viernes, 11 de junio de 2010

La Apostasia

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (1 Timoteo 4:1)
Las evidencias de la apostasía en la mayoría de las comunidades cristianas en el inicio del tercer milenio son innegables. El síndrome de la apostasía se manifiesta de diversas formas: la vida frívola de los cristianos; la insensibilidad hacia la santidad de Dios; la naturalidad con que se practica el pecado; el desprecio declarado hacia la sana doctrina; la introducción en la iglesia de cuanto estilo de adoración extravagante y ridículo que va surgiendo; desprecio al conocimiento bíblico y la capacitación ministerial, de ahí, la eliminación de la Escuela Bíblica o Dominicales; la marcada indiferencia hacia la Palabra de Dios; el materialismo de las iglesias, ministros y miembros; las competencias para ver quién tiene la iglesia más grande.
El nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por el testimonio de los creyentes; el número alarmante de ministros que caen en adulterio, que se divorcian, y que siguen inamovibles en sus púlpitos; el concepto tan bajo que el mundo secular tiene de las iglesias, de los ministros y de los cristianos; los estilos de adoración sensuales de parte de músicos, vocalistas y cantantes nómadas; el protagonismo y señorío que muchos pastores tienen sobre las iglesias; el nepotismo que hace de las iglesias una empresa familiar; la facilidad con que las personas se hacen cristianas, se bautizan y se hacen miembros de las iglesias; la sustitución de la Biblia por la psicología y el humanismo; el relativismo con que se cumplen los principios más esenciales del cristianismo, ha llevado a declarar lo malo bueno y lo bueno malo.
Con esta situación se ha cumplido lo que se encuentra escrito en la Palabra de Dios: “Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.” (Ro 2:24).
La apostasía es un pecado conducente a la muerte y queda más allá de la responsabilidad de las oraciones de los creyentes (1 Jn. 5:16). El apostata es una persona que profesa ser un verdadero creyente, pero en realidad nunca ha sido regenerado, por lo que, es imposible restaurarlo, por cuanto crucifica para sí al Hijo de Dios, y lo expone a publico ignominia. (He. 6:6)
La semilla de la apostasía estaba ya instalada dentro de las comunidades del siglo I:
1. El apóstol Pablo, les advirtió a los ancianos de Éfeso (Hch. 20:29-30).
2. El apóstol Juan escribió contra los infiltrados en la Iglesia. (1 Jn. 2:18-19).
3. Pablo en 2 Ts. 2:2-4, indica que habrá un tiempo de gran apostasía, antes de la manifestación del Señor.
4. El escritor de Hebreos, nos indica de una apostasía individual (He. 3:12; 10:26, 28).
El apóstol de los gentiles predice la apostasía, cuando le escribe a su discípulo y colaborador (1 Ti. 4:1-5): Algunos apostataran de la fe, escuchando a espíritu engañadores (En sentido figurado denunciando a los falsos maestros), escuchando a doctrinas de demonios, o sea, doctrinas inspiradas por demonios, o que tienen su origen en el mundo demoniaco.
Una de los primeros indicios de la apostasía en las comunidades es la “Hipocresía”, esta denota la idea de “llevar una máscara”, los apostatas siempre tratan de ocultar su verdadera identidad; se disfrazan empleando términos bíblicos y aparentando una seuda espiritualidad; no solo son hipócritas, sino que son mentirosos, sus enseñanzas no se ajustan a la verdad de la Palabra de Dios
Otro de los indicios es tener “cauteriza la conciencia”, sabiendo que están en pecado, y han pecado abiertamente contra la ley de Dios no tienen la mas mínima reacción de arrepentimiento, sus conciencias se han vuelto insensible a las consecuencias del pecado, y se han endurecido al temor de Jehová.
Pero la mayor evidencia de la apostasía que ha invadido a las diversas comunidades cristianas en la actualidad son las “Doctrinas de Demonios”, ellas se manifiestan de la siguiente forma:
1. “Prohibirán casarse”, esto es contra la Palabra de Dios, el mismo Dios instituyo el matrimonio.
a. Algunos prohíben casarse a su casta sacerdotal y a las mujeres al servicio de Dios.
b. Algunos promueven la poligamia, como Ciencia Cristiana y algunas ramas de la Iglesia de Jesucristo de los últimos días.
c. Se desprecia el vínculo matrimonial, en pos de manipulación de vínculos impíos e ilegítimos con sus pretendidas afinidades espirituales.
2. “abstención de alimentos” (Col. 2:20-23; Mr. 7:18-19), omitiendo deliberadamente la enseñanza del Maestro al respecto.

