miércoles, 21 de marzo de 2012

La Iglesia Pentecostal de Chile y su rol social




            La época de Jesús, fueron tiempos difíciles, la opresión del conquistador, una clase privilegiada sumisa a las ordenes de la autoridad impuesta por el Imperio, una parte de sociedad buscando sacar provecho de las circunstancias, empleando todas las argucias posibles sin medir las consecuencias, una clase sacerdotal entre los vaivenes de la pleitesía y el abandono de sus deberes y gran parte del pueblo luchando para subsistir en condiciones tan adversas, con una tierra que escasamente daba su sustento, la imposición de impuestos elevados, la falta de libertades individuales, hicieron que la esperanza de la mayoría estuvieran puestos en el Mesías libertador anunciado por los profetas, como única salida a todos sus problemas.
Pero Jesús, trajo una libertad diferente a la esperada, otro sentido de interpretar la Ley, una nueva relación social entre los hombres, una relación diferente a la que hasta esos tiempos se acostumbraba, un mensaje donde las conductas entre los hombre debían ser diferentes, para que fueran capaces de construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria. Una visión de Dios que oídos de hombre nunca habían escuchado, un ser lejano que ahora estaba tan cercano y familiar, como decirle simple “Abba Padre”.
            Un  mensaje que hizo que el mundo contemporáneo a Jesús cambiara en las primeras décadas paulatinamente, para convertirse posteriormente en una arrolladora avalancha de cambios sustanciales en la sociedad, en la relación entre los pueblos, entre las diferentes comunidades, entre la familia, en el hogar, en las labores mercantiles, un cambio que generó principios de justicia, igualdad y solidaridad, entre los hombres y mujeres, entre griegos y judíos, entre amos y esclavos.
            Cuando el mensaje doctrinal de los discípulos de Jesús se mantuvo intacto a las enseñanzas del Maestro, tuvo el efecto esperado, el impacto no solo fue externo, sino que llegó al mismo corazón del imperio romano. Cuando el hombre institucionalizo la estructura de la iglesia e infiltró otras tendencias y las mezcló con sus ambiciones personales, todo se desvirtuó nuevamente, cayendo paulatinamente en un larga noche llena de tinieblas, los beneficiados fueron individuos ambiciosos vestidos de religiosos y amparados por un clero prostituído, la gran masa de la población quedó desvalida ante tales circunstancias, sin protección, ni a quien recurrir.
             La esperanza volvió a renacer, cuando el hombre logro apoderarse de la verdad a través de las Sagradas Escrituras, alumbrando nuevamente con más fuerza el pensamiento humano, el hombre reencontró el espíritu libertador y a la luz de la palabra comprendió que las injusticias y la violencia se generaban por las desigualdades sociales y el trato indigno de la justicia hacia los más desposeídos eran fruto de aquellos que tenían el poder absolutista, muchas organizaciones comprendieron que el mundo social debía cambiar su estructura y modificar su carácter que hasta entonces regía en todas las sociedades humanas.
Se obtuvieron mejoras en las relaciones humanas, pero estas no fueron lo suficiente eficaz para alcanzar un consenso de equilibrio, en que los hombres tuvieran los mismos derechos de igualdad, justicia y oportunidades. Para entonces la iglesia solo tomó el rol de servicio social, aunque llamó a la conciencia de ser solidario con los desposeídos y menesterosos, no logró que las sociedades pudieran estructurarse sobre una base más justa, fraterna y solidaria bajo pautas de acción social bien definidas y prolongadas en el tiempo, sus esfuerzos fueron más bien encaminados a lograr una evangelización impuesta y paternal en los noveles países colonizados por las vetustas naciones que impusieron sus tradiciones a espada, fuego y sangre, con todo el bagaje del poder absolutista, lleno de injusticias a las clase bajas y enormes privilegios a las minorías rancias que ostentaban el poder, apoyadas por un clero identificadas con dicho poder, especialmente la iglesia católica apostólica romana, mientras la nueva elite protestante absorbía su tiempo en largas y tediosas discusiones teológicas que no alcanzaban al pueblo que se sumía en la desesperanza por las condiciones en que debía desarrollar su vida.
            La Revolución Industrial trajo consigo el acrecentamiento de los problemas existentes, además agrego otros a la larga lista, la iglesia acrecentó su labor social, pero en materia de derecho,  tuvo una actitud conservadora a los cambios que la sociedad iba experimentando, la nuevas tendencias filosóficas humanas experimentaron una evolución que abarcó todas las esferas de las sociedades, e influyeron en el nuevo orden que se estaba germinando.
            El cambio de la vida rural, dio paso a una vida acelerada urbana, con ella el racionalismo, paso a paso el individualismo y consumismo fueron generando presión sobre un obsoleto sistema, originando diversas tendencias, desde el conservatismo fundamentalista, hasta un liberalismo extremo, lo que propició un cambio de mentalidad en diversos campos de la sociedad humana, desde la educación al campo laboral, desde la justicia a la parte social, pero que no lograron un cambio de mentalidad en la iglesia misma, ya que esta permaneció en un infranqueable dogmatismo tradicionalista, aunque se generaron corrientes que intentaban un cambio más acorde a los tiempos.
