(Parte I)
Pablo, el judío helénico, escribió a los
romanos “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.” (Romanos 12:2).
El Señor Jesucristo, dijo de si mismo: “ Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo sólo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió.” (Juan 5:30).
“Entonces dije: ‘Aquí estoy, tal como está
escrito de mí en el libro, para hacer tu voluntad, oh Dios.’” (Hebreos 10:7).
La voluntad de Yahweh, está muy ligada o coincide con el
designio de Dios, el apóstol de los gentiles escribió: “Dios quiere que todos los hombres se salven”. (1Ti. 2:4).
La voluntad de Yahweh, es el atributo por el que Dios
aprueba y determina toda acción necesaria para la existencia y actividad de sí
mismo y de toda la creación; las Escrituras enseñan formas para discernir la
voluntad de Yahweh, las cuales debemos tener presente en los momentos en que se
nos presentan situaciones que nos confirman si estamos dentro de ella; la
importancia de la voluntad de Dios se hace visible de múltiples modos en la
Escritura.
El Nuevo Testamento fue originalmente escrito en el
idioma griego Koine, donde encontramos dos condiciones usadas para la palabra
"voluntad" en la referencia a la voluntad de Yahweh.
La Etimología de la palabra “voluntad de Yahweh”:
a. "boulema",
qué se refiere a la soberana voluntad de Yahweh. Éste es Su plan predeterminado
para todo lo que pasa en el universo y se cumple sin tener en cuenta decisiones
hechas por el hombre. (Ro. 9:19; 11:33-36; Hch. 2:23).
b. “thelema”,
se refiere a su plan individual, para cada hombre o mujer. Para cumplir su
voluntad, Yahweh requiere la aceptación o disposición del hombre. (Col. 4:12; He.
10:7; Ef. 5:17; 6.6; Col. 1:9; 4:12).
Otro tipo de la voluntad de Yahweh es la "moral", los
mandamientos revelados, en su Palabra escrita, que enseña cómo los creyentes
deben vivir. (2 Co. 6:14; Ro. 2:18; 1 Ts. 5:18).
¿Por qué es esencial conocer la voluntad de Yahweh? El
salmista escribió: “Enséñame a hacer tu
voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu
buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.” (Sal 143:10). Es
imprescindible que el que se considera servidor de Dios sea conocedor de la
voluntad de Yahweh, para poder discernir entre lo recto y lo incorrecto delante
de la presencia de Altísimo; esta actitud de aprendizaje traerá consigo de
cuidar nuestro comportamiento, no vivir neciamente, sino con sabiduría;
aprovechar toda oportunidad para hacer el bien; no actuar insensatamente;
procurando en todo momento entender cuál es la voluntad del Señor. (Ef. 5:15-17,
paráfrasis): entonces nos podremos considerar “siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;” (Ef.
6:6).
La voluntad de Yahweh, “es buena, agradable y perfecta”. (Ro.
12:2). Para entender y aceptar lo que Él quiere para nosotros, su voluntad está
reservada para quienes han confiado en Cristo para la salvación; para todo lo
que suceda salga de acuerdo con su voluntad. (Ef 1:11); Nabucodonosor dijo: “Y todos los habitantes de la tierra son
considerados como nada, más El actúa conforme a su voluntad en el ejército del
cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni
decirle: "¿Qué has hecho?"” (Dn. 4:35, LBLA); debido a que todas
las cosas fueron creadas por la voluntad de Dios. (Ap. 4:11).
El deseo de yahweh: es que todos los que creen en su Hijo, este los resucite en el día final (Jn. 6:40); es que seamos santos y nos apartemos de todo pecado sexual (1 Ts. 4:3); seamos agradecidos en toda circunstancia (1 Ts. 5:18); que no imitamos las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien que dejamos que Èl nos transforme en personas nuevas al cambiar nuestra manera de pensar; así podremos entender y aceptar lo que Dios quiere para nosotros y también lo que es bueno perfecto y agradable a El. (Ro. 12:2. parafraseado).
El deseo de yahweh: es que todos los que creen en su Hijo, este los resucite en el día final (Jn. 6:40); es que seamos santos y nos apartemos de todo pecado sexual (1 Ts. 4:3); seamos agradecidos en toda circunstancia (1 Ts. 5:18); que no imitamos las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien que dejamos que Èl nos transforme en personas nuevas al cambiar nuestra manera de pensar; así podremos entender y aceptar lo que Dios quiere para nosotros y también lo que es bueno perfecto y agradable a El. (Ro. 12:2. parafraseado).
La soberana voluntad de Yahweh, (que tiene el máximo
poder o autoridad sobre algo.); está presente en la creación y la preservación de la naturaleza (Sal.135:6;
Jer. 18:6; Ap. 4:11); en los gobiernos humanos (Ap. 21:1; Dn. 4:35); en la
elección y la reprobación de los seres humanos (Ro. 9:15, 16; Ef. 1:11); en los
sufrimientos de Cristo (Mt. 26:42; Lc. 22:42¸ Hch. 2:23); en la regeneración (Stgo.
1:18); en la santificación (Fil. 2:13); en los sufrimientos de los creyentes (1
Pe. 3:17); en la vida de los hombres y su fin (Hch. 18:21); hasta las cosas más
pequeñas de la vida (Mt. 10:29).
El término designio es aquel que se utiliza para hacer
referencia a la idea de un plan, un proyecto que es llevado a cabo por alguien
de manera intencionada o buscada. Dios tiene designios: que todos los hombres
sean salvos. (1 Ti. 2:3-4); que vengan al conocimiento de la verdad (Jer. 29:11);
sabemos que Dios ordena todas las cosas para bien de los que le aman, de los
que han sido elegidos según su designio (Ro. 8:28 SB-MN); a veces el
sufrimiento está conforme la voluntad de Yahweh (1 Pe. 3:17; 4:19).
La salvación del hombre es por la voluntad de Yahweh: solo
entraran aquellos que hacen la voluntad del Padre (Mt. 7:21); el que está
dispuesto a vivir el resto de su vida según la voluntad de Yahweh y no según los
deseos humanos (1 Pe. 4:2); se evidencia en que fue el sacrificio del cuerpo de
Jesucristo nos hiciera santos (He. 10:10).
El gobierno humano
existe en conformidad con la voluntad de Yahweh: la sentencia al rey
Nabucodonosor de Babilonia, deja entre ver la injerencia de la voluntad de Yahweh en los gobiernos terrenales (Dn. 4:31-36); a veces para que cumplan sus
designios que ha determinado previamente (Hch 4:28); cambia los tiempos y las
épocas, quita y pone reyes, da sabiduría a los sabios e inteligencia a los
expertos (Dn. 2:21); no hay autoridad que no venga de Dios. (Ro 13:1).
El apóstol Juan escribió: “Y el mundo pasa, y sus deseos; El
que hace la voluntad de Yahweh permanece para siempre”. (1 Jn 2:17).
Conocer la voluntad de Yahweh es esencial, pero es más
importante cumplirla, conforme a lo establecido en las Escrituras. Jesús nos
enseña en la oración, que debemos pedir en nuestra oración permanentemente a
Dios que “hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.” (Mt. 6:10).
La conformidad con la voluntad Yahweh es una Virtud cristiana; Jesús
dijo: “Pues cualquiera que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.” (Mr. 3:35).
Juan Salgado Rioseco
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