Según
datos del Censo 2012 en Chile, la población evangélica pasó del 15,14% al
16,62%, mientras que los católicos bajaron de 69,96% al 67,37% al comparar los
censos del 2002 y de 2012. Sin embargo, fuentes del gobierno sostienen que la
baja porcentual de católicos estuvo acompañada de una ligera alza en el
porcentaje de personas que se declararon evangélicas. Otra dato que vale
destacar del Censo 2012 en Chile es que hubo una parte de la población que se
declaró no seguir ninguna de estas religiones pasando de un 8,30% a un 11,58%.
La
comparación con el Censo 2002, basada en este último cálculo, sugiere que la
población católica (69,96%) disminuyó en 3,31 puntos porcentuales, mientras que
la población evangélica (15,14%) aumentó en 1,3 puntos porcentuales y la
población sin religión (8,30%) lo hizo en 3,16 puntos porcentuales. Aunque la
población evangélica muestra un crecimiento, las cifras del Censo 2012 tampoco
justifican actitudes triunfalistas por parte del liderazgo evangélico. Su
crecimiento entre 2002 y 2012 es 0,64 puntos porcentuales menores que el
crecimiento que tuvo entre 1992 y 2002.
La tasa
de crecimiento demográfico anual de Chile, cifra que descendió de 1,24% a 0,99%
en comparación al último proceso de conteo desarrollado en 2002. Por lo tanto
el crecimiento porcentual real de los evangélicos es de 0,33% (debemos tener en
cuenta que los menores de 15 años no se les consideró con respecto a la religión).
Este retrato demográfico de Chile, nos indica que el crecimiento de las
iglesias evangélicas es insignificante, a pesar de los sones rimbombantes de algunos
líderes evangélicos.
Más que
buscar los factores excusantés, tanto
internos como externos, debemos hacer una reflexión al respecto, pero que sea sincera
e integra, con detenimiento y cuidado riguroso del tema. De mi punto de vista,
considero que dentro de las prioridades, es volver a la Palabra de Dios en
cuanto al conocimiento, para erradicar las iniquidades injertadas en las
diferentes comunidades en su diario vivir, producto a que sus líderes han olvidado
las enseñanzas del Maestro de Galilea, (Oseas 4:6); se deben retomar las sendas
bíblicas en la edificación de la iglesia evangélica, que se han extraviados o
desviados por elementos y circunstancias ajenas al devenir fundamental y prioritario
de la iglesia de Cristo Jesús, teniendo presente las palabras del profeta Jeremías
(6:16).
La
iglesia de Cristo Jesús está conformada
por los verdaderos convertidos y creen en el evangelio de Jesucristo (Marcos
1:15), que su único propósito es adorarlo en espíritu y en verdad (Juan 4:23) y
hacer su voluntad (Mateo 7:21), cumpliendo fielmente lo ordenado en las
Escrituras (Marcos 16:15; Mateo 28:19, 20); la iglesia de Cristo debe alcanzar
su plenitud, una llenura perfecta e integra, estar en Cristo, plenamente llenando
todas sus coyunturas,, teniendo en cuenta que la Iglesia no es su cuerpo porque
simboliza a Jesús, sino porque ha sido plena y perfectamente transformada de
acuerdo a Cristo.
La iglesia
es el Cuerpo de Cristo (1Corintios 6:15, Efesios 5:30); como miembro del cuerpo
de Cristo (1 Corintios 12:12), tiene identidad y funcionalidad claramente definida
(12:27). La Iglesia debe edificarse en la excelencia y la integridad, “debe llevar fruto en toda
buena obra y crecer en el conocimiento de Dios”. (Colosenses 1:10); la iglesia
debe dejar de ser insensata, y volver a los sendas de los “prudentes” (Mateo 7:24-27).
La iglesia
debe vivir en plena convicción de esta siendo edificado por Jesucristo (Mateo
16:18), como cumplimiento de una promesa
divina (Isaías 55:11).
Significado
de la palabra "edificación": El término en la Biblia que se usa para
referirse a la acción de desarrollar el crecimiento espiritual, es "edificación”, en el sentido literal,
esta palabra se emplea para describir un edificio (Mateo 24:1; Marcos 13:1,2). Edificación
es la traducción española de la palabra griega "OIKODOME", esta
palabra se compone de dos partes: “OIKOS”, una casa, y “DEMO”, construir. En el
sentido figurado, la edificación se refiere a lo que promueve el crecimiento
espiritual de la iglesia (Vines, vol. 2, p. 10), la cual es la casa de Dios.
El Eterno
y Todopoderoso, es el constructor y el primer edificador de su pueblo por
excelencia (Hebreo 3:4); en el Salmo 127:1 dice: "Si el Señor no edifica
la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vela la guardia.", por lo tanto para edificar al pueblo de Dios
sus colaboradores deben estar en obediencia con El (1 Juan 4:6), agradándole en
todo momento. (1 Tesalonicenses 2:3-5), Dios ha encomendado hombres para la
edificación de su iglesia (1 Corintios 3:9-16).
El desea
que sus adoradores crezcamos, maduremos en Él. Leemos en Judas 20-21:
"Pero ustedes, amados, edificándose en su santísima fe, orando en el
Espíritu Santo, consérvense en el amor de Dios, esperando ansiosamente la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna." Debemos asegurarnos
que construimos sobre un buen cimiento, sobre el fundamento apostólico.
En 1
Pedro 2, los creyentes somos llamados piedras vivas: "También ustedes,
como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo" (v. 5). Si nos desviamos de la dirección de Dios, terminaremos
edificando una torre de Babel, que traerá confusión en medio de una sociedad
convulsionada por el ateísmo. Lo que provocará descrédito y vergüenza a los que
buscan a Dios.
Juan Salgado Rioseco
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