             La Iglesia, ha tenido cambios sustanciales en la forma de enfrentar los acontecimientos, pero el proceso ha sido lento, al avance vertiginoso de las nuevas tecnologías han superado toda intención de cambio. El catolicismo romano, con un enorme aparataje social no ha logrado cambiar el sistema de desigualdad existente, en especial en los pueblos Latinoamericanos, donde existen las más marcadas diferencias sociales de toda índole dentro del ámbito de la cristiandad, ha debido soportar también toda la presión de pensamientos humanistas, racionalista y del ateísmo que en algunos casos la han infiltrado y utilizado para sus propios beneficios. Ha contribuido ha lograr avances extraordinarios en algunos sectores de la población, especialmente en el campo de la educación, salud, y ayuda a los más necesitados, por otra parte, ha guardado silencio o tomado una actitud muy recatada, hasta ultra conservadora con respecto a los derechos del hombre, a la justicia y a las igualdades sociales que deben predominar en una sociedad de gran influencia cristiana católica, como son los pueblos latinos. Aunque deja traslucir ciertos cambios de formas, pero de fondo el dogmatismo del poder eclesiástico ha perdurado sin alteración, todavía es criticable la situación que en muchos casos aun persiste, la marcada diferencia en el trato entre las diferentes clases sociales que hace el catolicismo romano, alguna veces esta acepción de personas se contraviene con las mismas enseñanzas de Jesús, podemos mencionar en este aspecto en la educación seleccionada y elitizada de muchos colegios de ordenes religiosas existentes, la elite de poder eclesiástico ejerce una influencia poderosa en seleccionar a sus predecesores, para mantener los privilegios logrados, en el campo de acción social, existen algunas excepciones más personales que como cuerpo, pero de una manera u otra desvirtuada, ya sea por ideologías extrañas a la doctrina de Cristo o por ambiciones de grupo que no dejan que estas iniciativas perduren y se desarrollen con amplitud, no logrando así desarrollar una labor más pragmatizada que alcancen a las gran mayorías de la población, una acción social comprometida y al servicio del hombre.
             El protestantismo histórico, no ha logrado  desarrollarse con la amplitud deseada, debido a su propio dogmatismo teológico, que le impide crecer y verse identificado en la masa poblacional de los pueblos latinos, en la mayoría de los casos ha quedado enmarcado en grupo social muy limitado, como son los descendientes de los pioneros que introdujeron el evangelio en los respectivos países. Algunas corporaciones históricas han logrado derribar el muro y podido ejercer su acción en un campo más amplio. La labor de estas iglesias quedan enmarcada en la educación y la salud, donde han desarrollado en muchos casos una excelente labor, dirigido especialmente a las clases medias de los pueblos. Existen instituciones de prestigio en el campo del servicio social, en general son conservadoras y solo se limitan a la labor doctrinal, dejando aun lado toda acción que se podría tomar como política secular o contingente.
            El protestantismo Pentecostal, hablar sobre este gran grupo poblacional especialmente en Chile, es encontrarse con una gama de contrastes que impiden evaluar y reflexionar con imparcialidad, depende de las raíces de su formación, es el actuar de estas iglesias, su política social es casi nula, su acción en la educación es prácticamente inexistente, no tiene influencia en el poder político, a pesar que sus adherentes son aproximadamente el 35% y en algunas localidades supera el 50% de la población, sus lideres no saben aprovechar y ejercer este poder que tienen, debido a sus marcadas diferencias o por rencillas personales que impiden que la iglesia Pentecostal penetre y sea escuchada en todos los estrados de nuestras sociedad con respeto y atención.
            La labor y esfuerzo de la gran mayoría de las iglesias pentecostales esta centrada en ejercer un trabajo más bien espiritual, su gran meta es evangelizar el país por medio de una influencia más bien casta que comprometida con los grandes problemas sociales que la rodean, pregona que ante las crisis y los cambios, solo Jesús puede dar derechos e igualdades y estos vienen de un cambio interior y personal El individualismo marca las políticas sociales, el no compromiso con la política contingente es su estandarte, sus derechos se ejercen a través de la esperanza que Jesús coloque autoridades afines a sus propósitos, no esta defina con respecto a las ideologías filosóficas y humanas, en gran parte de los casos sus adherentes tienen un sincretismo de ideas que hacen perder el verdadero rol de la iglesia.
            La mayoría de sus líderes no son personas preparadas para ejercer una gran influencia nacional, solo se circundan a sus respectivos templos o ambiente que los rodea, la gran mayoría de ellos no tienen la preparación necesaria para desarrollar su ministerio, ejercen su labor en forma espontanea, en muchos casos la planificación y programación no existe, lo que hace perder grandes esfuerzos sin logros relativos, existe dualidades de trabajo para un mismo fin, la coordinación entre las instituciones e iglesias es nula.
