jueves, 31 de mayo de 2012

Una Iglesia aprobada para enseñar


La sociedad chilena se encuentra inmersa en una reforma a su sistema educacional, para enfrentar los nuevos desafíos que conlleva los cambios sociales, economicos, los adelantos científicos y tecnológicos. La iglesia pentecostal se encuentra inserta dentro de esta sociedad y es parte de ella, al hacer un diagnostico riguroso, podemos llegar a la conclusion que no esta preparada para enfrentar estos desafíos que le impone la sociedad frente a estos cambios, algunos radicales  o opuestos del punto de vista cristiano dogmatico; la multidiversidad de las problematicas que enfrenta son demasiadas, muchas de las consecuencias colaterales son debido a que los métodos de enseñanzas en las iglesias tradicionalistas han quedado obsoletas a la mentalidad de las nuevas generaciones,  producto a esto,  es el alejamiento de muchas personas debido a que no sienten la satisfaccion a los requerimientos espirituales, de instrucción y de enseñanza de sus congregantes, uno de los factores mas influyentes es el anacronismo que tiene trabado todos los estamentos educacionales de la iglesia...

Rick Warren, pastor de la mayor iglesia y más explosivo crecimiento de la zona de California de los Estados Unidos (15.000 miembros en 15 años, el 80% son convertidos y bautizados por esa iglesia), define al trabajo de la iglesia de la siguiente forma o facetas:

Las iglesias necesitan crecer en amor a través del compañerismo.

Las iglesias necesitan crecer en profundidad a través del discipulado.

Las iglesias necesitan crecer en fuerza a través de la adoración.

Las iglesias necesitan crecer en amplitud a través del ministerio.

Las iglesias necesitan crecer en tamaño a través del evangelismo.


En Hechos 2:42-47 se describen estas cinco facetas de crecimiento en la primera iglesia de Jerusalén. Los primeros cristianos tenían comunión, se edificaban los unos a los otros, adoraban, ministraban y evangelizaban. Como resultado, el versículo 47 dice: "Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos"... Dios añadía el crecimiento (su parte) cuando la iglesia hacía su parte (cumplir con los cinco propósitos, Rick Warren. Una Iglesia con propósito. p. 55.)

Un porcentaje mayoritario de las membresías no tiene un mayor compromiso y disposición con las actividades de la iglesia, los agentes que concurren para formar esta situación son: la falta de preparación diligente e idónea de sus transmisores doctrinales;  no poseer una madurez espiritual estable; sus proyectos son demasiados fluctuantes; no transmitir o no tener conocimiento de los valores permanentes del cristianismo; la falta de una conduccion de lideres con vision y proyecto de futuro.

Un gran porcentaje del tiempo se emplea en dar gusto a la liviandad emocional, vestida bajo un ropaje de espiritualidad que al pasar el tiempo entrega como fruto el constante reflujo de creyentes que van de congregación en congregación o que nuevamente se hacen miembros de la iglesia del mundo. El recambio constante de personas es un signo de que la iglesia no esta cumpliendo en forma eficiente e idónea su labor.

Una realidad indudable es que la iglesia no esta cumpliendo con el propósito de Dios que tiene para ella. “Id y haced discípulos... “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;…” (Mateo 28:20). La palabra enseñándoles, se tradujo del griego «didasco» que significa instruir y enseñar sistemáticamente. La palabra guardar, en este versículo, se tradujo del griego “tereo” que tiene, entre otros significados, el de obedecer. También la palabra “tereo” significa “conservar” y tiene la connotación de permanecer en la práctica de una enseñanza

Podemos deducir que la ordenanza de Jesús a la iglesia es: “vayan y hagan discípulos, enséñenles sistemáticamente a permanecer, a conservarse firmes en la observancia de los mandamientos establecidos por Dios”.

Sin embargo la situación contractual de la iglesia es totalmente diferente: sus métodos de enseñanzas no se adecuan a los propósitos prioritarios del mandato pastoral, y sus exiguos frutos no estan a la altura del proposito de Dios, por lo tanto, no esta aprobada para trazar bien la Palabra de verdad, menos a enseñarla

La iglesia existe para edificar al pueblo de Dios, potenciar a los futuros ministerios, crear los espacios para que los nuevos obreros al servicio de Cristo se desarrollen, para asi lograr la expansion y el crecimiento en cumplimiento de la comision pastoral.

