Han surgido tendencias dentro del movimiento Protestante, que dan énfasis a una constante guerra entre las fuerzas del bien y las fuerzas demoniacas, lo han denominado Guerra Espiritual. La vehemencia de sus actuaciones, sus estereotipos, sus formas y estilo muy peculiares nos preguntamos: ¿Es Bíblico tal posición?, ¿Qué dice las Sagradas Escrituras sobre este tipo de manifestaciones o énfasis?
Es necesario dar respuesta bíblica a este tipo de fenómeno, debido a que un gran porcentaje de los creyentes sienten una atracción y han desviado su fe de los verdaderos fundamentos de la doctrina cristiana, en pos de posturas subjetivas. A través de las cartas pastorales de Paulo, en especial basado en Efesios capitulo Seis, trataremos de encontrar la verdadera perspectiva de la guerra espiritual bíblica, la que podremos cotejar con los postulados del movimiento Guerra Espiritual. Este estudio esta destinado para los creyentes que fundamentan su fe en la interpretación bíblica más correcta, de acuerdo a normas de exégesis aceptadas normalmente como la más adecuada. Con el objeto de tener la seguridad que la denominada guerra espiritual, como se presenta en la actualidad, no es más que un énfasis de ciertos pasajes bíblicos, sacados de contexto, cambiando el sentido de las Escrituras.
Aunque en nuestros días se escribe mucho acerca de la guerra espiritual, la Iglesia es aún básicamente ignorante del mundo de los espíritus, esta ignorancia resulta más pronunciada en los movimientos pentecostales, ya que ellos basan su fe, en la experiencia personal, basada en las manifestaciones del Espíritu Santo. La guerra espiritual se inicia con un supuesto: “el mundo espiritual es una cosmovisión que se encuentra en conflicto permanente entre las fuerzas del bien y del mal.” La definición operativa más elemental es: La cosmovisión tiene que ver con «las suposiciones básicas de uno en cuanto a la realidad». Donde las creencias y el comportamiento de las personas, en ese orden, están basados en sus cosmovisiones, sean o no conscientes de ello, siendo más explícito, cada individuo esta influenciado por el medio que se desempeña y por el acercamiento cultural o visión que tenga de las Escrituras o del naturalismo.
Las interrogantes que plantea el movimiento de guerra espiritual, para las que no hay respuestas adecuadas disponibles son: ¿Pueden estar endemoniados los verdaderos cristianos? Y en tal caso, ¿qué debemos hacer para liberarlos?. ¿Qué puede hacer Satanás, por medio de sus demonios (Efesios 6.10–20) contra los creyentes verdaderos? ¿Pueden ser dañados por los demonios? ¿Puede Satanás lastimar física, emocional e incluso espiritualmente a los cristianos? ¿Puede matarlos?. ¿Y qué de nuestras iglesias?, se preguntan. ¿Tienen capacidad los espíritus malos para infiltrarse hasta posiciones de autoridad y acabar con el fluir del Espíritu y con sus dones? ¿Pueden falsificar los dones del Espíritu Santo? ¿Cómo es posible reconocer y derribar tales fortalezas demoníacas?. ¿Cuál es el lugar del campo sobrenatural maligno en la evangelización? ¿Hay príncipes espirituales malvados de alto rango que gobiernan en ciertos territorios? ¿Pueden oprimir y controlar a los individuos, las comunidades, los pueblos e incluso las naciones hasta el punto de que la Palabra de Dios no eche raíces sino que sea rechazada o expulsada?.
Las premisas donde fundamentan sus enseñanzas son: “los líderes cristianos deben aprender de nuevo lo concerniente al mundo espiritual; reformular sus enseñanzas concernientes a la problemática entre el bien y el mal; y la batalla entre la verdad y el error fue una de las principales dimensiones de la guerra espiritual con la que se enfrentó Pablo a lo largo de todos sus años de ministerio, y subyace a toda crítica de aquellos que deforman el verdadero evangelio de gracia”. La dimensión de la guerra espiritual vista de una cosmovisión bíblica, la dividen principalmente en seis dimensiones que afectan a la guerra espiritual: una cosmovisión espiritual, la cosmovisión del teísmo, la revelación de la cosmovisión, la cosmovisión Trinitaria, la cosmovisión redentora y la cosmovisión de guerra espiritual
Existe un estado de conflicto cósmico-terrenal o guerra espiritual permanente. En términos filosóficos, en el universo existe un dualismo modificado. El reino de Dios y el reino sobrenatural maligno libran un feroz combate entre sí. El dualismo absoluto afirma que la verdadera realidad es eternamente dualista: que el bien y el mal siempre han existido y siempre existirán. El dualismo bíblico es un dualismo modificado: la realidad presente existe en un estado de dualismo, pero no fue así en un principio, ni lo será en el futuro. La opinión de la Escritura es: «En el principio… Dios… » Entonces no había mal, ni fuerza opositora, sólo Dios, y Él es bueno. Luego Dios creó seres morales, llamados ángeles, y los colocó en su reino. Aún no había dualismo. Ellos obedecían a su voluntad. Sin embargo, en algún momento del pasado secreto, tuvo lugar la rebelión dentro del reino angélico. El dualismo había nacido. El mal entró en el reino de Dios dividiéndolo en dos diferentes, el reino de Dios y el de Satanás. Esta es la visión, para ellos, que da la Biblia del lejano pasado, este sería el origen y el principio de la guerra espiritual.