La gran debilidad del pentecostalismo chileno es su divisionismo, gangrena que corroe hasta el mismo fundamento del Cuerpo de Cristo, lo que hace que la iglesia sea en muchos casos desdeñada y mal mirada en el concierto nacional, ha sido relegada debido a que sus adherentes pertenecen la gran mayoría a los estratos bajos y medios-bajos, por ende la falta de educación, y oportunidades, conspiran que la iglesia ejerza el real rol dentro de la sociedad, oprimida y en muchos casos reprimida, alguno de sus miembros han desarrollado una labor encomiable, por ejemplo, labor difícil ha sido penetrar dentro de las Fuerzas Armadas, debido al férreo control que tiene el catolicismo romano, con el apoyo incondicional de los mandos, ha ejercido un poder absolutista sobre el personal adicto a la fe evangélica, utilizando toda clase de subyugo a impedido la expansión de la doctrina evangélica protestante en sus filas, ha considerado a las Fuerzas Armadas como su último bastión de poder, en especial la rama de la Marina, tradicionalista romana por esencia.
Con respecto a la educación y a la salud son campos abandonados, la política de misiones no existe, solo casos aislado más bien personales,  lo social solo se desarrolla dentro de sus propios templos, no tiene recursos económicos para emprender grandes proyectos a nivel local, regional, menos nacional, depende de la buena voluntad de sus miembros, y de la caridad de algunas autoridades políticas.
En todo ámbito que se desenvuelva, encuentra resistencia, debido a la influencia del catolicismo romano conservador y moderado que ejerce soterradamente sobre las autoridades y grupos de poder del país, a pesar que la Constitución Política da el mismo derecho de igualdad y justicia ante la Ley, lo que hace que esfuerzos sociales de la iglesia sean desviados hacia políticas defensivas, para evitar reacciones no afines a sus proyectos. A través de la Ley de Culto recién legislada se espera remediar muchos de los problemas existentes, pero se avecinan otros y de mayor complejidad dentro de la iglesia protestante chilena: la lucha por la representación de esta gama denominacional antes las autoridades nacionales ha desencadenado una guerra por el poder de diferentes y más variados grupos, incluso de individuos que no tienen gran representación eclesiástica han logrado posesionarce hasta ser oído y otros que solo van por la panes y los peces.
La Iglesia Pentecostal Chilena, tomando en cuenta su gran influencia popular, debiera reformar sus políticas, lograr que sea tomada en cuenta en los debates y grandes problemas nacionales, no solo por prestigios personales, sino por la gran cantidad de población que alcanza, marcar una acción social más comprometida y planificada en  los estratos donde ejerce su labor, impedir que sea usada para fines que no tienen el fundamento de las enseñanzas de Jesús, sus líderes deben entender y comprometerse con la causa de la comunión del Cuerpo de Cristo, antes que sacar cuenta de los riesgos que correrían sus corporaciones. Debería empeñarse en una acción social que eleve la dignidad de sus miembros y de la comunidad en que esta inserta, valorar  el servicio social no solo entre sus miembros sino también expandirse a los necesitados de toda condición, pero esta labor debe ser perseverada en el tiempo, no solo guiada por la intencionalidad, sino por una programación constante y permanente.
Sus miembros debieran ejercer sus respectivos ministerios en forma más decidida y preparada, para eso la iglesia debe aunar esfuerzo en lograr que todos sus adherentes alcancen la preparación idónea, entregándoles los medios necesarios hasta lograr el objetivo deseado, teniendo las estructuras imprescindible y necesarias para cumplir la meta propuesta.
La Iglesia Pentecostal Chilena, ha caminado hasta ahora en base de la buena voluntad de sus miembros y adherentes, pero tiene que llegar la hora de que las nuevas generaciones se sientan identificadas y comprometidas con ella, con el espacio necesario para un crecimiento integral del joven y no ver como la gran mayoría de nuestras juventudes desertan de sus respectivas iglesias, porque en ellas no tienen la oportunidad de desarrollarse, crecer y ejercer espiritualmente el ministerio que Cristo tiene para ellos, debido a que en la gran parte de los casos no han sido preparados en forma idónea.
El protestantismo Pentecostal en Chile, se puede decir que es un movimiento incipiente, pero de una fuerza arrolladora que puede lograr un alto sitial dentro del país, pero antes debe corregir sus falencias y errores, caminar por sendas que lleven la sana doctrina de Jesús, a través de la Palabra inamovible de todos los siglos y épocas: el testimonio de la Biblia. La iglesia debe en primer lugar aprender a tener confianza en Dios.
Donde se encuentra la iglesia desarrollando su labor, debe enseñar los preceptos que el Maestro le legó, para que el destino histórico de los pueblos sea cambiado, y se construyan sociedades capaces de comprender que el hombre debe vivir en justicia, igualdad, fraternidad y solidaridad con el prójimo. Entonces las conductas de los pueblos cambiaran y aparecerá el verdadero hombre de Dios ejerciendo su ministerio solo por la causa de Cristo y comprometido con el Cuerpo de Cristo
Cuando la Iglesia Pentecostal se ponga en movimiento en forma integral, programada y planificada , con los recursos necesarios, en lugar que le corresponde, con lideres que ocupen la vanguardia de su fe, entonces la sociedad vera el cambio que tan necesariamente necesita la sociedad humana.
