miércoles, 3 de junio de 2015

¿Soy un CRISTIANO o soy un simple religioso?

  
 Las Iglesias de Dios en Cristo Jesús (2 Tes. 2:14), tienen como cimiento orgánico lo que escribe Pablo en su carta a los Efesios (2:4-6), forman un solo cuerpo y hay un solo Espíritu,…  Hay un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos que gobierna a todos, trabaja por medio de todos y vive en todos nosotros. Y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, (1 Tm. 2:5), quienes se rigen por estos principios fundamentales, son como piedras vivas, edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (1Pe 2:5). 
En estos veinte siglos, la iglesia ha sufrido  una multiplicidad de procesos, algunos impuestos y otros adopcionistas o adaptacionistas, de acuerdo al contorno religioso imperante, al devenir social, al momento político, a la presión militar, a los encuentros con las diversas culturas y a la expresión popular de las masas en su búsqueda de solucionar o llenar por la fe su constante discriminación he empíricas sensaciones del sufrimiento, en el contacto directo con una realidad adversa, por la experiencia de no poder alcanzar calidades de vida, y  por la percepción de no lograr sus añorados sueños.
¿Cuánto se ha desviado la institucionalidad religiosa de la fe primitiva del cristianismo? ¿Cuánto sustento bíblico tienen los sistemas gobernables de las diferentes familias del cristianismo? ¿La transmisión de las enseñanzas es acorde a lo que establece la comisión pastoral? ¿Cuánto influyen las tendencias endógenas y los factores exógenos dentro de la diversidad del cristianismo?
La progresiva fragilidad organizacional, deriva en una fragmentación sin control de los movimientos religiosos pentecostales; la difuminación de los principios fundamentales de la fe ante la acelerada adopción del relativismo ético moral han puesto en crisis el liderazgo clásico; las relaciones con el estado, las instituciones políticas, las masas populares, plantean diversos problemas a causa de la globalización de las sociedades y  a los cambios culturales que trae consigo; el posicionamiento de tendencias humanista agnósticas en los estratos de alta dirección social – política, ha producido a través de medios legislativos normativas anti bíblicas contraria a los postulados de la enseñanza ortodoxa de la iglesia, lo que ha derivado confrontaciones con las tendencias más conservadoras del cristianismo.
La globalización ha traído nuevas herramientas comunicacionales, lo que trae consigo una homogeneización cultural, ético moral y nuevas tendencias sincretista religiosas  producido por el encuentro étnico religioso, concluyendo en un principio herético “mientras no hagas daño, sigue tu voluntad”,  esta nueva orientación de vida con lleva a problemas endógenos en el cristianismo y socavamiento de sus cimientos  más primitivo que son las enseñanzas de Jesús y el mandato apostólico.
¿Qué es problema endógeno en el cristianismo? que se forma o engendra en el interior de algo  o que se origina en virtud de causas internas. En un gran porcentaje de estos  factores endógenos terminan en “herejías” o seudo cristianismo; los efectos de estos problemas son los que crean la necesidad de cambiar posiciones o énfasis doctrinales, los sistemas organizacionales,  usos y costumbres, como tienen su génesis en el interior de la organización y son producto de las interacciones de sus participantes y de la tensión provocadas por la diferencia de objetivos e intereses, gran parte de ellos terminan en el sesgo y fragmentación de algunas comunidades cristianas.
Podemos identificar algunas de las diversas problemáticas, ya sean por el factor endógeno como exógeno, que sufren las iglesias cristianas entre otros:
1.        La pérdida de la verdad bíblica, en pro de dogmas, usos y costumbres que ha adoptado la Iglesia en el transcurso del tiempo, por su adaptacionismo social.
2.        La pérdida de la disciplina y obediencia bíblica debido a:
1)   La secularización imperante en oposición a los postulados de la iglesia.
2)   la sociabilización con la culturización de sus miembros para ser integrados en una sociedad contraria a los principios primarios del cristianismo.
3)   las políticas laicistas que conducen a la iglesia a la herejía.
4)   al nominalismo imperante de sus miembros, sin compromiso ni identificación confesional bíblico.
3.        La relativización moral, bautizándola con un lenguaje religioso.
4.        La pérdida de una adoración genuina y transparente acorde a los postulados apostólicos, cuando sus componentes se corroen por los elementos de moda de la sociedad.
5.   La erosión constante de la fe evangélica por el impacto de la teología neoliberales y de la prosperidad.
6.     Las ambigüedades que han adoptado el liderazgo clerical frente a las Leyes humanista que se están implementando, como el aborto terapéutico, acuerdo de la unión civil, entre otros, lo que ha traído confusión y distorsión en la fe de la gran masa laica y seglar de la sociedad.
7.  La desaparición de los signos, valores o comportamientos propios o identificativos del cristianismo, lo que ha traído consigo la secularización de la sociedad a través de las políticas sistemáticas de gobiernos agnósticos principalmente en lo educacional, en los cambios éticos morales del comportamiento social.

Ante estas señales de corrosión y corrupción de la fe del punto de vista cristiano, la resultante es ¿Cómo deben reaccionar las diversas comunidades cristianas?, especialmente las que manifiestan o exteriorizan  su fe a través del  movimiento pentecostal. Debemos reflexionar sobre la forma como enfrentar estas problemáticas y otras, Sin embargo, el punto central es: "La Iglesias debe tornarse a las Escrituras y al cumplimiento del fundamento apostólico.
Juan Salgado Rioseco

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