Las múltiples y diversas comunidades pentecostales chilenas necesitan una reorientación en su propuesta evangelizadora a la sociedad del siglo XXI. Este nuevo planteamiento necesita urgente una impronta renovación en especial la forma de traspasar la sana enseñanza de Jesús.
En este campo la educación toma un lugar prominente, la cual debe ser abordada con responsabilidad y madurez cristiana debido a la inculturación en mayor o menor grado de las diferentes comunidades, agravado por la rapidez de los cambios sociales y culturales que la posesionan frente a continuas confrontaciones en el ámbito teológico como generacional, ante este cuadro se debe reformular un nuevo planteamiento pastoral fundamentado en una renovación teológica bíblica exenta de los dogmatismo tradicionales.
La renovación debe abarcar diversas aéreas entre ellas la forma de interpretación bíblica basada en una teología fundamentalista que genere condiciones de credibilidad de la fe en el contexto de una sociedad globalizada, influenciada bajo los aspectos que Jesús tenía en mente para su iglesia. Otra área, es la revelación escatológica, debe dejar el campo apocalíptico confrontacional excluyente para entregar un mensaje esperanzador de fe solo fundamentado en la segunda venida de Jesús y sus consecuencias en los fieles y dignos.
Además de renovar la visión de Iglesia, como centro de la fe y exponente del mensaje evangelistico del Reino de Dios, capaz de abordar los nuevos retos, exigencias sociales y culturales sin tranzar sus principios fundamentales de la fe en Cristo. Para ello debe asumirse todos los ministerios eclesiásticos y trabajar en un objetivo común, vitalizador y atrayente a las nuevas generaciones. En otras palabras debe efectuarse una conversión pastoral, centrada en la enseñanza bíblica, en la liturgia y en la adoración. Esta conversión pastoral debe ser capaz de abordar la tarea evangelistica misionera, en vez de una evangelización nominal, esta renovación daría paso a reactivar la función generadora de la iglesia que es la evangelización expansiva de acuerdo a los parámetros o mandato de la comisión pastoral bíblica.
Si la iglesia del siglo XXI se sujeta al mandato original de la comisión pastoral, resaltaran algunas características que hicieron peculiar a la iglesia del primer siglo, como: fidelidad a la enseñanza de Jesús y no a los dogmas religiosos; un nuevo espíritu, influenciado por el rigor del servicio y por la madurez de entender el verdadero llamado ministerial, todo esto supeditado por la acción del Espíritu Santo; un respeto a todos los convertidos y un reconocimiento a sus ministerios sin acepciones ni formaciones de elites de poder.
Cuando seamos capaces de entender que todos los miembros que componen una comunidad que sirve a Cristo son iguales, obtendremos renovados ministerios, con nuevos objetivos y finalidades, superando el ministeriocentrico y la acción pastoral centrípeta, para abrirse a ministerios al servicio del Reino de Dios. Para lograr esto último, es urgente la formación inicial y permanente de los miembros pastorales que ocupan rangos de liderazgo, y una preocupación educativa sistemática a los nuevos discípulos hasta transformarlo en enviados maduros y capaces de seguir la obra expandidora de la Iglesia.
La fase final de este proceso de renovación pastoral es lograr el trabajo integrado de una verdadera comunidad de comunidades, de modo de lograr el impacto social y cultural en nuestro tiempo.
Juan Salgado Rioseco
1 comentario:
La visión que Dios esta trayendo a nuestra misión, ciertamente es una confrontación aun para muchos de los lideres de nuestra iglesia nacional, Dios nos ayude, su espíritu nos aliente y su palabra nos capacite, para alcanzar esta meta, mas palabra de Dios y menos dogmas, por sobre todo que ciertamente regresemos al discipulado como Cristo lo planeo para su Iglesia.
Bendiciones.
Jonathan Henriquez Orellana
IEDDP. Chillan.
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