La Iglesia Evangélica de Chile tiene un solo camino para sobrevivir y traspasar el tiempo: La Integración. Cualquier otro camino, mas temprano que tarde, la llevará a la segmentación, disgregación y al final la total desintegración tanto religiosa, ética y moral, el tiempo la extinguirá como el tamo que arrebata el viento, sino cree estas palabras, estudie la historia de las primeras confesiones protestantes. Hoy muchas de ellas tienen a la venta sus templos o se encuentran vacíos o sus edificaciones se las arriendan a otras comunidades más dinámicas que conservan la frescura del evangelio a través de Jesús, el hombre-Dios
Juan Salgado Rioseco

miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Qué esta haciendo la Iglesia?


 
En el primer día de la semana, recién salido el sol, María Magdalena, María la madre de Jacobo y Salomé, compraron especies aromáticas para ir a la tumba de Jesús, para cumplir los ritos de la sepultura de acuerdo a la costumbre judía, en vez del cuerpo del Maestro encontraron a un ángel sentado al lado derecho, quien les hablo: ".. buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí... (Mr.16:1-6). El evangelista Mateo agrega: "... E  id pronto y  decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, ... (Mt. 28:7). El evangelista Lucas escribe "... y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once y a todos los demás." (Lc. 24:9). Los dos discípulos que regresaban de Emaús, se encontraron con las nuevas de parte de los once y a los que estaban con ellos, que decían: "Ha resucitado el Señor verdaderamente", "... entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y como le habían reconocido al partir el pan." (Lc. 24:33-35).
Estos sucesos, tenían consternado a los que lo escuchaban en aquel primer día de la semana después de la crucifixión de Jesús, una gran noticia para los once y aquellos que estaban con ellos, una gran nueva que ha sido traspasada de generación en generación por sus discípulos por casi dos mil años. ¡Jesús ha resucitado!.
El Cristo, fue necesario que padeciese, y resucitase de entre los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,... siendo los once y los que estaban con ellos testigo de esas cosas. (Lc. 46-48), es interesante notar la labor de los ángeles en la vida del Mesías, en este caso anunciando el más grandioso suceso de la humanidad: ".. ha resucitado...",  por lo tanto, una de las labores primordiales de la iglesia, es traspasar a las nuevas generaciones de discípulos, las mismas nuevas que se pregonaron desde ese convulsionado primer día de la semana, después de la muerte del Maestro: “que el Cristo ha resucitado entre los muertos, para el perdón de pecado”.
 " Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Mr.16:15),dentro de los planes y programas en las iglesias labor de evangelización siempre se encuentran presente, con diferentes matices y dinámicas, formas y puntos de acción, si estos son de resultados positivos o negativos, se ve reflejado en el crecimiento real de las iglesias. Si es positivo, es que los programas han sido el reflejo del interés, la voluntad y el animo demostrado por las congregaciones para llevar a buen termino los trabajos mancomunados, si por el contrario el resultado ha sido negativo, y la iglesia demuestra un estancamiento y en vez de crecer, la disminución es persistente, se debe revisar todos los aspectos de nuestros planteamientos frente a la evangelización.
El primer aspecto a revisar, debe ser la disposición personal de la congregación, tanto individual como en forma colectiva, la idoneidad para enfrentar los trabajos encomendados, la voluntad de alcanzar las metas propuestas, el animo para enfrentar las dificultades que se presenten, la disponibilidad de tiempo con que trabajamos en la obra del Señor, en otras palabras, se presenta la disyuntiva de ser realmente un cristiano o simplemente un religioso emocional.
El segundo aspecto, es la forma de liderazgo, este debe ser positivo, dinámico, responsable, influyente, escogido y dirigido por Dios, instruido, capacitado y guiado por el Espíritu Santo. Los planes y buenos deseos del hombre siempre fracasan en las cosas espirituales, solo Dios agrega a la iglesia a los que van hacer salvo, solo Dios hace cosas de Dios, el hombre debe cumplir la voluntad de Él, tan solo le resta de obedecer. Se debe trabajar con la cabeza unida al cuerpo, estos no son los lideres, sino Jesús es la cabeza del cuerpo de Cristo, desde ahí salen todas las ordenes, desde el líder hasta el más insignificante miembro solo tiene que sujetarse a los planes que tiene el Señor. Los ojos de Dios no son como los ojos humanos, se debe colocar a los creyentes en el lugar al cual Dios lo ha llamado y el Espíritu Santo ha capacitado, el éxito se encuentra en seguir fielmente los planes de Dios, con las personas al cual Él ha escogido y no de acuerdo a voluntades humanas o por afectos mal entendidos.
