El apóstol Pedro en su primera carta (3:15), motivaba
a sus receptores a preocuparse a honrar
sólo a Cristo como Señor y estar siempre listos a responder a todo el que les
pida razón de su esperanza. "Estén siempre
preparados para responder…" Es el término griego apología que es un
vocablo compuesto por “apo” (de) y “logos” (palabra), se refiere a la defensa
legal en los ambientes de la Corte (Hechos 19:33; 22:1; 25:16; 26:1-2, 24). Los
cristianos, que tienen como razón de vida servir al Señor Jesús, deben estar
preparados en todo momento para hacer defensa de su fe.
Una de las implicancias de este texto, según Pedro, el
cristiano debe tener conocimiento acabado de las enseñanzas de Jesús, para
estar preparado en todo momento y en cualquier circunstancia u ocasión; la
misma idea tiene el apóstol de los gentiles, Pablo, que debemos esforzarnos a presentarnos
aprobados ante Dios como un servidor que no tiene nada de qué avergonzarse y
que enseña correctamente a poner en práctica el mensaje de la verdad. (2 Ti.2:15).
Estos dos textos bíblicos cobran relevancia, debido que
los actuales tiempos para los cristianos están cada día más convulsivos en
cuanto a su fe que trastorna la normalidad de la vida comunitaria de la
iglesia, además ha entrado en conflicto con las ideologías agnóstica humanista
imperante en las sociedades occidentales.
Lo que ha traído consigo situaciones cada día más problemáticas,
que dificultan las relaciones y suscitan enfrentamientos no solo verbales sino
con una escalada de violencia en la interrelación iglesia –sociedad, uno de los
factores son las nuevas leyes que han promulgado los gobiernos ateos o
agnósticos con la ayuda colaboracionista de los seudos cristianos humanistas.
Los cristianos se encuentran en conflicto, el que va
ir escalando de acuerdo a las promulgaciones de nuevas leyes dictatoriales que esta
imponiendo el secularismo ateo, debido a que nuestros inalterables principios,
intereses, valores y pensamientos son absolutamente disímiles y contrapuestos a
las propuestas de la secularización de los gobiernos, que han tomado el camino
de los antivalores y optado decadencia moral de la sociedad, por la supuesta vía
de los DD.HH. de las minorías.
A esta situación se agrega el secularismo en el
interior de las diversas y variadas comunidades religiosas cristianas y el
liberalismo de las tendencias de los seudos ministerios aparecidos en las
últimas décadas, que están carcomiendo los cimientos basados en el fundamento
apostólico del cristianismo.
Este tipo de comportamiento va desde la apostasía a la
herejía. La apostasía es la negación, renuncia o abjuración a la fe, en el
Nuevo Testamento el término griego apostasía solo aparece en dos pasajes,
Hechos 21:21 y en 2 Tesalonicenses 2:3, donde se enseña que antes de la venida
del día del Señor habrá una rebelión contra Dios, un abandono de la fe.
Mientras la herejía, se usa generalmente para designar un error o desviación en materia de fe, y se puede describir como
una enseñanza doctrinal que es contraria a la enseñada normativa
comúnmente dada por la Iglesia de
acuerdo con las Sagradas Escrituras y ligada al fundamento apostólico primitivo.
Las Escrituras nos dan testimonio que estos problemas
iban a ocurrir, con respecto a la segunda venida de nuestro Señor y nuestra
reunión con El, el apóstol Pablo escribió: “Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de
pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:1-3), entre otros textos.
Sobre la herejía, encontramos “Al hombre que cause divisiones, después de una y
otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y
está condenado por su propio juicio.” (Tito 3:10-11). El apóstol Juan escribió
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo
viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el
último tiempo. Salieron de nosotros,
pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos
son de nosotros.” (1 Jn 2:18-19).
El apóstol Pablo escribió al respecto «No que haya
otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.» (Gá. 1:7-8).
