Una parte de
la gran Comisión: “Id, y haced discípulos”, sin discriminación, ni acepción de
personas y “Enseñar” lo que Jesús
mandó.
“Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado;” (Mat 28:18-20).
Etimología de
algunas palabras:
mathetes (μαθητής), lit.: aprendiz (de
manthano, aprender; de una raíz math–, indicativa de pensamiento acompañado de
esfuerzo, en ciertos tiempos como saber, estudiar, aprender), de ahí, denota a
uno que sigue la enseñanza de uno, como los discípulos de Juan (Mt. 9:14); de
los fariseos (Mt. 22:16); de Moisés (Jn. 9:28).
Se usa de los discípulos de Jesús:
a.
en un sentido amplio, de los judíos que vinieron a ser
partidarios suyos (Jn. 6:66; Lc. 6:17), algunos de ellos siéndolo en secreto
(Jn. 19:38)
b.
de manera especial de los doce apóstoles (Mt.10:1; Lc.
22:11).
c.
de todos los que manifiestan que son sus discípulos
permaneciendo en su Palabra (Jn. 8:31; 13:35; 15:8)
d.
en Hechos, de los que creían en Él y confesaban su nombre
(Hch. 6:1,2,7; 14:20,22,28; 15:10; 19:1, etc.).
Un discípulo no es
meramente uno que aprende, sino un partidario; de ahí que se les mencione como
imitadores de su maestro. (Jn. 8:31; 15:8).
¿Qué es
discipular?
Es hacer lo que hizo el Señor
Jesucristo con sus discípulos, enseñarles la Palabra de Dios, mostrarles cómo
aplicarla a sus vidas, pasando tiempo con ellos, preocuparse por lo que están
pasando, que debilidades tienen, que problemas están enfrentando, que
preguntas, etc.
Un discipulado no es solo un tiempo en
el cual se comparte algunas lecciones de la Biblia y después que cada uno viva
su vida como pueda, realmente ese no es un discipulado que encontramos en la
ordenanza que Cristo nos mandó, un discipulado verdadero es cuando pasamos
tiempo con una persona e inviertes tu vida con ella, esto es muy costoso;
dedicas tiempo, dinero, decepciones y una gran cantidad de circunstancias, pero
al final obtendremos un discípulo que se pueda multiplicar en otra persona.
¿Qué debemos discipular?
“enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado;” Mateo 28:20.
La palabra enseñándoles, se
tradujo del griego “didasco” que significa instruir y enseñar
sistemáticamente.
La palabra guardar, en este versículo, se
tradujo del griego “tereo” que tiene, entre otros significados, el de
obedecer. También la palabra “tereo” significa “conservar” y
tiene la connotación de permanecer en la práctica de una enseñanza.
La ordenanza de Jesús: Él dice “vayan y hagan discípulos, enséñenles sistemáticamente a permanecer,
a conservarse firmes en la observancia de los mandamientos establecidos por
Dios”.
¿Proceso de DISCIPULAR?
1.
Misión de la Iglesia. Discipular.
2.
¿Cuál debe ser la forma? Enseñando
que guarden lo que Jesús enseñó.
3.
¿Cómo debe hacerse? Instruyendo
en forma sistemática; creando el hábito a la obediencia a Dios; instando a
conservar lo transmitido; y permanecer en la Palabra.
Entonces: “Haced discípulos”.
Es dar cumplimiento a uno de los mandatos de la comisión
pastoral, es llevar a una persona a un cambio de conducta que refleje la
integración de los valores cristianos en la vida cotidiana y la integración a la iglesia como un verdadero adorar y crecer en lo personal en beneficio de la
comunidad al cual está integrado; es capacitarlo en el servicio a Dios para
poder enviarlo a ejercer al ministerio con los medios necesarios para que actué
con idoneidad y eficacia en la labor encomendada.
¿Qué es un Discípulo?
Un discípulo es aquella persona que
aprende alguna enseñanza o doctrina de un maestro.
En otras palabras: un discípulo es
alguien que se coloca en una actitud de aprender algo de otra persona; es un
partidario de su maestro; es aquel que aplica y propaga las enseñanzas de su
maestro; de ahí que se les mencione como imitadores de su maestro. (Jn 8:31;
15:8).
Tareas y Objetivos
del Discipulado:
1.
Enseñar la Palabra de Dios.
|
·
Que conozcan las leyes del reino de Dios.
·
Que aprendan los principios morales y éticos de la fe
cristiana.
|
2.
Transmitir las normas bíblicas.
|
·
Que adopten actitudes y adquieran un carácter de un discípulo
de Cristo.
|
3.
Ayudar al crecimiento espiritual.
|
·
Que logren la eficacia en el servicio a Cristo y su
Iglesia.
|
Sumario
El mandato de Jesús es preciso, no tan solo “Predicad”,
sino “Haced discípulo “, es el deber tanto individual como colectivo,
cuando no cumplimos u omitimos la gran comisión delinquimos ante el Señor.
Delinquir, etimológicamente, procede del latín delinquĕre,
palabra compuesta “de” “completamente” más “linquere“ “dejar”,
con lo que literalmente tendríamos el resultado de “dejar sin hacer”. Si
llevamos el término un poco más allá, sin forzarlo, obtendremos que quiere
decir “no cumplir con el deber”. La iglesia no está cumpliendo su deber como lo
ha ordenado su Maestro.
Es
fundamental que todo cristiano sea bien discipulado, que conozca lo que
ha de hacer en su paso por este mundo.
Pablo escribe en 1 Timoteo 6:3-4 “Si alguno enseña otra
cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la
doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira
acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias,
pleitos, blasfemias, malas sospechas…”
El proceso de un discipulado
en acción:
1. EVANGELIZAR Convertir.
2. DISCIPULAR Alcanzar la madurez espiritual.
3. CAPACITAR Nuevos Obreros.
4. ENVIAR Nuevos
Ministerios.
Distracción a la
gran comisión pastoral:
1. Falta de responsabilidad pastoral.
(Hch. 20:28)
2. Falta de equipamiento de la Iglesia.
(Ef. 4:12)
3. Falta de administración Pastoral. (1
Co. 4:1-2)
4. Falta de capacidad Pastoral. (1 Ti.
2:15; 4:1-2)
5. Falta de preparación Pastoral. (1 Ti.
3:2, 6)
6. Falta de madurez espiritual. (He.
5:11-14; 1 Co. 14:20)
Hacer discípulos es para el fortalecimiento de la iglesia.
Sin producir discípulos de Jesús, una congregación no tiene futuro. Los
discípulos, conforme aprenden, se van integrando al servicio de Dios en
forma eficiente.
El propósito fundamental de hacer discípulo es para
poder evangelizar con mayor eficacia.
La meta del
Discipulado
“El discípulo no
es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será
como su maestro.” (Lucas 6:40)
Juan Salgado
Rioseco
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