jueves, 8 de septiembre de 2016

El Matrimonio conforme al corazón de Dios. (Parte II)


Los propósitos de Dios para la unión de un hombre y una mujer.
La unión de un hombre y una mujer nació en el corazón de Dios; es su diseño y creación, la constituyó con características que la sustentan y dan consistencia, son su razón de ser; tanto el hombre como la mujer deben entender que el matrimonio es una institución divina; al formar una familia se espera que la integración se efectúe fácilmente, para sí, conseguir una relación optima que facilite la comunicación y los sentimientos, es necesario que Dios este en el centro de esa unión familiar.
Algunos de los propósitos de Dios para esta unión: 
1.              Compañerismo mutuo. Génesis 2:18.
2.              Relación íntima indisoluble. Génesis 1:28.
a.    la sexualidad es la excelencia de Dios dentro de la creación. Génesis 1:27, 31; 2:18–25.
b.    en un sentimiento mutuo. Efesios 5:31.
3.              Felicidad matrimonial. Proverbios 5:15-19.
4.              Educar de los Hijos es un deber de los padres.  Proverbios 22:6.
5.              Enseñar de la fe de Cristo. 2 Timoteo 1:5; 3:14, 15.
El plan de Dios es proveer a cada persona una familia en la cual encuentre el complemento perfecto a sus necesidades físicas, mentales, afectivas y espirituales.

La relación entre un hombre y una mujer fue instituida por Dios y aceptada por las diferentes sociedades humanas, en la que el hombre y la mujer cohabitan en amor y ayuda mutua. Dios tiene buenos propósitos al establecer las relaciones dentro del matrimonio. Instrucciones específicas que el apóstol Pablo indica a esposos y esposas constituyen un destello de las relaciones entre Cristo y su Iglesia: un modelo celestial para todo matrimonio terrenal.
Características del matrimonio de acuerdo al plan de Dios:
1.              Entre un hombre y una mujer es una relación monógama. 1 Corintios 7:2; Proverbios 5:18-19.
2.              Es una relación de unidad. Génesis 2:24; Salmo 34:3.
3.              Es una relación de compañerismo mutuo. Génesis 2:18.
4.              Es una relación de fidelidad. Malaquías 2:15.
5.              Es una relación irrevocable e indisoluble. Romanos 7:2.
6.              La autoridad del hogar recae en el hombre. 1 Corintios 11:3.
7.              Tener un trato digno, sin violencia, hacia la esposa. Colosenses 3:19.
8.              El marido debe dignificar a su esposa. 1 Pedro 3:7.
9.              El deber del hombre es proveer y cuidar a su familia. Efesios 5:29.
10.          El deber conyugal dentro del matrimonio es reciproco. 1 Corintios 7:1-5; Eclesiastés  9:9.
11.          El placer conyugal debe ser exclusivo del matrimonio. Proverbios 5:15-17.
12.          Es pecado la relación fuera del matrimonio. Gálatas 5:19; Colosenses 3:5-6.
13.          El adulterio es sancionado por Dios. Éxodo 20:14; Hebreos 13:4; Mateo 5:27-28.
14.          El matrimonio es la metáfora de un misterio entre Cristo y la Iglesia. Efesios 5:32.
El matrimonio es una institución que va a perdurar, a pesar de las amenazas a su estabilidad. Dios nos ha dado tal naturaleza que buscamos la compañía de una persona del sexo opuesto con quien podemos formar un hogar, experimentar la satisfacción de la intimidad emocional y sexual, criar a los hijos y disfrutar del compañerismo durante toda la vida.
El matrimonio es una comunidad íntima de vida entre un hombre y una mujer, fundamentada en el amor responsable, en la mutua entrega, en vista del bien personal de los cónyuges, de la generación y educación de su descendencia. El amor recíproco es esencial y tiene características que le distinguen de todas las demás formas de amor.

