lunes, 12 de mayo de 2014

La naturaleza del Espíritu Santo. (Parte II)

Doctrina de la Pneumatología
La naturaleza del Espíritu Santo.

La palabra “naturaleza”, se deriva de la palabra latina “natura”, la que proviene del participio del verbo “nasci”, que significa “nacer”, lo que detona la idea “de los procesos naturales que las originan”, cuando se le agrega el sufijo “eza” (natural + eza), nos indica cualidad.
En esta sección estudiaremos la “naturaleza” o sea las cualidades del Espíritu Santo o más bien de los procesos naturales que originaron las presuposiciones teológicas sistemáticas para establecer la doctrina o enseñanzas sobre el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo tiene la naturaleza divina de Dios, Jesús nombró al Espíritu Santo como una de las tres personas del Dios Trino. La naturaleza divina del Espíritu Santo no está separada de la naturaleza divina del Padre y del Hijo. La Escritura enseña que hay un Dios, con una naturaleza divina. No hay tres dioses con tres naturalezas divinas. “Cada una de las tres personas posee esta única e indivisible esencia divina en su totalidad.”

a.      En la Teología Cristiana.
El Espíritu Santo, mencionado también como Espíritu de Dios, Espíritu de verdad o Paráclito es la acción o presencia de Dios:
1)      Del griego parakleton: "aquel que es invocado",
2)      y del latín Spiritus Sanctus "Espíritu Santo".
En la Teología Cristiana, la manifestación de la relación entre Cristo (la Palabra) y el Espíritu es el hecho central del proceso de evolución del universo. Proceso que comienza con la creación, sigue con la acción del Espíritu en la historia de los hombres, continúa con la acción del Espíritu en Jesucristo y termina con la acción del Espíritu en la vida de la Iglesia.
El momento central de la acción del Espíritu es la presencia de Cristo en la historia, originada por el Espíritu. Después de la presencia histórica de Cristo, la Palabra y Espíritu constituyen la vida de la Iglesia. El Espíritu llena toda la creación y la historia humana.
La expresión Espíritu Santo se refiere a una compleja noción relacionada con el estudio de Dios (teología) con la que describe una "realidad espiritual" suprema.
1)   La Biblia le atribuye una personalidad distintiva, como también sucede con el Padre y con el Hijo. (Mateo 3:16-17; 28:19; Juan 14:16-17; 15:26).
2)   Siempre se emplea en relación con el pronombre personal masculino a pesar de que en griego el término «Espíritu» sea neutro. (Juan. 16:13-14; Hechos 13:2).
En el pensamiento cristiano, el Espíritu Santo y la Palabra (el verbo) están recíprocamente relacionados en la economía salvífica y en la vida eterna de Dios.

b.      En la Teología Judía.
Es mencionado como “Ruaj ha-Kodesh”, literalmente significa "el espíritu de santidad" o "el espíritu del lugar santo".
Primero definamos quien es el “Ruaj ha-Kodesh”, en el pensamiento del judaísmo. Jesús dijo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Jn 14:16-17)
Jesús le llama: “el Espíritu (ruaj) de verdad.”
Observemos como Juan lo describe: “Este es Jesucristo (Yahshúa Ha Mashíaj), que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu (Ruaj Ha-Kodesh) es el que da testimonio; porque el Espíritu (Ruaj) es la verdad.” (1 Jn 5:6).   
 De estos dos párrafos Juaninos, podemos razonar que:
El Espíritu Santo (ruaj ha-Kodesh): “es verdad” y el que da “testimonio”, o sea, el portador.
Con respecto a esto el profeta Isaías (8:20) nos dice: “¡A la ley (la Torah) y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”
Para la Teología Judía la única fuente de autoridad de la palabra es la que proviene de la “Torah” (la Ley) y del testimonio que de esta Torah nos da el “ruaj ha-kodesh” (el Espíritu Santo).
Para el pensamiento del salmista “Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.” (Sal 119:142). 
En el evangelio según Juan encontramos: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Jn. 8:31-32) 
Podemos deducir que para el judío: La Palabra (Torah) es “verdad” y el Espíritu Santo (ruaj ha-kodesh) es “verdad”.

Por lo tanto, en la Teología Judía: "La Palabra (Torah) y el Espíritu Santo (ruaj ha-kodesh) son uno, son lo mismo"

Juan Salgado Rioseco

No hay comentarios:

Dios Santo y el Pecado (Parte VII)

El Servidor de Dios no debe quebrantar la Ley del Eterno y Santo para ser victorioso en la lucha contra el pecado. “ Ahora bien, ¿debe...