Es un deber ineludible para la iglesia es proveer todas las herramientas necesarias para que el creyente llegue a desarrollarse integralmente como cristiano, y alcance una madurez espiritual bajo el fruto genuino del Espíritu Santo; de equiparlo para que cumplan su ministerio en la forma más eficiente; y empeñe su vida en la misión a la cual Jesús lo ha llamado, con una idoneidad transparente y victoriosa. Esta forma de trabajar, se podría decir que es una iglesia con propósitos definidos delante de la presencia de Dios.

La iglesia debe redefinir su forma de actuar y formularse un propósito que este de acuerdo a la misión que Jesucristo ordenó y trabajar por la realización hasta que pueda decir que se esta cumpliendo con la voluntad del Maestro, no basta lograrlo, sino que debe permanecer en el tiempo.
Podemos concluir con la siguiente cita bíblica: “Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”. (Efesios 5: 32)

Juan Salgado Rioseco

lunes, 7 de mayo de 2012

¿Servicio a Dios o clientelismo religioso?



La sociedad chilena se ha convulsionado por algunos sucesos en el interior de la iglesia históricamente fuerte en lo social y de gran influencia política, que ha traído graves daños colaterales, por ejemplo la falta de credibilidad, desmedro de su prestigio, su voz no está siendo escuchada, y ha visto mermada la confianza en gran porcentaje del país, producto de la secuencia de actos inmorales reñidas con la ética cristiana, además de el gran clientelismo religioso en sus innumerables fiestas religiosas sincréticas paganas. Por otro lado, la lucha de poder en el ámbito emblemático evangélico ha traído una secuencia de divisiones, la otrora pujante fuerza se ha visto canibalizada por las asonadas de líderes, que sin escrúpulos se han apoderado de la iglesia de Cristo, que evidenciando una falta de ética ministerial, bajo acciones inmorales han arrastrado a miles de miembros a una irracional situación religiosa. Como consecuencia de estos sucesos, cientos de miles de personas, ya no creen o han perdido la fe, no solo en sus pastores sino la fe en Cristo y han pasado a engrosar la lista de los miles de incrédulos, poniendo en riesgo el más valioso tesoro del cristianismo: la salvación del hombre.
En otro ámbito, las nuevas tendencias religiosas en el ámbito evangélico, con sus acciones mercantiles, han desviado la fe de otros miles de personas que han acudido a la forma fácil de obtener las prebendas que estos seudos eclesiásticos ofrecen, jugando con la creencia de estos incautos e incultos doctrinales. Estos manipuladores religiosos evidencian la dicotomía entre lo sagrado y lo profano, desde donde se interroga si el capital religioso puede convertirse en el capital económico y político, como lo plantea Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo.  Igualmente,  son objeto  de  controversia  el marketing,  las condiciones  sociales,  los partidos políticos confesionales, las características de liderazgo carismático que ejercen los líderes de estos movimientos, la teología informal y la incidencia de la interpretación de esta, en el comportamiento  social.
En este ambiente, se ha ido consolidando un mercantilismo religioso, ligado a la subreligiosidad popular y a la incultura doctrinal,  debido que la iglesia cristiana ha cumplido con el mandato en forma negligente que Jesús dio a sus seguidores: “Por tanto, id, y haced discípulos…” “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;” esta situación está siendo utilizada para generar riquezas que van a las cuentas personales de estos falsos apóstoles de la fe, aprovechándose de miles de neófitos que incautamente entregan sus aportes económicos no en beneficio de la comunidad a la cual pertenecen sino a estos proveedores de una falsa religión.
Esta situación no es extraña en la historia de la iglesia, en el primer siglo nos encontramos con Demetrio y otros plateros sacaban provecho de las creencias religiosas de la gente en Éfeso y entre los feligreses de Artemisa que provenían de otras partes del mundo. Estos artesanos vendían fetiches o recuerdos que representaban un negocio de grandes ganancias producto de la fe de las personas. Por otra parte, nos encontramos con el mensaje de Pablo, presentando a Jesucristo y el reino de Dios, como una única vía de fe y de salvación, contrario a la idea del fetichismo religioso y de la comercialización de la fe. En muchas iglesias locales el mercantilismo religioso bajo sus diversas caretas, está dejando una estela devastadora de confusión y pérdida paulatina de su identidad evangélica.
Aquellos que como observante de la fe en Cristo, de acuerdo a lo estipulado en la Palabra de Dios y que tratamos de resguardar la iglesia bajo el kerigma apostólico, vemos con preocupación las diferentes propuestas religiosas, sus postulados y sus consecuencias colaterales, en sus diversas tendencias, debido a que están poniendo en riesgo la pureza de la iglesia de Cristo.
Entre estas tendencias se encuentra, el sincretismo religioso que avanza vertiginosamente mezclando la verdad bíblicamente revelada con las distintas tesis y prácticas de religiones paganas, en aras de una gran unidad religiosa humanista.
El pragmatismo relativista está desraizando todos los principios bíblicos,  morales y espirituales de la iglesia y se acepta sus avances como “modernidad cristiana”, como “juvenilización” de la Iglesia, y la adaptación de la subreligiosidad animista como dogmas de fe.
La idolatría y el mercantilismo religioso, con un evangelio falso de “éxito y prosperidad” o “salud y riqueza”, hacen una buena cantidad de creyentes pasen a engrosar el ego y multiplicar la fortuna de sus propulsores.
La iglesia formalista y nominal que ha buscado paradigmas que le sirvan para poder expresar la fe sincrética y relativista de vivir como quiera según la carne; pero la pregunta es ¿bajo qué autoridad y sirviendo a qué Dios?
Los nuevos títulos con que se auto dominan estos aparecidos lideres, a traen a las grandes masas de cándidos, embadurnándolas con falsas caretas sus propuestas, traspasando la línea de la apostasía, la negación de la fe en Cristo, y las propias enseñanzas y mandamientos de Jesucristo.