EL ACCIONAR DE LOS APOSTATAS
En las Sagradas Escrituras, encontramos dos pasajes bíblicos fundamentales que nos advierten de estos renegados de la fe, ellos son Judas 3-16; 2 Pedro 2:1-22. Estos pasajes bíblicos nos entregan una pauta detallada de estos individuos que entraron con artificio a la comunión cristiana para satisfacer sus apetititos personales:
Entran encubiertamente a las comunidades cristianas, para engañar y destruir.
Son impíos, nunca se arrepiente ni menos se convierten.
Convierten en libertinaje la gracia.
Niegan a Dios y a Jesucristo.
Mancillan la carne.
No respetan y rechazan la autoridad, blasfemando contra de las potestades superiores.
Blasfeman de cuantas cosas no conocen, la que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.
Introducen herejías destructoras en forma subrepticia.
Siguen sus propias disoluciones.
Son avaros, manipulan la fe de los indoctos, para le beneficio pecuniario personal.
Siguen los deseos de la carne, alimentando sus concupiscencias de manera ilícita e inmunda.
Son atrevidos y contumaces.
Hablan mal de las cosas que no entienden.
Se toman libertades que no les corresponde.
Son manchas en los ágapes.
Son nubes sin agua y empujadas por la tormenta.
Son autodidactas, adaptando las Escrituras a su convivencia
Son arboles otoñales, sin frutos, desarraigados.
Son fieras olas del mar.
Estrellas errantes.
Murmuradores y querellosos.
Andan en sus propios deseos.
Hablan cosas infladas.
Aduladores y a la vez burladores.
Tienen por delicia de gozar de deleites cada día.
Son inmundicias y manchas.
Se recrean en sus errores.
Ojos llenos de adulterio.
No se sacian de pecar.
Seducen a las almas inconstantes.
Tienen el corazón habituado a la codicia.
Han dejado el camino recto.
Se han extraviado del camino.
Fuentes sin agua.
Andan según sus malvados caminos.
Causan divisiones
Sensuales.
No tienen el espíritu.


El camino de los apostatas
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.” (Judas 11).
1. “el camino de Caín”, básicamente es el rechazo de la salvación, mediante de una víctima sacrificial (Gn. 4), es un intento de aplacar a Dios mediante esfuerzos humanos. La confianza en los esfuerzos humanos conduce a odiar los objetos de la gracia, este odio conduce a su vez a la persecución o incluso al asesinato. (1 Jn. 3:15).
2. “el error de Baalan”, es el deseo de enriquecerse, transformando el servicio de Dios en un negocio. Baalan profesaba ser profeta de Dios, pero era codicioso y estaba dispuesto a prostituir s u don profético por dinero (Nm. 22:15-19). En cinco ocasiones Balac intento que Baalan maldijera a Israel, pero fue refrenado por Dios, no pudo maldecir al Pueblo de Dios, las palabras de maldición se convirtieron en una bendición. Sin embargo, los madianitas lograron seducir al pueblo de Dios mediante ardides y engaños (Nm. 25:18).
3. “la rebelión de Coré”, junto con Datan y Abiran, Coré se rebeló contra el liderazgo de Moisés y Aarón, quiso invadir el oficio sacerdotal (Nm. 16). Dios mostro su desagrado contra la rebelión; contra aquellos que él ha establecido como sus representantes.

El destino de los apostatas
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. “ (Hebreos 6:4-6)
Este pasaje se ha interpretado de varias maneras:
(1) Que un creyente puede perder su salvación y que si eso es cierto, sería imposible recuperar su salvación (vers. 6).
(2) Estas son personas que profesan creer, pero en verdad no son salvos.
(3) Es una hipótesis que no ha ocurrido (vers. 9), y por eso el autor les exhorta constantemente (cp. 2:1–4; 3:7–4:13; 5:11–6:20; 10:13–13:17).
(4) Estos son creyentes hebreos, que por causa de la persecución y sufrimiento (10:32–34; 12:4) están en peligro de regresar al judaísmo para evitar esa persecución. Al hacer esto están en peligro de caer bajo el juicio de Dios y su disciplina (6:7–8; 10:29–30; 12:5–13). Los puntos 3 y 4 están relacionados.

El castigo de los apostatas
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (He. 10:26-31)

Este párrafo es una seria advertencia contra aquellos que osan renegar la fe en forma deliberada, en forma lapidaria el autor del libro de los Hebreos nos dice que es “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”, estas personas de antemano:
1. Han sido destinados a la condenación (Jud. 4).
2. Atraen sobre si mismo destrucción (2 Pe. 2:1).
3. Para ellos la condenación no se tarda (2 Pe. 2:3).
4. Su perdición no se duerme (2 Pe. 2:3).
5. Perecen en su propia perdición (2 Pe. 2:12).
6. La más densa oscuridad esta reservados para ellos (2 Pe. 2:17; Jud. 13).
7. Son esclavos de la corrupción (2 Pe. 2:19).
8. Serán castigados en el día del juicio (2 Pe. 2:9)