El mandato pastoral nos relata, que Jesús en las postrimerías de su ministerio terrenal les dijo a sus discípulos: " ... y haced discípulos a todas las naciones,  ... enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mt. 28:19-20), de estas palabras resalta la segunda labor primordial de la iglesia, "el discípulado y la enseñanza", esta labor en muchas de nuestras iglesias no es tomada en forma seria y responsable, en varias oportunidades hemos escuchado: "la escuela dominical, es para los niños", "para que estudiar, si la letra mata", "dejo que el Espíritu Santo hable por mi, por lo tanto para que prepararse", etc. Estos tipos de pensamiento han llevado al degradamiento y decadencia espiritual a la iglesia, muchas congregaciones soslayan el problema antes de enfrentarlo, se encuentran cohibidas ante la disyuntiva de tomar la decisión o dejar las cosas como están,  por lo cual, van por un camino de autodestrucción que las llevarán tarde o temprano por el sendero de la apostasía.
En el cap. 4 del profeta Oseas, encontramos los siguientes párrafos: "... pues no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra".(v.1); "... Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; puesto que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos."(v.6); lo acontecido con Israel, es fiel reflejo de lo que acontece cuando no se cumplen los deberes asignados por Dios, tanto los lideres, ancianos, o toda persona es responsable de transmitir la enseñanza de Dios y no desechar el conocimiento de la Palabra  de Dios en lo personal como en lo colectivo dentro de cada congregación.
En el libro de Daniel 12.3, encontramos: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad.", no hay mayor satisfacción para un cristiano que perpetuarse a través de un buen discípulo, al cual se le ha legado lo mejor de sí, el conocimiento de Dios, el mejor ejemplo es Gamaliel el maestro, Pablo el discípulo, si no hubiese sido por Pablo el nombre de Gamaliel no se hubiera conocido y recordado en estos dos milenios.
Por lo tanto, la enseñanza y la formación de los discípulo deben tomar el lugar de preeminencia dentro de la labor de la iglesia, debe estar en todos los programas y actividades, deben ser realizadas por creyentes al cual Dios los ha llamado para realizar esta función y ha sido capacitado por el Espíritu Santo, sin el poder de Dios el éxito de todo programa es efímero.
Otra de la labores que la iglesia a abandonado, es la acción social, no me refiero a la obra social, el camino de Dios esta impregnada de justicia, equidad, bienestar, igualdad hacia y entre los hombres, en el curso de la historia los hombres de Dios han enfatizado el amor, han resaltado la justicia, han condenado la injusticia social y la decadencia ética, moral y secular de la sociedad en que les toco vivir. Los santos varones de Dios denunciaron la opresión en todos sus ámbitos, seculares y religiosos, exaltaron los derechos del hombre ante la sociedad y ante Dios, en sus oráculos denunciaron a los déspotas, anarquistas, corruptos, ambiciosos, egoístas  sin importar el lugar y privilegio que tuvieran, sin mirar las posibles consecuencias que les atraería tal osadía. Sino, leamos a Isaías, Amos, Oseas, Habacuc  y tantos otros, que nos legaron la sabiduría de enfrentar con dignidad los problemas que el hombre sin temor impone a la sociedad, en este campo la iglesia evangélica ha escondido su cabeza como la avestruz, ha dejado que otros se vistan con el ropaje que le pertenece y hable por ella, por el pensamiento anacrónico que la política social y contingente no le incumbe a los santos de Dios. ¿Acaso los profetas anteriores mencionados no eran hombres de Dios? ¿Acaso los santos varones vivían en un oasis dentro de sus sociedades respectivas?, o posiblemente Dios los retornó al paraíso para que escribieran sus oráculos, con la mayor tranquilidad y sosiego posible.
La labor pastoral no solo pertenece al púlpito para un buen sermón dominical, sino esta en las calles, en los hogares, en la comunidad y en la sociedad en general. La labor pastoral no solo esta en el ámbito espiritual o en el consejo ministerial, sino también en los problemas sociales, éticos y morales. La labor pastoral no es exclusiva a las paredes del iglesia, sino esta en todas las estructuras organizacionales de la sociedad, está en todos los estratos de la sociedad, influenciando con los preceptos de Cristo las grandes decisiones nacionales, regionales, vecinales. Quien no comprende lo que involucra una verdadera labor pastoral es semejante aquellos sacerdotes y profetas de Israel que desviaron su ministerio, en pos de mejores consideraciones, o los que permanecieron callados para evitar problemas que les podrían haber ocasionado el disgusto de la sociedad en que vivían. Como consecuencia, se perdieron ellos y también la sociedad a la que trataron de mantener contenta. Muy distinta fue la labor de aquellas voces disonantes que encararon los males de su sociedad con valentía, llevando la advertencia de Dios sin considerar que ponían en riesgo sus propias vidas, como olvidar a Jeremías, Isaías, Juan el Bautista, a Esteban.