Estas realidades han traído funestas consecuencias a la iglesia: manifestada en la pérdida de identidad doctrinal e institucional; en la negación de la identidad evangélica; más aun, en un alejamiento paulatino e irreversible de los principios ortodoxos de la enseñanza de Cristo; con sus obras han mancillado la obra de Cristo por la humanidad.

¿Qué actitud debe tomar las iglesias que se mantienen conforme al kerigma apostólico?
Erradicar el clientelismo religioso y para ello se requieren cristianos convertidos y no convencidos, que su mirada este en Cristo Jesús y no en liderazgo carismáticos con seudas propuestas, extirpando el fetichismo religioso; optando por una vida consagrada bajo los paradigmas bíblicos.

Para lograr lo anterior, la iglesia debe asumir con diligencia su comisión pastoral de “predicar el evangelio del reino de los cielos”  y “haced verdaderos discípulos, capacitados para adorar en espíritu y en verdad”; enseñar en forma incólume la ortodoxia bíblica ya determinada por Jesucristo en los escritos evangélicos; vivir la fe bíblica conforme a los mandamientos de Jesús.
Esto determina la posición de una iglesia que sirve a Cristo y una iglesia religiosa humanista; es un gran desafío, pero no imposible de cumplir, si Dios está con nosotros, quien contra nosotros.

Juan Salgado Rioseco

jueves, 3 de mayo de 2012

“Procura cumplir bien el servicio a Dios”



Escudriñando las Escrituras encontré en la carta del apóstol Pablo a la iglesia de Colosas, la siguiente recomendación: "Díganle esto a Arquipo: “Procura cumplir bien el servicio que te han encomendado en nombre del Señor” (Dios Habla Hoy.  Col. 4:17).