Dios y los apostatas
“Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.” (Deut. 4:24). “He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.”
(Jer. 23:2).
1. A los incrédulos, Dios los destruye (Jud. 5), a pesar de las promesas (He. 3:16-19), Dios guarda a los que en El creen (Nm. 14:24, 30).
2. A los que se rebelan, Dios los castiga (Jud. 6; 2 Pe. 2:4).
3. A los inmorales y pervertidos, Dios los condena (Jud. 7; 2 Pe. 2:6).
4. A los de conductas indignas, Dios los extirpa con fuego (2 Pe. 2:6)
5. A los que pecan y se corrompen, Dios los castiga (2 Pe. 2:5).
6. A los contumaces y tercos, atesoran ira en el día de la ira y la manifestación del juicio de Dios (Ro. 2:5)

Los santos y la apostasía
“Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. “
(2 Ti 1:14)

1. Conocer la Palabra de Dios (Jud. 17; 2 Pe. 1:8)
Así nos advierte:
a. El apóstol Pablo en su ministerio. (Hch. 20:29, 30; Ga 1:7; 1 Ti. 4:1-5; 2 Ti. 3:1-9).
b. El apóstol Pedro. (2 Pe. 2:1-22; 3:1-4).
c. El apóstol Juan. (1 Jn. 2:18, 19)
d. …sabe el Señor librar de tentación a los piadosos,… 2 Pe 2:9
2. Procurando hacer firme la vocación y elección (2 Pe. 1:10, 11)
3. Mantenerse cerca y en comunión con el Señor
a. Edificarse sobre la santísima Fe y Orando en el Espíritu Santo. (Jud. 20).
b. Conservarse en el amor de Dios. (Jud. 21).
c. Guardarse para su segunda venida. (jud. 21; 2 Pe. 3:14).
4. No dejarse llevar por doctrinas diversas y extrañas. (He. 13:9a).
5. Velar por nosotros mismos (2 Jn. 7, 8).
6. No dejarse arrastrar por el error de los inicuos (2 Pe. 3:17)
7. Crecer en la gracia y el conocimiento (2 Pe. 3:18)
8. Apartarse de toda iniquidad. (2 Ti. 2:19)

La acción de los santos contra la apostasía
1. A los que están en la encrucijada de la apostasía, CONVENCERLES. (Jud. 22)
2. A los que están al borde de la apostasía, SALVARLOS. (Jud. 23)
3. A los que persisten en la apostasía, TENED MISERICORDIA. (Jud. 23)
4. A los que enseñan la apostasía, NO TENER COMUNION CON ELLOS. (2 Jn. 10, 11)

La acción de Dios contra la apostasía
“…y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,…” (2 Pe 2:6)
“Es él que guarda las veredas del juicio, y preserva el camino de sus santos.” (Pro 2:8)
5. Es poderoso para salvar. (He. 7:25)
6. Es poderoso para confirmar. (Ro. 16:25)
7. Es poderoso para socorrer. (He. 2:18)
8. Es poderoso para someter. (Fil. 3:21)
9. Es poderoso para guardar a sus escogidos. (2 Ti. 1:12)
10. Es poderoso para guardarlos sin caída y sin mancha. (Jud. 24)
11. Es poderoso para hacer muchísimo mas de lo que pedimos o pensamos. (Ef. 3:20)
Resistiendo la apostasía.
“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.” (2 Ts. 2:15).
Para no ser un APOSTATA debemos:
1. Arrepentirnos y convertirnos de todo corazón.
2. Hacer la voluntad del Padre. (Mt. 7:21)
3. Regresar a los principios Bíblicos. (Ef. 4:13)
4. Dejar ser niños fluctuantes. (Ef. 4:14)
5. Atender con diligencia las cosas de Dios. (He. 2:1)
6. Dejar la incredulidad. (He. 3:12)
7. Permanecer en temor. (He. 4:1; 12:15)
8. Procurar entrar en el reposo de Dios. (He. 4:11)
9. Abandonar todo lo que no se encuentra en la Biblia.
10. Apartarse de toda iniquidad. (2 Ti. 2:19).
11. No dejarse de engañar. (Col. 2:8).
12. No perder la confianza. (He. 10:35)
13. No retroceder. (He. 10:38, 39)
14. No desechar a Jesucristo. (He. 12:24-25)
15. No dejarse llevar por doctrinas extrañas. (He. 13:9)

Estamos viviendo un panorama de confusión, engaño, un periodo de malversación de la fe. Lo que parece ser la verdad, descubrimos que no lo es, y al revés, lo que parece increíble, aquello es la verdad. La sociedad actual de ha ido degradando y en esa degradación ha arrastrado a un gran porcentaje de los miembros de las diferente y diversas comunidades cristianos, con el perjuicio del descredito de la Iglesia de Cristo.
La gran parte de las membrecías se han atomizado, en muchos casos se complacen de recibir las prebendas de un mundo secular lleno de relativismo, descuidando una salvación tan grande que nos ofrece Dios a través de su Hijo Jesús.
Es necesario de Dios y no dejarnos de influir por la globalización, el relativismo, el sincretismo que pretenden cambiarla esencia misma de la fe en Cristo y su obra.

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