Por medio de sus cartas, Pablo expone la mayor parte de las doctrinas principales que integran la fe cristiana; incluyendo las verdades acerca de la guerra espiritual en general y el mundo de los espíritus en particular. El apóstol escribe más acerca de los poderes sobrenaturales perversos y de la guerra con los espíritus malignos que ningún otro de los escritores del Nuevo Testamento.
Es necesario dar respuesta bíblica a este tipo de fenómeno, debido a que un gran porcentaje de los creyentes sienten una atracción y han desviado su fe de los verdaderos fundamentos de la doctrina cristiana, en pos de posturas subjetivas. A través de las cartas pastorales de Paulo, en especial basado en Efesios capitulo Seis, trataremos de encontrar la verdadera perspectiva de la guerra espiritual bíblica, la que podremos cotejar con los postulados del movimiento Guerra Espiritual. Este estudio esta destinado para los creyentes que fundamentan su fe en la interpretación bíblica más correcta, de acuerdo a normas de exégesis aceptadas normalmente como la más adecuada. Con el objeto de tener la seguridad que la denominada guerra espiritual, como se presenta en la actualidad, no es más que un énfasis de ciertos pasajes bíblicos, sacados de contexto, cambiando el sentido de las Escrituras.
Aunque en nuestros días se escribe mucho acerca de la guerra espiritual, la Iglesia es aún básicamente ignorante del mundo de los espíritus, esta ignorancia resulta más pronunciada en los movimientos pentecostales, ya que ellos basan su fe, en la experiencia personal, basada en las manifestaciones del Espíritu Santo. La guerra espiritual se inicia con un supuesto: “el mundo espiritual es una cosmovisión que se encuentra en conflicto permanente entre las fuerzas del bien y del mal.” La definición operativa más elemental es: La cosmovisión tiene que ver con «las suposiciones básicas de uno en cuanto a la realidad». Donde las creencias y el comportamiento de las personas, en ese orden, están basados en sus cosmovisiones, sean o no conscientes de ello, siendo más explícito, cada individuo esta influenciado por el medio que se desempeña y por el acercamiento cultural o visión que tenga de las Escrituras o del naturalismo.
Las interrogantes que plantea el movimiento de guerra espiritual, para las que no hay respuestas adecuadas disponibles son: ¿Pueden estar endemoniados los verdaderos cristianos? Y en tal caso, ¿qué debemos hacer para liberarlos?. ¿Qué puede hacer Satanás, por medio de sus demonios (Efesios 6.10–20) contra los creyentes verdaderos? ¿Pueden ser dañados por los demonios? ¿Puede Satanás lastimar física, emocional e incluso espiritualmente a los cristianos? ¿Puede matarlos?. ¿Y qué de nuestras iglesias?, se preguntan. ¿Tienen capacidad los espíritus malos para infiltrarse hasta posiciones de autoridad y acabar con el fluir del Espíritu y con sus dones? ¿Pueden falsificar los dones del Espíritu Santo? ¿Cómo es posible reconocer y derribar tales fortalezas demoníacas?. ¿Cuál es el lugar del campo sobrenatural maligno en la evangelización? ¿Hay príncipes espirituales malvados de alto rango que gobiernan en ciertos territorios? ¿Pueden oprimir y controlar a los individuos, las comunidades, los pueblos e incluso las naciones hasta el punto de que la Palabra de Dios no eche raíces sino que sea rechazada o expulsada?.
Las premisas donde fundamentan sus enseñanzas son: “los líderes cristianos deben aprender de nuevo lo concerniente al mundo espiritual; reformular sus enseñanzas concernientes a la problemática entre el bien y el mal; y la batalla entre la verdad y el error fue una de las principales dimensiones de la guerra espiritual con la que se enfrentó Pablo a lo largo de todos sus años de ministerio, y subyace a toda crítica de aquellos que deforman el verdadero evangelio de gracia”. La dimensión de la guerra espiritual vista de una cosmovisión bíblica, la dividen principalmente en seis dimensiones que afectan a la guerra espiritual: una cosmovisión espiritual, la cosmovisión del teísmo, la revelación de la cosmovisión, la cosmovisión Trinitaria, la cosmovisión redentora y la cosmovisión de guerra espiritual
Existe un estado de conflicto cósmico-terrenal o guerra espiritual permanente. En términos filosóficos, en el universo existe un dualismo modificado. El reino de Dios y el reino sobrenatural maligno libran un feroz combate entre sí. El dualismo absoluto afirma que la verdadera realidad es eternamente dualista: que el bien y el mal siempre han existido y siempre existirán. El dualismo bíblico es un dualismo modificado: la realidad presente existe en un estado de dualismo, pero no fue así en un principio, ni lo será en el futuro. La opinión de la Escritura es: «En el principio… Dios… » Entonces no había mal, ni fuerza opositora, sólo Dios, y Él es bueno. Luego Dios creó seres morales, llamados ángeles, y los colocó en su reino. Aún no había dualismo. Ellos obedecían a su voluntad. Sin embargo, en algún momento del pasado secreto, tuvo lugar la rebelión dentro del reino angélico. El dualismo había nacido. El mal entró en el reino de Dios dividiéndolo en dos diferentes, el reino de Dios y el de Satanás. Esta es la visión, para ellos, que da la Biblia del lejano pasado, este sería el origen y el principio de la guerra espiritual.
Por medio de sus cartas, Pablo expone la mayor parte de las doctrinas principales que integran la fe cristiana; incluyendo las verdades acerca de la guerra espiritual en general y el mundo de los espíritus en particular. El apóstol escribe más acerca de los poderes sobrenaturales perversos y de la guerra con los espíritus malignos que ningún otro de los escritores del Nuevo Testamento.
1 comentario:
Comparto plenamente... Saludos
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