Cotejando el versículo con la Biblia Reina Valera 1995, esta versión traduce de la siguiente manera: "Decid a Arquipo: «Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor». La versión de la Américas dice: "... cumplir la tarea...", una verdadera dimensión cobra al contemporizar este versículo.
En este versículo Pablo da una exhortación especial a Arquipo, la palabra “servicio o ministerio” proviene de la palabra griega “diaconían”, usada en el sentido específico del ministerio cristiano que se recibe a través del don de Dios, y podemos denotar el mandato al ministro de Cristo al respecto: a) cuidar del ministerio y b) cumplir el ministerio en su plenitud.
Pablo animó a Arquipo a que se asegurara de realizar el ministerio que había recibido del Señor. Hay muchas maneras de dejar nuestro trabajo incompleto: podemos desviarnos moralmente con facilidad; agotarnos y parar; enojarnos y abandonar o despreocuparnos dejándoselo a otros. Debemos asegurarnos de que acabemos el trabajo que Dios nos asignó y no dejarlo inconcluso.
Dentro de nuestras comunidades, donde la multiforme de ministerios independientes dan forma al Cuerpo de Cristo, a través del Espíritu Santo, mucho de ellos se encuentran inactivos por la indolencia, la desidia, el doble ánimo, la inconstancia, la falta de sinceridad, o simplemente la dejación de servir a Dios como corresponde. Recobra importancia tomar el consejo del apóstol de los gentiles a Arquipo: cumplas el ministerio, cumplir bien el servicio, cumplir la tarea, que hemos recibido, que se nos han encomendado en el nombre del Señor. Pablo recomendaba a Timoteo que “Pero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los sufrimientos, dedícate a anunciar el evangelio, cumple bien con tu trabajo.” (DHH 2 Ti. 4:5).
Ministerio, servicio, tarea, palabras que se encuentran a diario en los labios del creyente; cuantos de ellos se hacen realidad, o alcanzan las metas propuestas, o cuantos otros solo quedan en los buenos propósitos de las promesas incumplidas; ¿qué nos sucede?, la mayor parte de las membresías no están con un compromiso real con Dios; pareciera que no tienen la capacidad de discernir, entre el servicio o la tarea que se nos ha encomendado divinamente y nuestros deseos seculares.
Pablo  escribía en Col. 1:25 “Dios ha hecho de mí un servidor de la iglesia, por el encargo que él me dio, para bien de ustedes, de anunciar en todas partes su mensaje”. (DHH), al analizar el arduo trabajo del apóstol por la evangelización de los gentiles, podemos darnos cuenta que cumplió con creces el propósito de Dios que lo responsabilizó por dicha tarea. ¿Usted está cumpliendo con la tarea que Dios le ha encomendado? Pablo instaba a los Corintios a imitarle, como él imitaba a Cristo (1 Co. 11:1), aun con ruego (1 Co. 4:16), más aun a los Filipenses les escribió: Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;…” (3:17, 18).
No solo se debe cumplir con la tarea encomendada, sino cobra una real importancia la forma en que se realiza. Muchos ministerios han fracasado en la tarea, no porque no tuvieran el ánimo de hacerlo, sino por la forma o manera que lo llevaron a cabo, o por que en el camino han desvirtuado la tarea encomendada. En la tercera carta de Juan encontramos dos tipos de liderazgo cumpliendo la tarea  encomendada; Gayo un líder hospitalario, lleno de amor fraternal;  Diótrefes  un líder ambicioso de poder, lleno de autoritarismo, malintencionado. Reflexionando sobre la forma de llevar acabo la tarea encomendada, debemos tener cuidado en la forma de realizarla, podemos con nuestras actitudes hacer fracasar el ministerio al cual hemos sido llamados o ser fructíferos si cumplimos los preceptos de ser verdaderos siervos al servicio de Dios.
De acuerdo al apóstol Pedro en su primera carta, "somos elegidos según la presciencia de Dios Padre... para obedecer...". El éxito de cumplir la tarea encomendada es la obediencia, a través de ella reflejamos nuestro amor a Dios, si obedecemos poco, poco lo amamos; si nuestra obediencia es grande, grande es el amor a Dios. Cuando una persona obedece a Dios da con ello la única evidencia posible de que en su corazón cree a Dios y puede con honestidad decir: “De ella fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios” (Col. 1:25.). Resultado de la obediencia es cumplir la tarea encomendada enteramente, cabalmente, debidamente, en forma oportuna y correcta; con honradez y honestidad, por que eso es agradable a Dios. Por eso, es importante procurar cumplir bien la tarea encomendada, no se debe escatimar esfuerzo para llegar a realizar la labor que Dios nos pide con perfección.
Como Arquipo y todos los que tienen una misión de servicio en la comunidad cristiana han de cumplirla cabalmente.

Juan Salgado Rioseco

Dios Santo y el Pecado (Parte VII)

El Servidor de Dios no debe quebrantar la Ley del Eterno y Santo para ser victorioso en la lucha contra el pecado. “ Ahora bien, ¿debe...