Lectura Bíblica 1 Corintios 10:15-17.
“Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que
digo.
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la
comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del
cuerpo de Cristo?(
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos,
somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan”.
1Co 10:21-22
“No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los
demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los
demonios.
¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes
que él?”
Introducción
Primeramente debemos entender que la Cena
del Señor fue instituida por el mismo Señor Jesucristo, horas antes de su
crucifixión.
La participación de la Cena del Señor, nos identifica
como adoradores del Señor.
La participación de la Cena del Señor junto con otros
fieles, nos identifica que somos participe de la comunión de los santos.
Debemos participar en la Cena del Señor, como
verdaderos adoradores del Señor.
En la Cena del Señor, el que participa se une, por la
fe, al cuerpo de Cristo y se solidariza con los demás participantes.
Características especiales que se tiene
una comunidad en Cristo:
1.
La comunidad de
Cristo es un Cuerpo en Cristo:
“así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
(Ro. 12:5).
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos
miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también
Cristo”. (1Co 12:12).
2.
La comunidad de
Cristo es un Cuerpo que se ayuda mutuamente para edificarse y crecer:
Efe 4:12 “a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo,…”
“sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose
en amor”. (Ef. 4:15-16).
3.
La comunidad de
Cristo es un Cuerpo donde la paz de Dios gobierna en los corazones de los
creyentes:
Col 3:15 “Y la
paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed
agradecidos”.
4.
La comunidad de
Cristo es un cuerpo que tiene como cabeza a Jesucristo:
Efe. 4:15 “sino que siguiendo la verdad en amor
crezcamos en todo aquel que es la cabeza, esto, es Cristo”.
A. Significado
de la Cena del Señor:
1.
Es un recordatorio, en forma activa y
meditando, porque el Señor dijo:
"Haced esto en memoria de mí" Lucas 22:19; 1 Corintios 11:25.
2.
Es instructiva porque simboliza, a través
del uso de los elementos físicos: vino y pan, la lección de la encarnación de
Cristo. 1 Corintios 11:23.
3.
Es inspiracional porque celebrarla nos
recuerda que por fe recibimos los beneficios de Su muerte y Resurrección. Con
hacerlo, nos identificamos con su muerte, el dolor, el sufrimiento de Cristo y su
resurrección. ¡Y nos inspiramos al recordar que logró la victoria sobre la
muerte! 1 Corintios 11:24.
4.
Nos motiva a la acción de gracias
("euscharistia"). Expresamos gratitud a Dios como acto de gratitud, este
término griego el que inspira que algunas iglesias usen la palabra eucaristía. 1
Corintios 11:24.
5.
La celebración de
la Santa Cena os brinda la oportunidad de estar
en comunión ("koinonia") con el Padre, con el Hijo y con nuestros
hermanos. La Santa Cena reconoce y proclama el Nuevo Pacto ("he kaine
diatheke"), el fundamento del nuevo pacto es la sangre de Jesucristo. 1
corintios 11:25; Mateo 26:28.
6.
En esta
celebración, la iglesia proclama la
muerte del Señor como el acto redentor que tendrá su culminación cuando él
regrese. 1 Corintios 11:26.
7.
Y finalmente
conlleva un alto grado de responsabilidad.
Pablo nos recuerda en 1 Corintios 11:27-34 que uno debe cuidarse de participar
en la Santa Cena "de manera indigna".
B. Requisitos
para estar en mesa del Señor:
1.
Estar en paz con
el Señor. Romanos 5:1.
2.
Conservar la
unidad, permitiendo que la paz los mantenga unidos. Efesios 4:3.
3.
Aceptar
plenamente el sacrificio de Cristo. 1 Corintios 11:28.
4.
Tener como
refugio en la sangre de Cristo. Efesios 2:13; 1 Juan 1.7.
5.
Comportarse como
corresponde como miembros del Cuerpo de Cristo. Filipenses 1:27.
6.
Participar
dignamente de la Cena del Señor. 1 Corintios. 11:29.
C. Los males de
los creyentes de Corintos: había corrupción en la Cena del Señor.
El apóstol Pablo les escribió: “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis
para lo mejor, sino para lo peor”. (1Corintios
11:17).
Los corintos no se congregaban para celebrar la Cena
del Señor para lo mejor, no para edificarse ellos mismos recordando la muerte
del Señor; sino que se congregaban para lo peor, para destruirse ellos mismos.
1.
Había
corrupción 1 Corintos 11:18-19. Divisiones
y herejías o profanaciones.
a. Cisma es una división dentro de la asamblea: todos
permanecen todavía en la misma asociación, a pesar de que están separados o
divididos en pensamientos y sentimientos de parcialidad o de aversión carnales.
b. Herejía, en su aplicación bíblica ordinaria, tal como aparece
aquí (no en el uso eclesiástico), significa un partido entre los santos,
separado del resto por haberse seguido la propia voluntad con más fuerza
todavía.
2.
Se autoengañaban,
por no celebrar la Cena del Señor como se había ordenado. 1 Corintios. 11:20.
Por el relativismo de sus conductas.
3.
Reinaba el
egoísmo. 1 Corintios 11.21. En el descuido de los desposeídos y la
discriminación.
4.