Es de suma importancia de tener cuenta las palabras
del Pedro, que el cristiano debe tener conocimiento acabado de las enseñanzas
de Jesús, para estar preparado en todo momento y en cualquier circunstancia u
ocasión y estar siempre listos a responder a todo el que les pida razón de su
esperanza
Uno de los medios es el estudio de la “Heresiología”
(tratado sobre la herejías), herramienta asociada la apologética teológica, para
que el cristiano pueda estar preparado para presentar defensa de la fe. Como
dijo Judas "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca
de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que
contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” (Judas
3).
¿Para qué estudiar la Heresiología?
A través de examinar atentamente las desviaciones doctrinales
que se están efectuando en el interior del cristianismo, estudiar la
“Heresiología”, nos va a capacitar para combatir las sectas, nos va auxiliar en
la evangelización, nos va motivar a prepararnos en defensa de la sana doctrina,
nos va aumentar la fe y nos hará mas responsable como cristianos.
Es prioritario que los cristianos deben recurran permanente
a la fuente del conocimiento: las enseñanzas de Jesús y tener la capacidad
necesaria de transmitirla como fue legada desde el génesis a través del
fundamento apostólico; efectuando el proceso de aprendizaje lo más fiel posible
para que la calidad de los discípulos sea aprobado delante de la presencia de
Dios y así los respectivos ministerios cumplan con el objetivo trazado por el Maestro,
perfeccionar, equipar a los santos o reparar el daño encontrado en creyentes
nuevos a causa del pecado; los respectivos ministerios de liderazgo tienen la
función de preparar y equipar a los creyentes para hacer obras de servicio en
la Iglesia de Cristo Jesús.
El proceso de aprendizaje debe contener diversas
acciones que tiendan a la transmisión de conocimientos y valores relacionados
con la recepción y la asimilación de la buena noticia transmitida desde los
orígenes del cristianismo primitivo. Este proceso debe tener como “base” las
primitivas enseñanzas de Jesús que deben ser el cimiento legado conocido como
el “fundamento apostólico”, enseñanzas que actualmente llamamos “doctrinas”
donde se basa el sistema de creencias que postula el cristianismo actual, las
cuales son aplicadas a través de mandamientos, dogmas y usos o costumbres que dan origen a los
rituales, estatutos o reglamento de las diversas familias de cristianismo.
Debemos precisar que una doctrina es un conjunto de
enseñanzas, principios o posiciones basadas en un sistema de principios o de
conocimiento. Las doctrinas bíblicas se basan en las Escrituras la que dan
bases a la praxis cristiana, por otro lado en el proceso de transmisión de
estas doctrinas hay desviaciones por la interpretación libre ajenas de las
analogías de las Escrituras, sin el contexto respectivo, la que dan origen a
las “herejías”, que precisamente nacen de una divergencia entre los diversos
pensamientos teológicos, sobre el significado que se formulan en los dogmas respectivos.
Hemos enunciado la “praxis cristiana”, esta quiere
decir aprender haciendo y aprender de lo que hacemos. Praxis no es solo
reflexión (que sería teoría) ni tampoco solo acción (que sería practica) sino
combinación de reflexión y acción. El término generalmente suele usarse para
dominar el proceso por la cual una teoría pasa a formar parte de una
experiencia vivida.
Podemos señalar que existen “doctrinas” bíblicas,
legalistas y heréticas de acuerdo a la interpretación de la Biblia, posición y de
los énfasis doctrinales o de fe. De estas dos últimas clasificaciones emanan
las “sectas”, podemos definirla como un grupo religioso que niega uno o más de
los fundamentos de la verdad bíblica o sean apartados del fundamento apostólico.
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1)
“Pero
el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de
la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo
4:1)
“Por qué se levantaran falsos
Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera
que engañaran, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24)
Juan Salgado Rioseco
No hay comentarios:
Publicar un comentario