lepra, impureza, aislamiento, y pobreza, eran más terribles que las consecuencias físicas de esas formas más benignas de la enfermedad.
La lepra era considerada como un castigo de Dios, que la persona que adquiría dicha enfermedad era inmunda no solo física, sino del alma.

II.                 La actitud del Leproso
Las personas que tenían lepra, eran seres que vivían en una condición de miseria física, espiritual, social, y económica. Eran desarraigados de su ambiente natural, extrañados a llevar una vida solitaria, vivir de la mendicidad y el oprobio de las otras personas.
1.        La actitud del leproso.
(a)  Su condición física, “lleno de lepra”.  Ref. Lc. 5:12
(b)  Se acercó a Jesús, “suplicante”, estaba consciente de su gran necesidad. “rogándole”.  Ref. Mr. 1:40.
(c)  Llenó de humildad.  Ref. Lc. 5:12, “postrándose sobre el rostro…”
(d)  Reconoce la autoridad y soberanía de Jesús.  Ref. Mt. 8:2 “Señor, si quieres, …”
(e)  Está seguro del poder de Jesús.  Ref. Mr. 1:40, “puedes…”
(f)   Reconocía su condición de impureza, su petición era precisa y personal. Ref. 1:40. “limpiarme”. Este hombre no pide ser sanado (físicamente), sino ser limpiado (espiritual y socialmente), su petición va más allá de un acto físico de sanidad, sino, él pide una limpieza integral para su vida. Él sabe lo que está suplicando.
(g)  Para alcanzar su objetivo, rompe con todas las normas ritualista, sociales, en busca de solución para su problema.  Ref. Lv. 13:46, compárese con la actitud de los diez leprosos.  Ref. Lc. 17:12.
(h)  Fue breve y conciso; la súplica del leproso en el idioma original cuenta con cinco palabras.
(i)   Y lo declara públicamente la obra realizada en él por Jesús.  Ref. Mr. 1:45
Había una gran necesidad en su vida, ningún ser humano podía darle solución, todo lo contrario. Lo habían declarado inmundo y expulsado de la comunidad. Viene a Jesús con la confianza de que él será el único que le pueda dar una solución integral a su vida y lo consigue, Jesús hace el milagro y lo restaura, dignifica en todos los aspectos.

III.              La reacción del Jesús.
La compasión de Jesús, su ternura hacia los seres humanos, las expresiones de su corazón en palabras y hechos de su bondad, se mencionan en varias oportunidades en los evangelios. Constantemente estaba tomando la condición de los afligidos como una preocupación personal y utilizaba todo el poder investido por Dios en beneficio de las almas angustiadas y necesitadas, sin importar su condición física, social, espiritual o económica.
1.             Fue conmovido por la actitud y condición del leproso.  Ref. Mr. 1:41, la traducción literal es: “se le enternecieron sus extrañas...”.
2.             Jesús muestra su sensibilidad y compasión antes la aflicción y las necesidades de los hombres.  Ref. Is. 53:4; Mt. 8:17; Mr. 7:37.
3.             Sin mirar las consecuencias, Jesús rompe con las normas ritualistas: “extiende su mano y le tocó...”.  Ref. Mr. 1:41, Jesús se identifica con las miserias de la humanidad, eliminando las consecuencias del pecado sin quedar contaminado por ellas. (Lv. 5:3)
4.             El toque de Jesús tiene un poder sanador, porque Él se compadece de nuestras debilidades.  Ref. He. 4:15,16; Mr. 7:33; Lc. 22:51.
5.             El poder de Jesús se manifiesta en sus palabras.  Ref. Mr. 1:41, 42, “Quiero, sé limpio.”, Lucas (medico) indica “la lepra lo dejó”.  Ref. Lc.5:13 y Mateo agrega que fue limpiado. Ref. Mt. 8:3. Jesús sana completa, instantánea e integral.
6.             Ese poder sanador de Jesús, aún está vigente:
1)   fue transmitida a sus discípulos Ref. Lc. 9:1; Mt. 10:8.
2)   a los setenta. Ref. Lc. 10:9, 17-19.
3)   y a todos los que creen. Ref. Mr. 16:17-18.
4)   Lo comprobó Pablo en su ministerio.  Ref. 2 Co. 10:12.

¿Qué pasa con los creyentes que han sido capacitados con el don de sanidad?
El hombre con sus actos de desobediencia, entorpece los planes de Dios y crea situaciones inexcusables e insospechadas en su obra, no permitiendo que esta se desarrolle conforme a la voluntad y el mandato del Señor.

IV.              Condiciones impuestas por Jesús.
1.             Le advirtió severamente que no dijese nada sobre lo sucedido. Ref. Mr. 1:43, 44.
2.             Le ordena ir donde un sacerdote, para que fuese declarado limpio. Ref. Lv. 14:2.
3.             Cumpliera la Ley de Moisés, con respecto al holocausto de la purificación.  Ref. Lv. 14:19-20. (Lv. 14)
4.             Y fuera de testimonio para los sacerdotes del poder de Jesús.  Ref. Mr. 1:44.
1)   Al oír los sacerdotes, que Jesús era el que había curado al leproso en forma tan completa e instantánea, habrían recibido un testimonio irrefutable del poder y amor de Jesús; ellos solo pueden verificar la limpieza de acuerdo a un ritual de limpieza; Jesús puede limpiarlos.
2)   Se habrían dado cuenta que, aunque condenaba las tradiciones humanas que anulaban la ley de Dios, Jesús no era desobediente al sentido de la Ley. Mt. 5:17.

V.                Consecuencias de la sanidad del leproso.
1.             El hombre comenzó a pregonarlo y divulgar el hecho, desobedeciendo el mandato dado por Jesús.  Ref. Mr.1:45.
2.             Esta acción de desobediencia privó a Jesús de seguir su recorrido evangelístico, privando a otras ciudades la bendición de escuchar el evangelio.  Ref. Mr. 1:38-39, 45b, tuvo que volverse a su casa en Capernaum. (2:1).
3.             El leproso fue restaurado a la sociedad, podía ir tranquilamente a cualquier lugar, en contraste con Jesús, tenía que andar encubierto en la ciudad. Ref. Mr. 1:45.
4.             Está situación obligó a Jesús a buscar lugares solitarios, restringiendo sus movimientos evangelizadores.  Ref. Mr. 1:45.
5.             Antes de este hecho, Jesús iba a las personas llevando su mensaje, a contar de este momento venían a él de todas partes, porque su fama de sanador se había difundido.  Ref. Mr. 1:45, 28.


El hombre con sus actos de desobediencia, entorpece los planes de Dios y crea situaciones inexcusables e insospechadas en su obra, no permitiendo que esta se desarrolle conforme a la voluntad y el mandato del Señor.
Juan Salgado Rioseco

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