La intimidad es uno de los factores que más hacen fracasar al matrimonio. La intimidad plena lleva a la pareja a la consumación de los planes de Dios tiene para ella. Las Sagradas Escrituras entregan algunas pautas para que la pareja de creyentes desarrolle su intimidad y logra el disfrute sexual.
1.              Clave para matrimonio feliz. Proverbios 5:18–20.
2.              Intimidad física. Génesis 2:25.
3.              Disfrute marital. Génesis 18:12.
4.              Intimidad marital. Cantares 4:16.
5.              Gozo de la vida juntos. Eclesiastés 9:9.
6.              Entrega de dos que se aman. Cantares 6:3.
7.              La entrega mutua. 1 Corintios 7:3-5
8.              Matrimonio honroso. Hebreos 13:4.
El disfrute de la sexualidad dentro del matrimonio es bendición de Dios, teniendo la sensibilidad y el respeto de la conciencia de la persona amada.
La relación en el seno de la familia debe estar fundamentada en el amor, el entendimiento y la paz. Ambos cónyuges tienen la responsabilidad de fomentar y favorecer un buen ambiente y convivencia en las relaciones mutuas, para así lograr la comprensión, la armonía, y poderse proyectarse al futuro con una convicción que de estabilidad a la familia; la interrelación, interacción, la comunicación bajo el prisma del amor y los principios que sustenta la fe en Cristo, son medios esenciales para lograr un ambiente cálido, armónico y de paz. En la familia debe reinar el amor, los componentes de la familia son los prójimos más cercanos, los cuales deben poner por obra las palabras de Jesús, “amaras a tu prójimo, como a ti mismo”. Una familia cristiana debe ser modelo en el hábitat en que viven y se desarrollan.
1.         Debe reinar la comprensión y la armonía.  1 Pedro 3:7.
2.         Los padres deben amar a sus hijos.  Tito 2:4
3.         Los padres mantienen a sus hijos, no los hijos a sus padres.  2 Corintios 12:14.
4.         Los padres tienen el deber de sostener a los Hijos.  1 Timoteo 5:8
5.         Los hijos traen gozo a los padres.  Proverbios 23:22–25.
El calor de un hogar feliz es el ambiente ideal para criar niños normales y que aportarán en forma positiva para la sociedad. Una familia feliz y saludable siempre es digna de imitar. Una familia sana es la base de una iglesia sana.
El Hogar cristiano: núcleo de la propagación de la Fe
El Nuevo Testamento presenta «las casas» (oikos) como espacio predilecto para la predicación y enseñanza de la fe. Lo había sido en el antiguo pacto y debe continuar siéndolo en el pacto de la gracia. El libro de los Hechos, una y otra vez, se refiere a las casas como centros de fomento y formación de la Fe en Dios; los padres tienen un deber ineludible de transmitir la fe de acuerdo a lo ordenado por el Eterno y Todopoderoso y esa acción se efectúa en la casa; la importancia de la casa como lugar de transmitir la Fe:

1.         Jesús, estando en Betania, en la casa de Simón. Mateo 26:6–13; Marcos 14:3–9; Juan 12:1, 11. En aquel episodio, Jesús refutó a quienes criticaron a la mujer, anunció su sepultura, se refirió al tema de la pobreza en el mundo y mencionó la necesidad de que su evangelio fuera predicado en todas partes. Y todo esto sucedió en una casa.
2.         en ellas se celebraba la vida en común. Hechos 2:46.
3.         se producían milagros por parte del Señor. Hechos 9:17.
4.         se enseñaba, se propagaba y confirmaba la fe. Hechos 10:2, 22, 31, 44-48.
5.         se experimentaba el costo del seguimiento. Hechos 17:15.
6.         se reflexionaba acerca de las implicaciones de la fe para toda la vida. Hechos 28:30, 31.
El templo no era el centro educativo en cuanto a la transmisión de la fe; lo eran las casas de los creyentes y así siguió siendo durante los primeros siglos. Los hogares cristianos, deben ser el centro de la evangelización y la propagación de la fe en Cristo Jesús. Los padres deben ser responsable que el hogar se transforme en un medio eficaz para cumplir el mandato de la Evangelización.
Juan Salgado Rioseco


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