La labor de la Iglesia esta en la evangelización y en el evangelismo en particular, en la enseñanza de los valores éticos, morales y sociales de la doctrina de Cristo. La labor de la iglesia es buscar la "justicia de los débiles y defender los derechos de los pobres del país". (Traducción Dios Habla Hoy), con el propósito del bien común de la sociedad y no tras intereses mezquinos o conveniencias personales o de grupo. La labor de la iglesia se encuentra en el sacrificio de Cristo por la causa del hombre, y lograr una sociedad más justa, con igualdades y derechos reales y permanentes a todos los hombres..
Pablo en la carta a los Efesios 5.15-17 escribe: "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor". El varón de Dios debe andar en la voluntad de Dios, el hijo primogénito así lo hizo, Él vino a servir y no a buscar el servilismo de las personas, el hijo de Dios vino a ofrendar su vida por la restauración del ser humano y no a sacar dividendos o lucraciones mezquinas. La Iglesia debe vivir impregnada del ejemplo que el Maestro le entregó, sacrificarse hasta la cruz por la causa del hombre.  Dios es eterno, el hombre efímero, Dios es inmutable, el hombre mutable. Solo aquella iglesia que cumple con los propósito de Dios es verdadera y es de está forma que convulsionara la sociedad en la cual esta insertada diciendo:  “Cristo ha resucitado entre los muertos, para perdón de pecado.”

Juan Salgado Rioseco

martes, 13 de marzo de 2012

El valor de la vida


(basado en el Libro de Eclesiastés)
Al leer el libro encontramos un hilo conductor desde el que se puede ir progresando en las ideas y conceptos que el autor fue expresando en su peculiar modo de ver la vida: "En el día del bien, goza del bien; y en el día del mal, considera que Dios hizo tanto lo uno como lo otro, de modo que el hombre no pueda descubrir nada de los que sucederá después de él (7:14). La Biblia de Jerusalén traduce: "Alégrate en el día feliz y, en el día desgraciado, considera que, tanto uno como otro, Dios los hace para que el hombre nada descubra de su porvenir." Y en nota al pie, aclara: "Es decir para que no sea posible contar con nada, o también para que nadie pueda adivinar lo que le está reservado". En otras palabras, el hombre no puede contar con nada ni con nadie, no le sirve su sabiduría, ni ninguna ayuda humana, sólo Dios; no puede prever el resultado de su previsión, ni lo que acontecerá con las disposiciones sabias del presente. Todo puede tener éxito y cualquier previsión suya puede fracasar. A esto se le agrega el constante pesimismo del autor que expresa a través de las palabras: "Vana ilusión, vana ilusión: ¡Todo es vana ilusión !" (DHH), o como traduce la NBL. "No hay razón dice el predicador, no hay razón y todo es absurdo". (1.1)
La pregunta que más inquieta a el Predicador es relativa al sentido de la vida, se pregunta concretamente: ¿Qué provecho saca el hombre de todos los trabajos que realiza en este mundo? (1.3) y ¿Qué es lo que debe saber y hacer para vivir una vida plenamente lograda?. El evangelista Marcos (8.36) se hace una pregunta similar: "Porque ¿qué provecho hay en que una persona gane el mundo entero y que pierda su alma?. En el evangelio de Mateo (6.25) leemos: "Por lo tanto  os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de vestir. ¿No es la vida mas que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?".
En cuanto al predicador no logra comprender, "no hay nadie capaz de expresar, cuánto aburren todas las cosas; nadie ve ni oye lo suficiente, como para quedar satisfecho. Nada habrá que antes no haya habido; nada se hará que antes no se haya hecho. ¡Nada hay nuevo en este mundo!". Lo mejor que puede hacer el hombre en este mundo es adquirir los valores espirituales. Todo en la existencia humana es transitorio y pasajero. Sólo las realidades espirituales permanecerán para siempre. Vivir para uno mismo, y no vivir para Dios es fatiga y afán sin provecho alguno.
Para el Predicador, detrás de cada acción humana hay un imprevisible, mejor dicho, una voluntad que provocará el resultado feliz o la experiencia desdichada.  Ante la complejidad de la vida y sus dificultades se siente frustrado y que no vale la pena de luchar y esforzarse, pues todos seguirá igual (1.1-3), pues como ocurre en la naturaleza, así ocurre en el hombre (1.4-8), pues se olvidarán  y su memoria no permanecerá (1.9-11)
La adquisición de mucha sabiduría (1.13), "Con mi mente bajo el control de la sabiduría, quise probar el estímulo del vino, y me entregué a él para saber si eso es lo que más le conviene al hombre durante sus contados días en este mundo". Después se puso a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho?  Y encontré que es más provechosa la sabiduría que la necedad, así como es más provechosa la luz que la oscuridad.
Con el fin de obtener una respuesta, va analizando sistemáticamente las distintas actividades que podrían asegurarle el logro de esa meta, como, por ejemplo, la búsqueda del placer (2.1), “Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida.” ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión! Y concluí que la risa es locura y que el placer de nada sirve". Pero toda la alegría del mundo sumada a la acumulación de bienes materiales podrán aparentemente satisfacer los anhelos y apetitos del cuerpo, pero jamás podrán llenar el corazón y saciar el apetito espiritual que existe en los seres humanos, ya que sus efectos son temporales, y su calidad perecedera y su contenido es vano.