Abusaban de la
santidad de la Iglesia. 1 Corintios 11:22. La mesa del Señor, es un lugar de
adoración, en santidad y fidelidad al Señor.
D. ¿Qué
significa tomar indignamente la Cena del Señor?
El verso 11:27, no se aplique a las personas que
participan, sino se refiere únicamente a la manera de participar en la Cena del
Señor. Uno cosa es que sea indigno de participar evento y otra cosa es que uno
participe indignamente.
La segunda acción es lo que estaba sucediendo en la
Iglesia de Corinto y es lo que el apóstol Pablo les estaba corrigiendo. Los
miembros de Corinto estaban tratando los elementos de la comunión como si se
trataran un cosa común y corriente (11:21).
Ellos estaban comiendo el pan sin ninguna dignidad y
bebiendo del fruto de la vid sin el debido respeto.
E. Tres
consecuencias de participar indignamente de la Cena del Señor.
1.
Una persona se
vuelve culpable de la muerte del Señor. 1 Corintios 11:27. La persona ofende a
Cristo, tiene la muerte de Cristo como algo sin sentido. (He. 10:29)
2.
Una persona se
condena a sí mismo, si no se examina su corazón en busca de pecados no
confesados. 1 Corintios 11:28-29. Discernir == Discriminar, distinguir (2 Co.
13:5)
3.
Una persona es
disciplinada y aleccionada por Dios. 1 Corintios 11:30. Para evitar que se
destruya a sí mismo y hiera o dañe a otros por medio de su pecado grave.
(vv.29-31, 32; Dt. 8:5)
F. El propósito
de la Cena del Señor.
Cada ocasión de participar en la Cena del Señor, es
una oportunidad de decir, de proclamar, o de confesar: «Por este medio acepto
todos los beneficios de la plena redención de Cristo Jesús: perdón,
recuperación, fuerza, salud, suficiencia». La Cena del Señor no ha de ser
simplemente un recordatorio ritual, sino una confesión activa, mediante la cual
activamos la memoria, y nos apropiamos ahora de todo lo que Jesús ha provisto y
prometido por medio de su cruz.
G. ¿Cuál debe
ser mi actitud al participar en la Cena del Señor?
1.
Debemos probarnos
en nuestra conciencia; acudir confiando plenamente en el perdón, misericordia y
poder para restaurar, fortalecer y sanar al pecador. (11:28).
2.
Debemos acudir a
la mesa del Señor, con discernimiento,
es decir, pensando en lo que estamos haciendo. (11:29-30), sino lo hacemos acarreamos
juicio contra nosotros, atrayendo las enfermedades espirituales.
3.
Debemos
examinarnos antes de acudir a la mesa del Señor; para no atraernos juicio y ser
castigado y evitar la condenación con el mundo. (11:31-32; He. 12:11; Job 23:10).
4.
Debemos acudir en
unidad de espíritu, sin egoísmo, ni divisiones, ni profanaciones. (11:33).
5.
Ser previsor de
las cosas espirituales. (11:34: Sal. 119:67)
H. BENEFICIOS DE
LA CENA DEL SEÑOR.
1.
Anunciamos la
muerte de Cristo al mundo espiritual. Esto
genera y establece autoridad espiritual.
2.
"En memoria
de mi": Hacemos memoria de Jesús; esto no se trata únicamente de
"acordarse" de Dios sino de acceder
a la obra de la cruz como en un presente continuo.
3.
"Hasta que
El venga": Nos preparamos
espiritualmente para su venida.
4.
Discernimos el
cuerpo de Cristo: Discernir es ver más allá de lo obvio; implica que veo a mi
hermano (aunque me haga daño o hable mal de mí), como parte del mismo cuerpo al
que yo pertenezco. Si participamos de la Cena del Señor con enojo, crítica o
falta de perdón hacia algún hermano podemos beber juicio en lugar de vida. Establecemos un perfecto vínculo de paz y
armonía en la comunidad.
5.
Participamos del
mismo pan; sin acepción: todos fuimos
comprados por el mismo precio y compartimos la misma vida eterna.
6.
Tenemos comunión: Es decir, nos relacionamos unos con otros mediante el amor de Dios y
el perdón, sabiendo que somos un cuerpo. Somos
diferentes pero todos necesarios.
7.
Nos separamos del mundo: Cuando tomamos la Santa Cena trazamos la línea entre el mundo y nosotros. No tenemos más los
valores del mundo (fama, dinero, poder, etc.) sino que tenemos los valores del
Reino de Dios: Amor, honestidad, generosidad, etc.
Conclusión
La santa cena es un SACRAMENTO, y como tal debe
guardarse con temor y reverencia.
Cuando celebramos la Cena del Señor, anunciamos “la
muerte del Señor (...) hasta que él venga” en compañerismo con los que están
unidos por medio de la misma fe.
Cuando extendemos la mano para coger los símbolos de
su cuerpo quebrantado y su sangre derramada, nuestro corazón se conmueve al
pensar en el precio de nuestra redención, esta pagado con la sangre de Cristo.
Acudir a la mesa del Señor con discernimiento, siendo
consciente que vamos en una actitud
agradable ante Dios.
Nuestro corazón se llena de gozo celestial anticipando
el momento gozoso y glorioso en que Cristo venga otra vez para llevar a su
pueblo.
Pastor Juan Salgado Rioseco
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