Las conclusiones a sus interrogantes resultan en definitiva decepcionante, ya que al término de sus muchos esfuerzos lo único que puede decir es que todo es vana ilusión (1.1–2; 12.8). también se dijo a si mismo: Es como querer atrapar el viento (2.11); porque la “obra” que Dios realiza en el mundo es un misterio impenetrable para los seres humanos, y la sabiduría ofrece una ayuda muy precaria cuando se intenta descorrer el velo del misterio (3.11).
Encontramos en la trama de Eclesiastés pasajes de total pesimismo (3.2-8), nada tiene valor, lo que hoy hacemos con una mano, mañana lo destruimos con la otra, o, lo que es más grave, el tiempo con sus mudanzas es quien se encarga de frustrar toda posibilidad nuestra. ¿Qué sentido tiene entonces construir o destruir, llorar o reir, buscar afanosamente o dejarnos estar?. Nada tiene valor, todo es absurdo. Este pensamiento se contrasta con el pasaje de 7.14, Dios está en todas las cosas y todas, cuando lo entendemos correctamente son para nuestro bien (Ro. 8.28). para los sabios de Israel todo proviene de Dios quien tiene sus razones que el hombre difícilmente puede alcanzar (8.17), Job, lo decía así: "Recibimos el bien de parte de Dios. ¿y no recibiremos también el mal? (Job 2.10)
La vida del hombre está compuesta de penas y alegrías, de triunfos y fracasos, de trabajos y reposos. El sabio ve que así debe ser, lo que caracteriza el trabajo del hombre es un continuo hacer y deshacer lo hecho, cada cosa a su tiempo. Como esos tiempos los fija Dios, ("Tú eres mi Dios; en tus manos están mis tiempos" Sal. 31.14, 15), para el Predicador la sabiduría del hombre consiste en ponerse en sintonía con Dios para saber qué hacer en cada caso. Dios lo ha dispuesto todo, lo bueno y lo malo, el hacer esto y el hacer aquello, cada tarea tiene su tiempo propicio, cada experiencia humana su razón de ser. El hombre, como ser relativo, se encuentra también ante tareas relativas; ningún momento es absoluto, absoluto es solamente Dios, en su providencia no sólo muestra protección y da provisión, Él también gobierna con un propósito absoluto.
Unas de la reflexiones interesantes del Predicador es que el hombre ha sido creado para vivir en comunidad y que de su vida compartida resultan beneficios mutuos para quienes así viven, los extremos no son aceptables (4.4-6), la rivalidad, los celos, la pasión o la envidia que llevan a pisar al prójimo para tener éxito son repudiable (4.4), la holgazanería tampoco es aceptable (4.5), el hombre debe buscar u equilibrio y contentamiento en su trabajo (4.6), compartiendo el fruto y apoyándose en otros (4.8, 9-12). El hombre debe aprender a vivir tranquilo, compartir, ayudarse y vivir en paz.
Adorar a Dios y prometer a Dios, dice el predicador, es algo que el hombre no puede hacer a la ligera: "Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie",(5.1), la conducta y el comportamiento en la casa de oración debe ser motivo de preocupación y no tener una disposición impropia  (Sal. 26.12). "No te precipites con tu boca ..., cuando hagas voto a Dios." (5.2,4), el silencio es la actitud reverente ante Dios (Hab. 2.20), y el voto es obligante, hay que reflexionar antes de hacerlo (Pr. 20.25). O sea, no se debe permitir que elementos extraños enturbien la relación con Dios obrando neciamente y obteniendo de esta comunión con Dios sólo frustración.
"el bien que yo he visto" (5.18), el trabajo sin ambiciones, permite alcanzar la felicidad. Pero la felicidad depende de Dios, porque Dios da la vida (v.18), da lo bienes (v.19), da la facultad de gozar una cosa y otra (19). Viviendo así no hay tiempo para el desengaño y la frustración (v.20). "No pensará mucho en los años de su vida si Dios le concede alegría interior" (v.20 Nueva Biblia Española). "Porque no se acordará mucho de los días pasados de su vida; puesto que Dios le habrá respondido con darle el gozo de su corazón". (VN). Para el predicador, Dios es el único que puede llenar el corazón de alegría. Cuándo la alegría producida por la presencia divina invade las relaciones humanas, la preocupación por la duración de la existencia no es de importancia.
"En el día del bien, goza del bien; y en el día del mal, considera que Dios hizo tanto lo uno como lo otro, de modo que el hombre no puede descubrir nada de lo que sucederá después de él". (7.14). La mesura y la prudencia debe estar en el hombre que confía en Dios. los absolutos son dos: Dios y la muerte, y la conducta sabia es la que puede manejarse entre estos dos absolutos: contar con dios y contar con la muerte. El valor de las demás cosas es relativo y ninguna merece de parte del hombre una adhesión total. La sabiduría reside en vivir de cara a Dios con los recursos que él provee para nuestras vidas. "La sabiduría del hombre iluminará su rostro y transformará la dureza de su semblante". (8.1).
La meta es saber gozar los auténticos placeres de la vida, sin hacer, lo repetimos, del placer un absoluto. El saber gozar de lo que hay que gozar, es una suerte de sabiduría, que tiene su fundamento en saber que las pequeñas satisfacciones de la vida las provee Dios (8.15). Dios en el pensamiento del Predicador es la realidad de las realidades.
El Predicador llega a la irrevocable verdad de que el conocimiento humano no alcanza a tener una comprensión completa y absoluta de "la obra de Dios" ni de "la obra que se hace debajo del sol" (8.17). la versión Dios Habla Hoy dice: "Mas cuenta me di de que el hombre no puede comprender lo que Dios hace, ni lo que ocurre en este mundo. Por más que luche buscando la respuesta, no la encontrará; aún cuando el sabio diga conocerla, en realidad no ha podido encontrarla".
El Predicador también reflexiona sobre la vida y la muerte, presenta un triángulo existencial: la muerte, la vida y la sabiduría. La muerte y la vida son paradoja de la existencia humana. La sabiduría es la disyuntiva entre ambas realidades. En la muerte termina la existencia terrenal, pero en la vida existe la muerte terrenal. Por medio de la muerte aprendemos apreciar la vida (9.1-18). "que lo que es amor o lo que es odio, no lo saben los hombres; obran por lo que parece delante de ellos" (9.1b). La Biblia de Jerusalén da este comentario "los sentimientos que experimenta son para el hombre un enigma. El amor es ciego y fatal, como la muerte, como el destino". En el estado de ánimo del hombre , coexisten dos sentimientos opuestos, como amor y odio: "y, al final, una misma suerte aguarda a todos; tanto al justo como al impío; al bueno y limpio, y al no limpio; al que sacrifica y al que n sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento".( BJ) traduce: "como el que hay un destino común para todos", y (DHH) "al fin y al cabo a todos les espera lo mismo".
"Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto" (9.4). el Predicador reconoce que para los muertos ya no hay esperanza, además echa a mano a un proverbio popular de sus días, entre los judíos el perro era despreciado y el león admirado por lo tanto un perro vivo es mejor que un león muerto, la moraleja enseña que es mejor tener algo que no tener nada. Por lo tanto aconseja disfrutar del gozo de la vida, a pesar de los problemas y las dificultades, la vida tiene significado como le agrada a Dios.
El Predicador al preguntarse por el sentido último y definitivo de la vida, no la encuentra en ninguna de las cosas en que el hombre de todos los tiempos lo ha buscado: el placer, las riquezas, la sabiduría, la alta estima social. Para estas cosas, consideradas como absolutos, acuña la expresión característica que se ha abierto camino fuera de la Biblia: "Yo, el Predicador, repito: ¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión! " (12.8). Pero esto no le quita importancia ni al placer, ni a la riqueza, ni a la sabiduría, ni a la situación social. Todas ellas tienen su valor, pero no un valor absoluto. No sin cierta ironía dice: "no seas demasiado justo, ni seas sabio en exceso. ¿por qué habrás de destruirte? No seas demasiado malo, ni seas insensato. ¿Por qué morirás antes de tu tiempo?" (7.16, 17). No, el sentido de la vida no está en perseguir estas cosas como si fueran el todo del hombre. Por lo tanto, la tesis esgrimida por el sabio, es que no hay nada absoluto en esta vida, solo lo absoluto se encuentra en Dios y la muerte, frente a esto se encuentra el hombre víctima de sus ignorancia: No sabe lo que Dios hará, con él sobre todo, y no sabe tampoco como ni cuando ha de morir.
"El discurso ha terminado. Ya todo ha sido dicho. Teme a Dios y cumple sus mandamientos, porque eso es el todo del hombre. Dios habrá de pedirnos cuentas de todos nuestros actos, sean buenos o malos, y aunque los hayamos hecho en secreto." (12:13, 14). Lo que pueda suceder en la vida, por más variado que sea, por más contradictorio que parezca a la compresión de nuestra lógica contemporánea: Un Dios, que conoce mejor que nosotros mismos lo que pueda resultar del bien y del mal que sobreviene en nuestras vidas, es quien dirige nuestra historia mínima. La exhortación se sobrentiende: En él debemos confiar.
¿Dónde encontrar el sentido de la vida?. El sentido de la vida se ha de encontrar en la manera de vivir de cara a Dios, quien finalmente ha de juzgar la vida del hombre. Debido a que la vida del hombre aunque las gozamos, las gustamos, las deseamos, las valorizamos, al fin de todo son ilusorias, vanas, vacías y no durarán para siempre.

Juan Salgado Rioseco

Dios Santo y el Pecado (Parte VII)

El Servidor de Dios no debe quebrantar la Ley del Eterno y Santo para ser victorioso en la lucha contra el pecado. “ Ahora bien, ¿debe...